Un Museo “popular”

Hasta los cojines. Mi procesador de textos es tan serio que, al escribir la tercera palabra del título de esta columna, ha cambiado una o por una i. Por su cuenta y riesgo. Y sin pedirme permiso. Es muy probable que, por mi furioso teclear, el portátil haya detectado un notable grado de irritación y de ahí que su Inteligencia Artificial esté cuidando mi futuro como columnista, al evitarme el uso de un lenguaje grueso y obsceno que les amargue el café del domingo por la mañana.

Casa Ágreda

Cuando conozcan el porqué de mi cabreo, quizá les parezca desmedido. Y no les faltará razón, que estos días están pasando cosas mucho más importantes que lo de la Casa Ágreda. Pero me altera, sobre todo, como síntoma. Como metáfora. Y sobre ello versa mi columna de hoy domingo, en IDEAL.

Porque el PP, en un alarde de no sé cómo definirlo, pide ahora que la Casa Ágreda se convierta en el Museo de la Ciudad, después de haber sido los propios Populares quienes cedió su uso a la Federación de Agencias Internacionales para el Desarrollo (AIDE), desoyendo el clamor popular y vecinal en contra de dicha cesión.

Protestas contra la enajenación de Casa Ágreda
Protestas contra la enajenación de Casa Ágreda

En realidad, la cosa es muy sencilla: cuando el PP sentaba sus reales en la Plaza del Carmen, lo de la Casa Ágreda era un marrón. De cojines. Porque había que rehabilitarla. Que hablamos de un Palacio del siglo XV. Y eso cuesta una pasta gansa. ¿Qué hacer? Cederla a un organismo con músculo financiero suficiente como para invertir 5 millones de euros en su arreglo. Que AIDE pueda desarrollar su trabajo en cualquier edificio de oficinas es lo de menos. Lo importante para un ayuntamiento estrangulado era el Money.

Casa Ágreda fachada

Con el cambio de gobierno municipal, el hiperactivo y ubicuo Paco Cuenca ha paralizado la impresentable cesión de la Casa Ágreda. Y es en este punto en el que el PP reclama que se convierta en Museo de la Ciudad. ¿Por qué? Porque así fuerza a la Junta de Andalucía a gastarse los 5 kilos de billetes. Lo del Museo, al PP le importa una higa. De lo único que se trata es de joder.

Este tipo de maniobras son pensadas y diseñadas por individuos que, supuestamente, deberían dedicar su tiempo y su ingenio a mejorar la vida de los ciudadanos. Pero no. Ellos están a otras cosas. ¡Y luego se sorprenden y se molestan cuando les llaman Casta!

Jesús Lens

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Emojis granadinos

La semana va de emojis. Lo sé, lo sé. La palabrita tiene delito. No sé si me da más coraje lo de Emoji que lo de Emoticón o Emoticono, pero el caso es que esta nueva forma de comunicación ha venido para quedarse. De hecho, sería capaz de jugarme mi Smartphone a que usted también ha usado alguna de esas simpáticas figuritas en las últimas 24 horas. ¿A que sí? Así empieza mi artículo de IDEAL del sábado. Y sigue…

Esta semana, los Emojis han sido doblemente noticia. Por un lado, se ha hecho viral uno con forma de chatarra, para concienciar del peligro de usar el móvil al volante. Una iniciativa muy loable e inteligente, que incluye una campaña de anuncios y una etiqueta propia para las Redes Sociales: #SprintDriveSafe.

Emoji DGT

Y luego está la muy celebrada #PaellaEmoji, que incendió las redes al conocerse que, próximamente, la tendremos en nuestros dispositivos móviles. Y fue entonces cuando me surgió la inquietud: ¿para cuándo un Emoji de raigambre netamente granadina? Mis apetitos gastronómicos me llevaron a iniciar una campaña en favor de la #MorcillaEmoji. O la #Emorji. Pero de la morcilla considerada como una de las bellas artes hablaremos otro día, que esa joya de nuestro yantar se merece un artículo completo.

Teniendo en cuenta que cerveza, pasteles, tortas y leche (aunque vaya en biberón) tienen sus Emojis genéricos, ¿qué tal si miramos frutas y verduras? Porque no creo reconocer en el muestrario a ninguna de nuestras delicias tropicales, como los mangos, las papayas o las chirimoyas. ¿Y el gazpacho? ¿No se merece el gazpacho un Emoji?

#PaellaEmoji

Y por cuanto a monumentos y obras de arte, están muy bien los Emoticonos de la Estatua de la Libertad y de los Moais de la isla de Pascua. ¡Hasta la maravillosa ola de Hokusai tiene su representación gráfica! Por tanto, ¿para cuándo una #AlhambraEmoji? Esa imagen podría contribuir, de forma decidida, a tender puentes entre culturas y religiones y a afianzar la Alianza de Civilizaciones.

Nuestra Alhambra, como símbolo del castillo por excelencia, trascendiendo los estrechos límites entre lo cristiano y lo musulmán y dándole visibilidad universal a una de las grandes maravillas del mundo contemporáneo.

¡Qué ternura y emoción, esas nuevas generaciones!
¡Qué ternura y emoción, esas nuevas generaciones!

Y es que los Emojis se han erigido en una de las herramientas de comunicación más utilizadas por todo el mundo y sus símbolos son tan reconocibles que no tardas en cogerles afecto y cariño. ¿Nos curramos unos #Granada-Emojis?

Jesús Lens

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Un acelerador en Granada

Tengo pendiente un café con Eduardo Ros, uno de los científicos granadinos que llevan años trabajando en el tema del acelerador de partículas que, estos días, ha saltado a la prensa.

Acelerador

Años de trabajo, insisto. De hecho, la última vez que nos vimos, hace varios meses, me habló mucho y bien del proyecto. Y de la fuerte competencia que teníamos con Polonia.

¿Han reparado en el plural del párrafo anterior? Porque, ahora, el acelerador de partículas ya es nuestro. Como nuestro equipo de fútbol. Ése con el que ganamos partidos, pero que, cuando los pierde, los pierde él solito. Tras años de sordo y silencioso trabajo por traerlo a Granada, el acelerador de partículas ya está en la agenda pública de nuestros representantes institucionales, que parecen haber hecho suya la causa. Sobre todo, por las razones de siempre: dinero y empleo. Que hablamos de 600 millones de inversión y varias decenas de puestos de trabajo. Y de ello hablo en mi columna de IDEAL de hoy, con un toque sarcástico, pero no por el acelerador, que me parece algo esencial y capital. Sigan leyendo y comentamos.

Pero yo quería hablarles de otro aspecto del acelerador. Porque entre las muchas virtudes de Eduardo Ros, catedrático de la UGR y uno de los fundadores de la empresa tecnológica Seven Solutions, está la de hacer comprensibles a una acémila científica como yo temas tan complejos como el del Bosón de Higgs, los agujeros negros, los agujeros de gusano y los viajes en el tiempo. Escuchar a Eduardo hablar de los misterios de la ciencia es una gozada. Porque, como amante de la Ciencia Ficción que también es, transforma la información científica más abstrusa en un hermoso relato cargado de épica y poesía.

Seven Solutions

Y ahí es justo a donde yo quería llegar. ¿Han reparado ustedes en la paradoja de que hubiera algo llamado “acelerador” en una tierra tan inmóvil e inmovilista como la nuestra, en la que todo parece transcurrir a cámara lenta?

¡Un acelerador, en la provincia que más ha tardado en tener terminada su Autovía a y por la Costa! ¡Un acelerador, en la Granada sin AVE… y sin ningún otro tren! ¡Un acelerador, en la Granada que lleva esperando años y años al Metro, soterrado o por soterrar!

Acelerador CERN

Necesito imperiosamente ver a Eduardo Ros y preguntarle si es posible que, con el acelerador de partículas, llegue antes el Legado de Lorca, por ejemplo. Y es que, de venir, el acelerador nos va a dar mucho juego a los cuentistas y juntaletras granadinos…

Jesús Lens

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Mad Mel en Granada

Me gusta el aspecto de Mel Gibson, paseando por Granada. Y me gusta el de su pareja, Rosalind Ross. Lo podríamos definir como informal. Casual, incluso. Otras opiniones lo tachan de desaliñado. Y alguna más radical, considera que el famoso actor de Hollywood va hecho un adefesio.

Mel Gibson Alhambra

Me gusta, también, el aspecto de los poetas que participan estos días en el Festival de Poesía de Granada. Su aspecto austero. Sus jerséis de punto y sus rebecas de andar por casa, aun para salir en las fotos y participar en encuentros y recitales. Y de este tema tan mono hablo hoy en mi columna de IDEAL.

Lo de Mad Max Gibson está especialmente bien porque, además de un gran actor y un director de talento, siempre ha sido un sex symbol. Un pibón. Y su aspecto de persona normal, con esas barbas blancas y esa tripita más que cervecera bajo la camisa blanca, lo hace humano. ¡Ya llegarán las dietas radicales, las liposucciones, el bótox y el photoshop, cuando haya que promocionar una película! Porque a Granada, el que ha venido es el hombre que está más allá del actor, despojado de la mítica y la mística de sus personajes más famosos.

Foto: Daniel Olivares.
Foto: Daniel Olivares.

Sé lo que algunos de ustedes están pensando. Que defiendo ese aspecto casual de Gibson y los pantaloncitos vaqueros rotos y las sandalias de su pareja, porque yo mismo suelo ir bastante desaliñado, despeinado y poco arreglado. Que no hay más que ver la foto que acompaña esta columna.

Y no les falta razón. De todas las cosas que me resultan indiferentes, las cuestiones sobre moda y ropa son de las que más. A lo único que le pongo cariño, lo confieso, es a mi colección de camisetas. Que yo soy muy camisetero. Pero soy un firme convencido de que la belleza está en el interior y de que el talento, la capacidad de trabajo y la inteligencia no tienen conexión alguna con el aspecto exterior de las personas. Sin oler mal, en la medida de lo posible.

Foto S.M.
Foto S.M.

Ahora que todas las semanas nos desayunamos con una polémica acerca de los retoques digitales a la imagen de la gente de la farándula, que Mel Gibson y su pareja se paseen por Granada como dos turistas más, debe ser motivo de alegría. Que no pega, para visitar la Alhambra a 30 grados, ir con chaqueta, corbata y zapatos de charol.

Jesús Lens

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Accidentes de tráfico: motor del Noir

“Crash”, ganadora de un polémico Oscar a la Mejor Película en 2006, comienza con un accidente de tráfico en una autopista de Los Ángeles que desencadena una sucesión de acontecimientos que alterará la vida de decenas de personajes.

Accidentes Noir crash

Dirigida por un debutante Paul Haggis, “Crash” es una película fascinante que defiende la tesis de que todo el universo está conectado e interrelacionado y que cada acción tiene unas consecuencias de alcance impredecible. Así, la investigación del accidente termina relacionando cuatro historias diferentes que involucran a personas que, en principio, nada tienen que ver entre sí: una pareja de afroamericanos ricos con otros pobres. Policías de tráfico y detectives con cerrajeros hispanos. Comerciantes persas provenientes de Irán con esclavos asiáticos. Damas de la alta sociedad angelina con abogados corruptos…

Un accidente de tráfico puede suponer uno de esos cambios disruptivos en la vida de las personas que transforman radicalmente su existencia. Y son mucho más habituales que los asesinatos, por cierto. Y por desgracia. No es de extrañar, pues, que la narrativa negra y criminal los introduzca en sus tramas como elemento dramático y como desencadenante de la acción.

Accidentes Noir Crash movie

Lo hemos visto en la más reciente novela del novelista sevillano Andrés Pérez Domínguez, “Los dioses cansados”, publicada por Alianza editorial, que arranca con una pareja que vuelve a casa tras haber disfrutado de una estupenda cena. Es de noche. Conduce él. Ha bebido. Ella también. El vino hace su efecto. Se excitan. La carretera está despejada. Se dejan llevar. El vértigo de la velocidad. El sexo. Unas luces de frente. El chirrido de los frenos. Y el silencio.

A partir de este planteamiento, Andrés Pérez Domínguez desarrolla una apasionante trama de quinientas páginas en las que el accidente provoca una serie de reacciones que obligarán a los protagonistas a enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Además, despertarán fantasmas del pasado que parecían dormir el sueño de los justos. Y no era así.

Accidentes Noir Los dioses cansados

“Los dioses cansados” es una novela negra, realista y contemporánea en la que también se investiga la muerte accidental –o no- de una persona de reconocido prestigio que podría ser candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía por uno de esos partidos que representan a la nueva política. Una novela imprescindible en el universo negro y criminal, con la crisis económica, social y moral que nos acosa como marco para una historia adictiva, coral y de rabiosa actualidad.

Accidentes Noir Andrés Pérez Domínguez

Y un accidente de tráfico tiene un papel igualmente trascendental en la gran novela negra del año 2015, “Subsuelo”, de Marcelo Luján, publicada por Salto de Página y una de las candidatas al Premio Hammett de Semana Negra de este año. Un libro que ha sido alabado y reivindicado por lectores y críticos como una de las joyas del Noir contemporáneo, un extraordinario tour de force narrativo que deja con la boca abierta a todo el que lo lee.

Accidentes Noir Subsuelo

“Subsuelo” de desarrolla en el paraíso.  El paraíso entendido al modo de esa clase media para la que una parcela en el campo, un chalé, una barbacoa y una piscina son el equivalente al éxito social, a la consecución y materialización del Gran Sueño Español. Y en ese espacio, una noche de agosto, se encuentran tres matrimonios, compartiendo una velada de cena y copas que se alarga hasta bien entrada la madrugada. Y están sus hijos, dobles parejas de preciosos hermanos postadolescentes que pasan las horas con un ojo puesto en sus gráciles cuerpos y, el otro, en sus smartphones.

Hablan, tontean, rozan sus piernas, se insinúan, juguetean… hasta que se acaba el hielo. ¡Ay, el hielo! ¡Sin hielo no hay paraíso! Porque las copas, para que la fiesta continúe, precisan de cubitos de hielo.

“Subsuelo” es una novela terrible y perversa que dinamita los sueños de esa clase media española, media-alta, que todos sabemos que existe, pero que no suele ser sujeto narrativo. Una burguesía que, por ejemplo, ha sido cinematográficamente masacrada sin piedad, en Francia, por el más ácido y vitriólico Claude Chabrol. Y, en Alemania, por ese otro destroyer que es Michel Haneke. Una clase media-alta que choca con una realidad que torna sus sueños en pesadillas.

Accidentes Noir Marcelo Luján

Y es que, como vemos, más allá de protagonizar esas fantasiosas e imposibles persecuciones cinematográficas, los coches también son el motor de un género negro y criminal realista, sincero y creíble.

Jesús Lens

Twitter Lens