La última caravana

Hablemos de libros, este domingo. De un libro que nadie ha catalogado entre los libros de economía ni tampoco entre los de zombies y muertos vivientes. Pero que podría.

Hablamos de «La última caravana», de Raúl Argemí. La reseña la tenemos en una de nuestras revistas hermanas: el impactante y contundente Calibre 38 de Ricardo Bosque. Y la podéis leer AQUÍ.

A título de anticipo de lo que podréis leer en ella:

Crisis. La crisis. La maldita, odiada, temida y manida crisis. ¿Habrá una palabra que nos provoque más asco y más miedo que “crisis”? Pues como las cosas vayan como en Argentina… “Entonces el gobierno hizo lo único que puede hacer un gobierno que no esté dispuesto a desempolvar la guillotina: decretó el cierre de todos los bancos. Fue como si Dios hubiera decidido irse de viaje para siempre”.

Jesús caravanero Lens

Por cierto que en 2008, 2009 y 2010 hablamos de Nóbeles de Literatura… y de más cosas, los pasados 09-10.

LA ÚLTIMA CARAVANA

«Entonces el gobierno hizo lo único que puede hacer un gobierno que no esté dispuesto a desempolvar la guillotina: decretó el cierre de todos los bancos. Fue como si Dios hubiera decidido irse de viaje para siempre».

 

Raúl Argemí.

 

«La última caravana.» Editorial Edebé.

 

Otro autorregalo. Patefuá. Pata Negra. Una exquisitez a la que hincaré el diente en breve.

 

Qué frase ¿verdad?

 

«Fue como si Dios hubiera decidido irse de viaje para siempre.»

 

Me recuerda a otra de esas Imágenes Imposibles, en este caso, de Carlos Amorales.

 

¿Crisis? ¿Qué crisis?

 

Gracias, Raúl.