Lo único que sé es que el Marley del título NO es Bob. Por lo demás, no sé nada. Bueno sí. Sé que «Marley estaba muerto» es la nueva novela de Carlos Zanón, y que se pone a la venta dentro de unos días.
También sé que Carlos Zanón es, hoy por hoy y libra por libro, uno de los mejores escritores de novela negra de España. O gris asfalto. O el mejor. Sin ambages.
Y solo sé una cosa más: que hacía tiempo que no sentía tanta expectación por un libro. Es que ni Ellroy, oigan.
¿Argumento? ¿Personajes? ¿Tiempo? ¿Época?
Ni idea. Y no me importa. Porque todo ello se resume en una palabra, que es ley: Zanón, ganador del Hammett del 2015 por su memorable y magistral «Yo fui Johnny Thunders» que, si nos has leído, deberías leer.
El miércoles, en el Teatro CajaGRANADA, tenemos en Granada Noir a Berna González Harbour. A las 18 horas. Yo, no me lo perdería. Mira, mira esto sobre su última y majestuosa novela...
Agarraos que vienen curvas.
Frase hecha, tópico habitual, aviso para navegantes al que todos estamos acostumbrados.
Pero, ¿qué pasa cuando nos encontramos en mitad de una recta, conduciendo confortable, tranquila y despreocupadamente? Conduciendo, en sentido literal. Y también metafórico.
¿Que hay en tu vida; más curvas o más rectas? ¿Y cómo las afrontas? Las curvas, a buen seguro, con la máxima atención, aunque también gozando de las vistas. Pero, ¿y las rectas? ¿Cómo te conduces en mitad de las rectas?
Los ciervos llegan sin avisar, la novela más reciente de Berna González Harbour, publicada en la colección Serie Negra de RBA, nos habla de todo ello. De vidas que marchan con el piloto automático puesto, en mitad de una recta que parece interminable y que, de repente, se tuercen. En algunos casos, con consecuencias fatales.
Hacía falta. Hacía falta una buena novela negra y criminal que hablara de la Crisis. Porque la Crisis no es una maldición bíblica, como las plagas de Egipto, que nos asola porque sí. La Crisis -y sus efectos más dolorosos y lacerantes- tienen culpables. Con nombres y apellidos. Y es necesario que la mejor narrativa policial, la más comprometida y realista, haga por desenmascararlos.
Siguiendo la estela de Petros Markaris en Grecia, aunque de forma menos tremendista y truculenta; la novelista Berna González Harbour escribe sobre el contexto de la Crisis en una novela imprescindible en España, aquí y ahora: “Margen de error”, publicada por ese tótem literario en que se ha convertido la colección Serie Negra de la editorial RBA.
Todo comienza con un suicidio.
Lo que no tendría nada de particular, ni nada que investigar por parte de la comisaria María Ruiz… si no fuera porque hay aspectos del mismo que resultan sospechosos. Y extraños. Muy extraños.
A la vez, uno de esos periodistas de la vieja escuela, Luna, recibe la angustiosa llamada de una vieja amiga, juez de Madrid que vive en Toledo: han secuestrado a su hija. Un secuestro exprés ejecutado por alguna mafia del Este que exige que la policía se mantenga al margen y que la juez haga lo que tiene que hacer… si quiere volver a la niña con vida.
Dos tramas. Dos historias diferentes. Varias subtramas. Diversos personajes relacionados entre ellas. Y, como trasfondo, la ola de suicidios que “afecta” a los trabajadores de una conocida multinacional.
Hace unos meses comentamos lo mucho que me había gustado el debut literario de Berna en el universo del noir,“Verano en rojo”, en la que narraba una turbia historia de abusos y violencia. En esta ocasión, la autora cántabra vuelve su mirada, de nuevo, a lo que hay más allá de los titulares de los periódicos.
Porque Berna es periodista. ¡Y qué periodista! Baste decir que ha sido corresponsal en más de veinte países en conflicto. Ha vivido, por tanto, lo que supone la transformación de un mundo en guerra. Los cambios sociales, las ilusiones, las decepciones, la violencia…
Su mirada a la realidad que nos rodea resulta, por tanto, especialmente analítica. Una mirada que, a través de la literatura, permite a Berna ir más allá del formato periodístico; sea como noticia, reportaje o columna de opinión. Una mirada compleja y poliédrica que le permite dotar de hálito y humanidad a sus personajes. Personajes vivos, que palpitan. Como la inspectora María Ruiz, con sus miedos y contradicciones a cuestas. O el maravilloso e incorregible Luna, a través del que conoceremos la transformación de los medios de comunicación. O el veterano Carlos, filosófico policía retirado y mentor de María.
Y están los jóvenes, por supuesto. Esos nuevos policías que ya han nacido en un entorno digital. Los que saben destripar un ordenador, por ejemplo, por muy protegido que pueda estar.
Y están los malos, claro. Pero de ellos no vamos a avanzar nada. Ni de la trama. O de la instrucción de la investigación. Porque “Margen de error” es una novela extraordinariamente escrita, ágil, sincera y adictiva. Una novela que tienes que leer… ¡y punto!
¿Empezamos la semana hablando de la mejor literatura negra y criminal? Así arranca mi reseña de «Vivir de noche».
¿De qué se trata?
De la noche. Tiene sus propias reglas.
El día también.
Oh, ya lo sé. Pero no me gustan.
Hay novelas que, en cuanto empiezas a leerlas, las estás viendo. Literalmente. Vivir de noche, el último título publicado por Dennis Lehane en la enciclopédica y colosal Serie Negra de RBA, es una de ellas.
Los escritores, en las entrevistas, suelen negar la mayor, pero creo que es imposible que a un autor no le influya, a la hora de escribir, el hecho de saber que su novela será llevada al cine, con (casi) total seguridad. Por ejemplo, Vivir de noche, cuya versión fílmica ya está en marcha.
Ojo, a mí no me parece mal que el autor escriba pensando en ponérselo fácil al guionista y director de la adaptación cinematográfica… mientras me mantenga enganchado a las páginas del libro. Y Lehane, por supuesto, lo consigue. Le sobran oficio y talento para ello. Además, sus personajes son poderosos, las situaciones que plantean sus novelas resultan de lo más atractivas y la tensión narrativa que imprime a cada párrafo es extraordinaria.
El resto lo puedes leer a través de este enlace, que te lleva a una de nuestras páginas hermanas: Calibre 38. ¡Qué no falte entre tus favoritas!
Disculpen si el aPostado de este domingo es muy concreto y conciso, pero es que me encuentro en plena comida de trabajo, como se podrá observar en esta imagen.
A las 6 tengo una reunión para ver y estudiar el contenido de lo que aparece sobre el teclado del portátil y, más tarde, una nueva reunión a varias Bandas para hablar y discutir de estrategias y posicionamientos.
Dicho lo cual, en plena enésima Ola de Calor y estando en alerta amarilla con toques anaranjados (¡ay que ver cómo son estos agostos andaluces!) y oscilando entre la materialidad y la personalidad sugeridas por el influjo de la Virgen del Rocío, me permito hacerles esta recomendación, que viene al pelo: