Hoy, con Blacksad

Hoy toca. Hoy toca inaugurar la quinta edición de Granada Noir, el festival dedicado al género negro y criminal que Gustavo Gómez y yo sacamos a puro huevo, gracias al apoyo y a la confianza de Cervezas Alhambra.

Esta tarde inauguramos y lo hacemos a lo grande: entregando el V Premio Granada Noir a una personalidad destacada del mundo del Noir. En este caso, a dos auténticos monstruos: Juan Díaz Canales y nuestro Juanjo Guarnido, padres de Blacksad.

¿Quién dispara al disparador?

Todos los premios son importantes y emocionantes, pero les confieso que este es especial. Muy especial. Hace unos meses fui a un colegio a dar una charla sobre el cine como arte total. Como arte que compendia las demás artes. Al llegar al turno del cómic y los videojuegos, proyecté sendas imágenes de nuestro gato favorito. Sin conocerlo, sin haberlo visto antes, niñas y niños enloquecieron. ¿Qué tendrá Blacksad que nos enamora de forma arrebatadora?

Cambio de tercio. Ahora que me dedico profesionalmente a la gastronomía a través del suplemento Gourmet de nuestro IDEAL —flipen con el espléndido tocho que llevamos hoy viernes— me gusta reivindicar un concepto muy culinario: maridaje.

Es lo que tratamos de hacer en Granada Noir: maridar artes. Combinar literatura, cine, cómic, ilustración, música, ciencia, teatro, nuevas tecnologías… Y gastronomía, claro. Que ya verán ustedes qué tapas más imaginativas, sabrosas y literarias han preparado los bares y restaurantes donde celebraremos los diferentes Encuentros Especiales Cervezas Alhambra.

Carne de matanza en La Cueva de 1900. La fritá de la mamma en el 4U Hostel. Escabechina en Ruta del Azafrán. Marea Noir en Moana Poké. Huerto misterioso en el Bar de Fede. Maqui, Maqui en el Bar de Eric. Negro Mediterráneo en La Recacha Fórum y Cordero Polo en el Gran-Café BibRambla. Todas ellas tienen su historia, relacionada con los autores que pasarán por sus barras y los libros que allí firmarán.

No es normal empezar un festival por la entrega de su premio más importante. Pero, bien pensado, ¿a quién le importa lo que es o deja de ser normal, lógico, habitual o corriente?

Jesús Lens

La cocina tradicional de la familia Corleone

No sé yo si a los Corleone les habría gustado esto de ver aireados sus secretos a los cuatro vientos, aunque sean los de su cocina. La familia Corleone es, en general, muy celosa de su intimidad. Sólo Fredo se salía del molde, demasiado aficionado a la fiesta. Sonny también daba que hablar, más por sus accesos de genio que por otra cosa, pero los Corleone son gente discreta y prefieren disfrutar de una buena comida en familia antes que dejarse ver por ahí fuera, haciendo ostentación de su fortuna.

Para los Corleone, la comida es algo serio. De hecho, ’El Padrino’ arranca con un convite: es la boda de Connie, la única hija de Don Vito, y el vino, la pasta y los embutidos corren con generosidad. Ahí están Michael y Kay, por ejemplo, compartiendo una lasaña. Volveremos a ver a los Corleone reunidos en torno a una mesa varias veces más. Son comidas alegres y festivas, en las que no se habla de negocios. Comidas para recordar otros tiempos y, también, a quienes ya no están.

En la saga de ‘El Padrino’, la comida tiene multitud de simbolismos y significados, desde la famosa frase pronunciada por Clemenza, ‘leave the gun, take the canoli’ (deja la pistola y coge los canoli), a la amenazadora presencia de las naranjas en pantalla, anticipo de que algo violento y perjudicial para los Corleone va a ocurrir.

Liliana Battle, autora de origen italiano especializada en gastronomía, ha escrito ‘El libro de cocina de la familia Corleone’, bellamente ilustrado con las fotografías de Stacey Tyzzer y recientemente publicado en España por la editorial Norma. Una edición que sirve para celebrar el 50 aniversario de la primera edición de ‘El Padrino’, la novela original de Mario Puzo con la que todo comenzó.

El trabajo de Battle es un gozoso homenaje a una de las sagas míticas de la historia del cine en el que se repasan momentos esenciales de sus tres películas relacionados con la comida. Por ejemplo, la famosa receta de la salsa de Clemenza que el capo le desgrana a Michael Corleone cuando andan preparándose para la guerra.

“Primero echas un poco de aceite de buena calidad. Luego fríes un ajo y después echas bastante tomate y lo rehogas todo procurando que no se agarre. Echas luego tus salchichas y tus albóndigas. Y añades vino y un poco de azúcar. Es mi truco”.

¡Ay, Clemenza y sus trucos! Desde que tengo uso de razón, siempre le he echado una pizca de azúcar a la salsa de los espagueti y los macarrones, en homenaje al orondo capo de los Corleone. Y eso que, en realidad, el gran truco de Clemenza no era el azúcar, sino añadir un chorreón de vino tinto a la salsa, algo habitual en la gastronomía del norte de Italia, pero a lo que los sicilianos no estaban acostumbrados.

Liliana Battle, además de explicar con todo lujo de detalles algunas de las recetas de los diferentes platos que aparecen en las tres películas de ‘El Padrino’, tiene el detalle de dedicarles algunas recetas a miembros destacados de los Corleone, muy adecuados a su temperamento. Por ejemplo, la pasta alla Sonny, que “no se anda con contemplaciones. Su nombre tradicional es pasta arrabiata —pasta furiosa— y tiene la misma personalidad que Santino: explosiva, ardiente y llena de sabor, como un puñetazo en la boca”, explica Liliana.

O los fettuccine Alfredo, “un plato con nata y queso que te reconforta el alma, dedicado al pobre Fredo; bueno, cariñoso, sensible, sincero… como un abrazo. Siempre tratando de agradar”.

Algo importante que no podemos olvidar: por mucho que todos sepamos a qué se dedican en realidad los Corleone, la empresa oficial de Don Vito, montada junto a su amigo y consejero Genco, está dedicada a la importación y venta de aceite de oliva, uno de los tesoros culinarios de Italia… y de nuestra tierra, por supuesto.

¿Y qué tal algo de pescado? Cuando Michael está en Sicilia, conoce a una mujer arrebatadora: Apollonia, hija de Don Vitelli. Como parecen gustarse, las familias organizan una comida en el propio restaurante de Vitelli y en el menú figuran varias fuentes de pescado empanado que los invitados devoran mientras los dos tortolitos… se devoran entre sí. Con la mirada. De momento. Esta secuencia, como todas las que transcurren en Sicilia, fue rodada en diferentes localizaciones de la isla y, en concreto, el local de Vitelli continúa abierto en la actualidad. Se encuentra en la localidad de Savoca, provincia de Messina, y además de albergar mucha memorabilia y recuerdos del rodaje de la película, su granizada de limón es famosa en toda Sicilia.

En la saga de ‘El Padrino’, la gastronomía también sirve para mostrar los cambios de costumbres y la evolución de la sociedad. Así, ‘El Padrino II’ se abre con otra celebración. La familia Corleone se ha trasladado de Nueva York al lago Tahoe, en Nevada, y en vez de vino tinto, los comensales disfrutan de los más sofisticados cócteles de champán. Al bueno de Frank Pentangelli, italiano chapado a la antigua, no le hace gracia tanta modernidad y no dudará en reprochárselo a Michael. Comienzan los problemas…

O las ostras rellenas con las que se homenajea al propio Michael en ‘El Padrino III’, en el transcurso de una suntuosa fiesta en la que se celebra su consecución de la medalla de San Sebastián, impuesta en la mismísima catedral de San Patricio por las más altas autoridades de la iglesia.

¿Se acuerdan de qué hacía Don Vito al final de su vida? Efectivamente: hacer reír a su nieto y cultivar tomates. ¿Qué tal si terminamos este repaso por ‘El libro de cocina de la familia Corleone’ con una deliciosa, fresca, sana y natural ensalada caprese? Tomates, mozarella fresca, sal, pimienta negra recién molida y un chorro de aceite de oliva. Porque la vida, al final, está hecha de grandes momentos sencillos.

En Granada Noir 5, gracias a Cervezas Alhambra, en el 4U Hostel se va a celebrar una cena homenaje al 50 aniversario de la publicación de El Padrino. Permanezcan atentos a sus pantallas.

Jesús Lens

El auge de la no ficción negra y criminal

En los últimos años estamos viviendo un notable auge de un género hasta ahora poco habitual y apenas transitado en la literatura negra española: la no ficción. Se trata de un género híbrido y mestizo que combina la novela tradicional y la historiografía, basada en testimonios reales. También llamada relato metaficcional, la no ficción se podría definir como relato literario de factura periodística.

Aplicado al noir que tanto nos gusta, la no ficción ha acuñado una etiqueta de origen anglófono: true crime. Crimen auténtico. Y es que, por mucho que suene a tópico, hay demasiadas ocasiones en las que la realidad supera a la ficción. Por desgracia.

La quinta e inminente edición de Granada Noir, el festival patrocinado por Cervezas Alhambra, pondrá especial énfasis en esta modalidad de crimen auténtico y de no ficción, con la presencia de autores, periodistas y especialistas en la cuestión. En concreto, el sábado 28 de septiembre estarán en Granada los dos directores de las colecciones dedicadas al género de no ficción más interesantes del mercado editorial español: Marta Robles, a la cabeza de ‘Sin ficción’, de la editorial Alrevés; y Antonio Lozano, de RBA.

Para conocer un poco más sobre las claves de la no ficción de corte negro criminal y, a la vez, anticipar algunas de las cuestiones sobre las que hablarán en Granada Noir, les preguntamos a nuestros protagonistas por qué resulta tan atractiva esta modalidad literaria. Para Antonio Lozano, “la no ficción, y en especial el true crime, descorre el velo protector con el que leemos ficción negra, elimina la distancia de seguridad que la imaginación establece entre lo narrado y la vida. Los delitos y los crímenes dejan víctimas, heridas, traumas… Por otro lado, si leemos en parte novela negra para ver reflejada o exorcizada esa carga oscura o ese impulso dionisíaco que todos llevamos dentro de alguna manera, el true crime acude a la realidad para (re)confirmarnos que esas intuiciones incómodas son ciertas y tangibles. Además, los ensayos y true crimes permiten descubrir que buena parte de los clichés de las ficciones policiacas en cualquier formato son espeluznantemente ciertas al tiempo que otros recursos no podrían estar más lejos de la verdad”.

Para Marta Robles, “la no ficción resulta especialmente atractiva para los lectores porque, de alguna manera, se sienten involucrados en la historia que se les cuenta. Se relatan hechos que no les resultan ajenos, que conocen, que han seguido y sobre los que siempre les quedan dudas que están ávidos de que alguien les despeje. A todo eso se une la curiosidad del ser humano por saber qué le ocurre a otros seres humanos como él. Sobre todo cuando se trata de una tragedia. Nos paramos cuando vemos un accidente. Para ayudar, tal vez. Pero también para saber a quién le ha ocurrido, cómo ha pasado, por qué… Tiene mucho que ver con que también nos podría pasar a nosotros”.

Íntimamente ligada con esta cuestión está la de los límites entre periodismo y no ficción. Para Lozano, “el periodismo no debe trampear con los hechos, el rigor es su ley y la máxima objetividad, su aspiración principal. La literatura de no ficción puede permitirse ciertos adornos, tanto formales como factuales, su subordinación a lo ocurrido no es un imperativo categórico. Hay un ligero margen ‘artístico’ en la segunda que queda vetado a la primera”.

Para Marta Robles, por su parte, “el límite entre el periodismo y la literatura de no ficción está, sobre todo, en la extensión del relato, que puede incluir muchos detalles que son imposibles de contar en el periodismo del día a día, donde todo tiene que estar medido. Además el periodista que escribe no ficción puede elegir un punto de vista. El de la policía, el del asesino, el del propio periodista. Y relatar desde ahí. En el periodismo se deben incluir todos para evitar la parcialidad. En la no ficción ese punto de vista que se elige está claro y es uno de los valores de cada libro”.

Una Marta Robles que, además de periodista, también es novelista y aprovechará su paso por Granada Noir para presentar ‘La mala suerte’, su título más reciente. Rematamos este somero análisis con otra pregunta: ¿Qué relación hay entre la realidad y la ficción en la novelística de Marta Robles? “Cualquier realidad que pasa por la literatura con vocación de convertirse en novela acaba siendo pura ficción. Mis novelas describen casos que no son reales, son inventados, pero que podrían ser auténticos. E incluyen problemas de la sociedad que existen, sin ninguna duda, y que rodean a mis personajes de ficción para que sientan y padezcan como si fueran reales y los lectores se los crean. Todo parte de la realidad, las novelas negras, verdes y amarillas. Pero luego sólo tiene que ser creíble, no real. Y esa también es su magia”.

Jesús Lens

El arte de la conversación

Hacía tiempo que una hora no volaba a tanta velocidad. Fue el pasado sábado por la noche, en un Cuarto Real abarrotado. Era la última conversación del programa central de Granada Noir, estábamos cansados, las Alhambras Especiales hacían su efecto y, sin embargo, no se oía una mosca. Silencio sepulcral y expectante ante las palabras que Alicia Giménez Bartlett iba desgranando con una sensibilidad exquisita trufada de un ácido sentido del humor que, entonces sí, arrancaba las carcajadas de la gente.

Fue un privilegio escuchar a la autora galardonada con el IV Premio Granada Noir: mientras hacía un amplio repaso a su carrera literaria, nos hacía partícipes de las historias que están en la génesis de sus novelas, tanto las de la saga de Petra Delicado como “Hombres desnudos”, con la que ganó el Planeta, y “Donde nadie te encuentre”, galardonada con el Nadal y en la que se cuenta la historia de la guerrillera hermafrodita Teresa Pla Meseguer, conocida como La Pastora.

Hablaba de sus novelas y de sus personajes, pero en realidad hablaba de la vida, de la sociedad española contemporánea y la transformación que ha sufrido en estos veinte años. Hablaba de Petra, que ya está en la cincuentena, pero también estaba hablando de nosotros como lectores y del callo que vamos haciendo.

Foto: Laura Muñoz Hermida

Respuestas justas y ajustadas, ni largas ni cortas, repletas de información y de contenido. Respuestas repletas de historias y anécdotas que nos hacen querer y comprender, más y mejor, tanto a sus novelas como a sus personajes. El origen de la idea para “Hombres desnudos”, por ejemplo, una de las novelas más interesantes que se han publicado en España sobre la crisis que nos viene azotando desde hace diez largos e interminables años.

Voló una hora de nuestro tiempo en compañía de Alicia Giménez Bartlett gracias a su conversación rica y feraz; inteligente y de una altura intelectual a la que estamos poco acostumbrados. Sin engolamiento alguno. Con la sencillez y la naturalidad de una persona sabia que deja perlas de su sabiduría con la naturalidad con la que un campesino siembra sus semillas en los surcos recién arados.

Foto: Laura Muñoz Hermida

¡Qué disfrute, haber tenido con nosotros a Alicia Giménez Bartlett! Y qué complicidad con Fátima Gómez Abad, la diputada de Cultura y Memoria Histórica que le hizo entrega del IV Premio Granada Noir.

Jesús Lens