Ver al otro Costa

No sé si tenían pensado hacer algo extraordinario este fin de semana, aunque sea dentro de nuestro perímetro provincial, pero como va a hacer malo (o bueno, depende de cómo se mire) y se pasará el fin de semana lloviendo, les aconsejo darse un salto al Centro Guerrero para ver la exposición ‘Solo’, del fotógrafo Matías Costa.

Vayan con tiempo. Es una exposición que pide calma y sosiego dado que está compuesta por siete series diferentes de fotografías, con lo que ello supone. Y ojo a los horarios de apertura y cierre del Centro, que resulta complicado saber qué actividades son esenciales o incidentales en cada momento.

En la planta baja del maravilloso edificio de la calle Oficios, tres series de fotografías que se hablan, colisionan e interaccionan entre sí muestran la vertiente más pura y clásica del Matías Costa fotoperiodista. Instantáneas sobre inmigración, la huella de la limpieza étnica en Ruanda e ‘Hijos del vertedero’, sobre la comunidad roma de Madrid que, desalojada del lugar en que vivía, se tuvo que instalar en un vertedero. Fotografías en un intenso blanco y negro que conectan universos geográficos solo aparentemente lejanos y distanciados entre sí.

La serie china, una explosión de color, tiene imágenes que lo mismo recuerdan al cine preciosista de Won Kar Wai que a fotogramas de las películas de gángsteres de Scorsese.

Reflejos

Y están los mundos extinguidos o en proceso de extinción. Las secuencias de Panamá que muestran los lugares abandonados por los norteamericanos tras el cambio de manos del Canal y las de los marineros varados en sus barcos, son pura fantasmagoría. Imágenes repletas de sugerencias, evocaciones y matices. En unas, los espacios vacíos parecen convocar fantasmas. En otras, los navegantes anclados en tierra se asemejan ellos mismos a espectros, atrapados y desvelados por la lente de Costa.

Marineros varados

Sobre The Family Project no les diré nada, invitándoles a que lo descubran ustedes mismos. Solo les avanzo que le da todo el sentido a esa obsesión por el desarraigo, el exilio y la otredad de Costa. Miren sus cuadernos de viaje. Sus diarios. Las fotos intervenidas.

“Estamos hechos de otros. Llevamos a otros dentro, como muñecas rusas”, escribe el fotógrafo en uno de los cuadernos. Ya desde el título de la exposición, ‘Solo’, asistimos a un vaciamiento existencial en el que tiempo y espacio se ven tensionados por el ojo atento y la lente prodigiosa de un fotógrafo extraordinario.

Jesús Lens

Fotoperiodismo de primera

El fotoperiodismo granadino está de enhorabuena. Hace unos días, Alfredo Aguilar se convertía en noticia al ganar el II premio de fotografía “Carlos Pérez Siquier”, convocado por la Real Academia de Bellas Artes de Granada, por “Inocencia”, una extraordinaria serie de instantáneas en blanco y negro tomadas aquí al lado, pero que podrían representar un sinfín de espacios, tiempos y lugares de cualquier parte del mundo. (AQUÍ, la serie completa de fotografías)

Una de las fotos de la serie «Inocencia» de Alfredo Aguilar

Además, el pasado mes de octubre, Carlos Gil nos daba una enorme alegría al ganar la Medalla de Oro en la categoría de “Eventos: tradiciones y culturas” en los International Photography Awards de Nueva York, con sus imágenes sobre la Semana Santa granadina. (AQUÍ, la serie completa de las fotos premiadas)

A Carlos lo conocí en la presentación de una exposición de fotografías de Agustí Centelles sobre los campos de refugiados de Bram, tomadas en la II Guerra Mundial. Me condujo a una de las imágenes que colgaban en la pared de la sala y me mostró otra que tenía guardada en su móvil, realizada durante uno de sus viajes a los campos de refugiados sirios. Eran idénticas. Calcadas. ¿Saben ustedes la impresión que me provocó aquello?

Aprovechamos para hablar de “La grieta”, el extraordinario e imprescindible libro de Carlos Spottorno y Guillermo Abril que, editado por Astiberri, les recomendaba leer en esta columna, hace unos meses. Desde entonces, cada vez que me encuentro con Carlos le pregunto en qué anda, inquieto y nervioso como es. ¿Habrá viajado por fin a Marruecos, a la zona de Alhucemas, uno de sus últimos objetivos?

Una de las fotos sobre la Semana Santa granadina, de Carlos Gil

Y de nuestro Alfredo Aguilar, ¿qué les puedo contar? Alfredo es una de esas raras personas cuya mera presencia te mejora el ánimo, te arranca una sonrisa y te arregla el día, por torcido que esté. No sé qué tendrá Alfredo ni cuál es su secreto. Solo les diré que adoro cruzármelo, aunque sea unos segundos. El concepto “tío grande” encuentra en Alfredo Aguilar su más depurada acepción. Y solo un tipo tan grande como él es capaz de captar la esencia del ser humano en una prodigiosa serie de instantáneas que entroncan con lo mejor de la historia del fotoperiodismo humanista (*).

Alfredo Aguilar. Fotorreportero. Foto de Pepe Marín, tomada del blog Periodismo al pil pil de Javier Barrera

¿Saben ustedes la suerte que tenemos en Granada, al contar con fotógrafos como Alfredo y Carlos? No dejen de disfrutar de su trabajo, todos los días, en la prensa local. Está muy a mano: en el kiosco de la esquina.

(*) Lean esta entrada de Periodismo al pilpil, de Javier Barrera, donde se cuenta la historia de esa foto de Alfredo Aguilar, tomada por Pepe Marín, y que tan bien representa el trabajo diario de los fotoperiodistas granadinos.

Jesús Lens

30 años de Fotoperiodismo con Ramón L. Pérez

Un grupo de gente tuvimos la suerte de ver ayer, en compañía de su autor, la exposición “30 años de fotoperiodismo en portada” que, hasta el 7 de diciembre, hace un profundo repaso de un apasionante período de nuestra historia a través de 42 fotografías de Ramón L. Pérez, jefe de fotografía y editor gráfico de IDEAL.

Es una exposición colosal, que yo no me perdería. Y, desde luego, me compré el catálogo que, con la dedicatoria de Ramón, se ha convertido en una de las joyas de mi colección, por las fotos y por los textos, en los que el autor explica el cómo, el cuándo y el porqué de las imágenes.

Tal y como señala Ramón, “No todas las fotografías de la exposición son las que ocuparon las portadas de IDEAL, sino que, en algunos casos, hemos elegido otras distintas en las que prima más el valor artístico que el propiamente informativo”.

Efectivamente, el diálogo entre lo que pudimos ver en las portadas de IDEAL -que también forman parte de la muestra -y ese antes o ese después que Ramón L. Pérez nos invita a descubrir en la exposición se convierte en un apasionante juego de espejos que refleja, de manera extraordinaria, no solo la historia de Granada de los últimos 30 años, sino también su intrahistoria, lo que ocurre tras las bambalinas, el paisaje después de la batalla política o la relajación de determinados personajes históricos, una vez terminadas las poses oficiales.

Porque las imágenes de un buen fotoperiodista deben contar historias por sí mismas, al margen del texto al que acompañan. Como señala Antonio Jara, presidente de CajaGRANADA, en el imprescindible catálogo de la exposición: “Hace tiempo que el fotoperiodismo dejó de ser una expresión adjetiva, estática y pasiva, orientada a la simple complementariedad informativa. El fotoperiodista ofrece su propio discurso y vehiculiza mensajes propios.”

Foto de CajaGRANADA Fundación
Foto de CajaGRANADA Fundación

O, como también comenta Eduardo Peralta, director de IDEAL, en el catálogo: “La fotografía capta solo un instante de la realidad, el más llamativo o único, capaz de llamar la atención, hacer a uno sonreír o sobrecogerse. Ese momento, el encuadre y todos los elementos técnicos dependen de quién pulse el disparador”.

En este caso, la persona que lleva 30 años pulsando el disparador es un fotógrafo que comenzó su andadura profesional en su Extremadura natal, un fin de semana, durante un partido de baloncesto. “Yo iba como aprendiz de Alfonso, fotógrafo del diario Hoy. Cubríamos los partidos de fútbol y baloncesto. Yo hacía las fotografías en las primeras partes y, después, Alberto se encargaba de documentar gráficamente las segundas partes y los desenlaces de los encuentros. Un día, al llegar al descanso de un partido de basket, le iba a pasar la cámara cuando me dijo que no. Que aquel partido era completamente mío. Entonces empezaron a temblarme las manos. ¡Menos mal que había sacado buenas fotos, sin presión, durante el primer tiempo!… Eso sí. Cuando al día siguiente vi el periódico, con mi foto y mi nombre, supe que quería dedicarme profesionalmente a esto. Y hasta ahora”.

Foto de CajaGRANADA Fundación
Foto de CajaGRANADA Fundación

Treinta años después, la exposición y el catálogo se cierran con una imagen icónica de Granada: un concierto de Miguel Ríos, reivindicando a Granada como potencia cultural. Ramón L. Pérez, también destaca la importancia del catálogo de la exposición y agradece a CajaGRANADA, IDEAL, Ámbito Cultural El Corte Inglés y ESCO que lo hayan hecho posible: “En el catálogo hay más fotos relativas a cada historia y aprovecho para contar las anécdotas que conllevó su obtención, cómo me sentí y qué hay detrás de cada uno de este medio centenar de momentos, rescatados de entre más de 1.000 portadas que he firmado a lo largo de estos 30 años. Ha sido complicado, pero el trabajo realizado con la comisaria de la exposición, Isabel Soler, me ha ayudado a hacer la selección”.

 Ramón L. Pérez corrillo

Información práctica:

 

Lugar: Centro de Exposiciones de CajaGRANADA en Puerta Real

Acera del Casino, 7. Granada Telf.: 958 227 791

 

Fechas: Desde el 2 de octubre de 2014 al 7 de diciembre de 2014

 

Horario de la sala:

De martes a viernes de 18.30 a 20.30 horas.

Sábados: de 12 a 14 horas y de 18.30 a 20.30 horas

Domingos y festivos: de 11 a 15 horas.

Lunes cerrado

Foley

No lo veas. No veas el vídeo de la decapitación de James Foley. La tentación es fuerte y hay varios enlaces que te llevan a las macabras imágenes. Pero no lo busques.

Como dice Kelly Foley, son imágenes que nadie debería ver ni compartir.

Foley

Son parte de la intimidad de una familia devastada. Y, además, cada vez que alguien ve el vídeo, le hace el juego a los despreciables, sádicos y abominables asesinos del autoproclamado EI, Estado Islámico, anteriormente conocido como ISIS, el cruel Estado Islámico de Irak y el Levante que sigue asolando una de las zonas más asoladas del mundo.

A cambio, y si quieres homenajear la imprescindible labor que desempeñan los corresponsales de guerra y los fotoperiodistas, aprovecha para ver dos documentales en los que se cuenta el trabajo que hacen y los riesgos que corren para que, cada día, sepamos lo que pasa en esas zonas del mundo convertidos en agujeros negros.

El primero se titula “No me llames fotógrafo de guerra” y parte de la concesión del World Press Photo al fotoperiodista español Samuel Aranda. Junto a él, otro grupo de aguerridos fotógrafos cuentan sus peripecias y su forma de afrontar una profesión de alto, altísimo riesgo: qué buscan, qué tratan de conseguir, qué quieren transmitir. Y cómo se las ingenian para conseguirlo.

 No me llames fotógrafo de guerra

La segunda película es “Tim Hetherington. Un fotógrafo en la línea de fuego”, en la que se repasa la vida de uno de esos fotoperiodistas que lo arriesgan todo por su profesión. Hasta que la muerte les encuentra. En el caso de Tim, en Libia. En la ciudad de Misrata, en 2011.

 Tim

Impresiona ver y escuchar sus palabras, sus testimonios, sueños, planes, deseos… y a sus padres. Y a su novia. Y a sus compañeros. Dan la auténtica dimensión de una profesión heroica que, quizá, no valoramos como se merece cada vez que posamos la vista sobre las páginas de los periódicos y las revistas o cada vez que entramos en las ediciones digitales de los grandes medios.

Véanlos. Escúchenlos. En homenaje a Foley y a todos los periodistas que han muerto en el frente, tratando de que tú y yo seamos personas informadas y, por tanto, más y mejor civilizadas.

Jesús Lens

Firma Twitter

Fortino Sámano

Queridos Habibis, el tipo de esta imagen, sobre el que hemos hablado estos días y sobre el que habéis elucubrado, se llama Fortino Sámano y, si seguís la secuencia de imágenes, no hará falta que os explique más.

Miguel lo dijo y también Verónica y Alberto, cuyos comentarios me tomé la libertad de borrar para seguir dejando la incógnita e invitaros a participar. ¡Enhorabuena por dar con la verdad y gracias por dejarme “censuraros”!

Las fotos son de Agustín Víctor Casasola, uno de los primeros fotógrafos documentalistas mexicanos, cuya lente retrató buena parte de los episodios de la Revolución Mexicana.

Sámano, por su parte, llegó a esa tapia a los treinta años, después de haber sido lugarteniente de Zapata y de haber estado involucrado en un asunto de falsificación de moneda.

O quizá no.

Porque poco más se sabe de él.

Pero ahí queda su actitud desafiante ante la muerte. Ni lloroso o quejumbroso ni enrabietado o iracundo. Esa mueca que mezcla indiferencia, desprecio y un poquito de asco. Una cara que viene a decir, aproximadamente, algo así como: “¡Que os den!”

Y punto.

Una foto que, desde que la vi, me ayuda a relativizar y a tomarme las cosas con calma. Cuando todo parece ir mal, recuerdo a Fortino y procuro poner la misma cara, aunque sin cigarrillo.

¡Eso es lo que hay!

Jesús Fortinista Lens.