Pedregosa, en vivo y en directo

Cuando estuve en Pamplona Negra, a principios de año, la mayoría de la gente que me encontraba en las charlas, tertulias y mesas redondas, hacía un aparte y me decía: “Cuidad a Pepo allá abajo, ¿eh?” Y de ello hablo hoy en IDEAL.

Y es que, efectivamente, Alejandro Pedregosa vuelve a estar en Granada. Que, en realidad, nunca se fue. Pero que ahora está aquí de forma permanente. Y eso, queridos lectores, es un auténtico lujo, como habrán podido ustedes comprobar en la columna semanal que Alejandro, Pepo para los amigos, ha empezado a publicar todos sábados, en IDEAL.

 

Pero a Pedregosa, a buen seguro, ya lo conocen ustedes, que lleva varios veranos deleitándonos con sus prodigiosos cuentos, los domingos, en el suplemento V de este periódico. Los del pasado año, fabulando sobre las posibles historias que subyacen bajo el título de canciones de verano tan famosas como “El tractor amarillo” o “La barbacoa”, no tienen precio.

Alejandro Pedregosa, además de ser un cuentista de tomo y lomo, es un extraordinario poeta… capaz de convencer a los más recalcitrantes antilectores de poesía para que insistan y descubran su magia y misterio. Porque Alejandro, junto a Alfonso Salazar, han puesto en marcha una innovadora, original y diferente Escuela de Escritores que les recomiendo vivamente.

Y Alejandro es, también, un excelente novelista con una inaudita capacidad para cambiar de temas, personajes y registros a la vez que mantiene una voz personal, absolutamente propia y reconocible.

 

¿Ven como no exageraba un ápice cuando les decía que es un lujo tener de vuelta a Alejandro Pedregosa en Granada? Y hoy, martes, vamos a aprovecharlo y a exprimirlo. Porque a las ocho de la tarde presenta su más reciente libro de relatos, “O”, editado por Cuadernos del Vigía, en la Biblioteca de Andalucía.

Pero es que, además, a las seis de la tarde vamos a transmitir en directo, a través de Facebook Live, el primero de los Encuentros Especiales organizados por Granada Noir y Cervezas Alhambra, en los que se hablará de literatura, cine, cómic, fotografía, actualidad y todo lo que se tercie con escritores, dibujantes, artistas y fotógrafos vinculados al género negro.

 

El Encuentro virtual con Alejandro Pedregosa se desarrollará en el Kiosco de Las Titas y todos ustedes pueden participar, a través de la página de Facebook de Granada Noir, haciendo comentarios, preguntando al autor, etcétera. ¡Aprovechemos la tecnología para ser más creativos!

 

Jesús Lens

¿Cabe el humor en el Noir?

No parece, a priori, que el humor y el género criminal estén llamados a maridar. Es cierto que existe el humor negro, pero es otra cosa. Que las investigaciones de asesinatos, estafas, robos y crímenes varios no son terreno abonado para la risa, precisamente. Y a ello dedicamos El Rincón Oscuro de esta semana, en nuestra sección Noir de IDEAL.

Humor negro

Y es que, como tantas veces hemos comentado, una de las características fundamentales del género criminal es destapar las miserias de la sociedad y alumbrar esos rincones oscuros de los que esta sección toma su nombre. El buen Noir bucea en las contradicciones de la sociedad del bienestar y obliga al lector a enfrentarse a la realidad en que vivimos, aunque nos cueste o no nos guste verla: corrupción, violencia machista, tráfico de armas, trata de seres humanos, crimen organizado… No parece, insisto, que el humor tenga mucho que decir en un universo como éste.

Y, sin embargo, uno de los rasgos característicos de los protagonistas de los grandes clásicos del género negro es su humor sardónico, sus respuestas ingeniosas y las vibrantes réplicas en unos diálogos convertidos en auténticos duelos dialécticos cargados de doble sentido y malas intenciones. Y es que pasarse la vida escarbando entre los bajos fondos termina por generar grandes dosis de cínico escepticismo.

Así, Philip Marlowe y San Spade, por ejemplo, eran tipos lacónicos que hablaban lo justo y necesario, creando un arquetipo de héroe socarrón y solitario que no tardaría en ser homenajeado, imitado… y parodiado, con mejor o peor fortuna, tanto en el mundo de la literatura como, sobre todo, en el cine.

El sueño eterno

Por los hermanos Coen, sin ir más lejos. ¿Quién no recuerda a su celebérrimo El Nota? El personaje interpretado por Jeff Bridges en “El gran Lebowski” hace suyos todos los tópicos del antihéroe del Noir… para dinamitarlos y hacerlos saltar por los aires, convirtiéndose en el detective privado más deliciosamente improbable de Los Ángeles.

El Gran Lebowski

¿Y en España? El género policíaco español tampoco ha mantenido una relación particularmente fluida con el humor. Hasta la llegada del siglo XXI y de autores como Carlos Salem, que no ha tenido empacho en trufar sus novelas de una acidez vitriólica y salvaje que, sin contemplaciones, despezada la surrealista realidad que nos rodea, con la telebasura y algunos de sus especímenes como principales sufridores de su ira literaria. O Alejandro Pedregosa, que convocó al mismísimo Cunqueiro en “Un mal paso”, la trama negra con la que recorrió su particular Camino de Santiago.

Un mal paso

Por todo ello, tenemos que saludar con alborozo la aparición de una novela como “El costado derecho”, de Paco Bescós, publicada por Salto de Página, una de las editoriales pioneras a la hora de combinar diferentes géneros literarios.

Definámosla como delirante, desde que empieza hasta que termina. Delirante, en su planteamiento, nudo y desenlace. Delirantes son sus personajes, principales y secundarios. Y las situaciones que plantea. Y el escenario en que se desarrolla. Porque “El costado derecho” es una novela tan delirante como la realidad en que vivimos. O en la que tratamos de sobrevivir.

Imagine el lector que ingresa en el hospital para una intervención rutinaria. Y que, al despertar, oye voces. Voces que susurran. Voces que dejan entrever que algo extraño ha ocurrido durante la operación. Por ejemplo, que le hayan extirpado un riñón. Accidentalmente.

El costado derecho bescós

Siga imaginando el lector que, por mor de la Crisis, ha pasado de ser un exitoso profesional del sector de la construcción que se bebía la vida mientras cabalgaba a lomos de una moto de gran cilindrada, un triunfador que residía en una lujosa urbanización del extrarradio madrileño con su hermosa mujer y un pequeñín encantador… a ser un solitario vendedor de la sección de chapuzas de un centro comercial que, divorciado, apenas rasca lo suficiente para comer caliente todos los días.

Y, encima, le quitan un riñón. Y un excéntrico compañero de trabajo le siembra la duda. ¿Y si no ha sido un accidente? ¿Y si, en realidad, se trata de una trama orquestada? Y, como es verano y hace calor…

Quijotesca. Sí. “El costado derecho” es una novela quijotesca. Y sanchopancista. Pero, sobre todo, es una novela en la que se puede sentir el aliento del Ignatius J. Reilly de “La conjura de los necios”, pasado por el tamiz de la crisis española contemporánea y las crecientes dosis de surrealismo que ha ido dejando al descubierto.

Paco Bescós

Paco Bescós ha escrito una novela, por tanto, estrambóticamente contemporánea, en la que los conspiranoicos más conspicuos se dan la mano con arribistas y nuevos ricos. Una novela que reparte estopa a diestro y siniestro, incluyendo a los nacionalismos de conveniencia. Una novela muy loca que no estará en el Top Ten de ventas de ningún centro comercial, pero cuyo irreverente humor les hará mucho más llevaderos los rigores del calor estival.

Jesús Lens

Twitter Lens

Hotel Mediterráneo

Mi artículo de ayer domingo en IDEAL, habla de una novela maravillosa que se presenta el martes, a las 20 horas, en la Biblioteca de Andalucía. Pasar un rato con Pepo, si no tienes alguna obligación inexcusable, debería ser obligatorio. Ahí lo dejo.

Hay hoteles que, nada más traspasar su umbral, te acogen como si fueran tu casa. Desde la primera página.

Hotel mediterráneo

Rectifico: hay hoteles, como el “Hotel Mediterráneo”, en los que determinadas personas encuentran un hogar mucho más cálido, cercano y familiar que el suyo propio. Las mujeres maltratadas, por ejemplo. Y los fugitivos de la justicia. Y los músicos desubicados. Y las personas con ganas de cambiar la realidad, pero sin paciencia para chocar y darse cabezazos contra el muro de la burocracia, una y otra vez.

Porque “Hotel Mediterráneo” es un territorio mítico surgido de la fértil, poética y concienciada imaginación de un escritor prodigioso: Alejandro Pedregosa.

Hotel mediterráneo Granada Noir

Comienzas a leer la novela “Hotel Mediterráneo” y no tardas en sentirte arrullado por la magnética prosa de un autor que atesora una singular y exquisita capacidad para hablar de los temas más duros… desde el respeto, el cariño, la comprensión, la solidaridad y la identificación con las víctimas.

Una prosa cadenciosa que sugiere tanto como cuenta, que te envuelve en atmósferas, paisajes y espacios brumosos que te gustaría descubrir, visitar y conocer en la realidad. Porque el “Hotel Mediterráneo” no da al mar. Se encuentra escondido en un recóndito valle, entre frondosos bosques que, en otoño, alcanzan su máximo esplendor. Aunque, en realidad, no es un hotel propiamente dicho. Es un refugio para mujeres maltratadas que necesitan desaparecer y huir por un tiempo de sus casas, de sus barrios, de sus vidas y de la violencia que las rodea.

Hotel mediterráneo Pedregosa

Un refugio, también, en el que han ido recalando una serie de personajes fascinantes, cada uno con su historia a cuestas. Historias complejas, complicadas y contradictorias. Historias que, entretejidas, conforman una preclara y completa radiografía de la sociedad española contemporánea: crisis, corrupción, nacionalismo, ecología, individualismo a ultranza…

Y todo ello sin caer en lo panfletario o lo maniqueo; en el sentimentalismo fácil o en los bajonazos al lector. “Hotel Mediterráneo” es una novela con múltiples puntos de vista que, con inteligencia y sutileza, transporta al lector a un universo con muchos y variados referentes literarios y cinematográficos. Como el western. Porque el refugio en que transcurre casi toda la acción de la novela podría ser la prisión de “Río Bravo” en la que los héroes hawksianos se ven obligados a parapetarse y resistir.

Hotel mediterráneo Alejandro Pedregosa

Resistencia. “Hotel Mediterráneo” es un canto a la ética y a la estética de la resistencia. Y una reivindicación del papel del héroe en nuestra cultura, desde los tiempos de Homero hasta las leyendas del Far West. El héroe contemporáneo que, como en las películas de Hawks, es la persona que hace lo que tiene que hacer. Y punto. La persona que, más allá de palabras, discursos e intenciones; es consecuente consigo misma y actúa de acuerdo a su filosofía y a su forma de pensar.

“Hotel Mediterráneo” es una excelente novela que consolida a Alejandro Pedregosa como una de las voces imprescindibles de la narrativa española contemporánea.

Jesús Lens

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A pleno sol

Una apuesta arriesgada, la de Alejandro Pedregosa, al titular su última y extraordinaria novela con el mismo título con que los editores españoles bautizaron uno de nuestros libros referenciales y de cabecera, escrito por Patricia Highsmith en 1955: “The talented Mr. Ripley”.

A-pleno-sol-Alejandro-Pedregosa

Una apuesta arriesgada y valiente que, sin embargo, tiene todo el sentido, no en vano, la acción de la novela transcurre en el lapso de unas semanas muy especiales: las que fueron de mayo a junio de 2011, en Madrid, cuando pareció que otro mundo podría ser posible. Una vez más. Para terminar demostrándose que, por desgracia, no es así. De nuevo.

Daniela es una joven inquieta que enarbola una pancarta, tan sencilla como poética, al comienzo de lo que se dio en llamar el 15-M: “Despierta y ponte a soñar”. Pronto entabla contacto y relación con algunas de las personas que protagonizaron aquellas jornadas de fraternidad, utopía y fe en un futuro mejor. Como Vigo, un actor argentino. O Chucho, un enigmático señor mayor de quien nadie sabe nada, pero que lleva ensaimadas de La Mallorquina y café caliente, todas las mañanas, a los indignados de Sol. Y está Jon, conectado a su iPhone. Y Uli, un alemán sempiternamente encuerado. Y Teresa, una señora muy chiquita con gusto por recopilar las leyendas, frases y consignas que escucha, lee y ve durante aquellos mágicos días. Y Lavane, una andaluza de habla verborreíca. Y de Cádiz.

A pleno sol consigna

Todos ellos verán su vida cambiar cuando Daniela desaparezca, misteriosamente, sin dejar rastro.

Chucho, que resulta ser un antiguo policía retirado, se hará cargo de una investigación paralela y complementaria a la oficial. Y para ello contará, con el apoyo –no sin suspicacias- de algunos de los indignados. Y de otros muchos personajes que jalonan una novela coral, extraordinaria y majestuosa, que consagra a Alejandro Pedregosa como uno de los mejores escritores españoles del momento.

La capacidad que tiene el autor de presentar y definir a sus personajes con apenas tres brochazos lo convierte en el gran Impresionista de las letras españolas: en dos párrafos, a través de un gesto, de una frase, de una réplica, de un detalle… el lector conoce y se representa, a la perfección, a todos y a cada uno de los múltiples protagonistas de una historia que, concentrada en el tiempo, va de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante como en las mejores películas de cine negro. Ese cine negro protagonizado por enigmáticos y poderosos personajes femeninos desaparecidos, pero cuya huella, aliento y presencia se siente en cada fotograma, en cada página, a cada segundo.

Porque Daniela, a pesar de su desaparición, es la gran protagonista de la novela. Y Chucho, que lleva la voz cantante, como investigador. Solo que Chucho, como tipo enigmático que es, habla poco. Muy poco. Y, por eso, el resto de personajes también son protagonistas. Los ya citados y otros muchos. Como María de la O. Y Momo. Y el colosal Brito. Y los policías. Los de verdad. Y la familia de Daniela. Y Helena.

Tranqui, tranqui. Lo mismo estás pensando que te puedes perder en este maremágnum de nombres. ¡Para nada! Como te decía, la gran habilidad de Alejandro Pedregosa es ir presentando personajes que no solo tienen individualidad propia, sino que complementan y se retroalimentan a y de los demás, haciendo que la trama avance a pasos agigantados y, sobre todo, que te enamores de todos y cada uno de ellos.

A pleno sol Alejandro Pedregosa

¡Quién tuviera un vecino como Chucho, un amiguete como Jon o una compañera como Lavane! Lo he dicho muchas veces: las grandes novelas son aquellas a cuyos protagonistas te gustaría tener como amigos o con los que, al menos, te gustaría compartir unas Alhambras Especiales bien frías en tu bar favorito. Y, desde luego, a la cuadrilla de “A pleno sol” te la llevarías, entera, a ese bar especial, único y personal que forma parte de tu educación sentimental.

Por todo ello, si no sabes qué leer estas semanas o si alguien te pide que le recomiendes un libro para este verano, no lo dudes: “A pleno sol”. El de Pedregosa. Una novela rebosante de humanidad, cuyos personajes respiran, sudan, ríen y lloran en todas y cada una de las páginas de una novela que devorarás en tres sentadas y que no podrás olvidar. Por siempre jamás.

Y si no me crees… ¡ya puedes hacer la prueba!

Y hablamos.

En Twitter: @Jesus_Lens

Granada Negra

Rematamos el reportaje que escribí para IDEAL, sobre Granada como escenario policíaco y criminal, cuya introducción y primera parte publicamos aquí y aquí respectivamente. Y es que la realidad que nos rodea puede ser más negra que la oscuridad de una noche sin luna… (Aquí, la edición digital del artículo, tal y como la publicó IDEAL)

No solo del pasado vive la Granada más negra y criminal. En los libros del novelista y profesor de Derecho José Luis Serrano es una abogada, Amparo Larios, la que tiene que vérselas con la sordidez y las entretelas de una ciudad tan levítica como contemporánea que, primero, trata de pasar desapercibida bajo el nombre de Elvira. Lo que resulta imposible. Porque Granada, nuestra Granada, solo puede ser una. Con sus personas, sus personajes, sus personajillos y sus personajetes.

Granada Negra Amparo Larios

Hasta ahora son dos las entregas protagonizadas por Amparo Larios, una arrojada letrada que gusta ir por libre, en todos los ámbitos de su vida. Incluida la cama. Y que no duda en plantar cara a las mafias marbellíes y a algunos compañeros que, más bien, son comparsas; aunque su actitud le cueste más de uno y dos disgustos. Con “Al amparo de la ginebra” y “Febrero todavía”, Serrano inició una saga que no debería haber acabado. Y no solo porque el autor la concibiera originalmente como una tetralogía, sino porque la sórdida actualidad da, por desgracia, para muchas novelas y argumentos negrocriminales, como Petros Markaris está demostrando en Grecia con su famosa Trilogía de la Crisis.

Así, por ejemplo, Juan Madrid, uno de los fundadores del género negro en España junto a Andréu Martín y Manuel Vázquez Montalbán, ha ganado la última edición del Premio Fernando Quiñones de novela con “Los hombres mojados no temen la lluvia”, en la que el trasfondo de la trama es un ficticio proyecto urbanístico que convertiría al precioso pueblo de Salobreña en una villa con puerto deportivo al estilo de Marbella, con todo lo que ello conlleva.

Granada Negra Juan Madrid

Y es que Juan Madrid lleva muchos años afincado en la localidad costera granadina y puede escribir con absoluto conocimiento de causa sobre la realidad que nos rodea. Otros escritores locales, sin embargo, como Alejandro Pedregosa, han preferido regar de sangre lugares alejados de Granada, como el Camino de Santiago, en “Un mal paso” o la Pamplona que disfruta de los Sanfermines, en “Un extraño lugar para morir”. Pero justo ahora acaba de aparecer publicada, en la editorial Cuadernos del Vigía, una recopilación de sus cuentos negros y criminales bajo el título de “La sombra de Caín” y, recién salido del horno, ya está en las librerías su personal homenaje a Patricia Highsmith con “A pleno sol”, una novela policíaca en la que el protagonista, un policía apartado del servicio por su edad y por las secuelas de un accidente, ha de tratar de encontrar a Daniela, una joven activista del movimiento 15M que desaparece de la acampada que tomó la madrileña Puerta del Sol en aquellas semanas en las que pareció que otro mundo era posible.

Granada Negra A pleno sol

Pero si ha habido una novela que ha supuesto una pequeña revolución en el mundillo negro y criminal granadino, esa ha sido “El poder de la Reina”, de Ramón Alcaraz, un taxista que ha trasladado al papel su larga experiencia acumulada como conductor de la noche y que ha visto de todo. Literalmente. Sobre todo, en sus carreras a determinadas áreas de la Zona Norte de Granada en las que se mueve el menudeo de drogas. Y algo más que el menudeo. Por eso su novela rezuma autenticidad por los cuatro costados y está escrita con un lenguaje duro y descarnado, completamente alejado de lo políticamente correcto y en las antípodas de tanta literatura soft que nos rodea. Porque la heroína es una droga dura. Muy dura. Demasiado.

Granada, a la vista está, atesora a una notable pléyade de escritores que no dan la espalda a la realidad que nos rodea y que, con sus novelas de género negro y criminal, nos muestran el reverso tenebroso de una ciudad que, a veces, no es tan bonita como se muestra en las postales.

Granada Negra Ramón Alcaraz

Una ciudad, una urbe contemporánea, en la que anidan vicios, lacras, corruptelas, violencias y tráficos de todo tipo de sustancias alegales, paralegales o directamente ilegales. Una ciudad que, en los cronistas de su lado oscuro, encuentra a los necesarios notarios que dan fe de esa otra verdad, la que está ahí al lado, pero que no sabemos ver. Cronistas que se convierten en fareros que, por las noches, nos iluminan y nos acompañan más allá de donde nosotros nos atreveríamos a entrar. Solos. Porque más allá… más allá haya monstruos. Y, por desgracia, esos monstruos no son ni zombis ni vampiros. Son personas que, como usted o yo, parecen normales. Si la normalidad es posible en los tiempos que nos ha tocado vivir.

En Twitter: @Jesus_Lens