Se me rompe ‘el falcón’, la motillo, y al gruista que me rescata lo condené de niño a pintar la estación del tren

 

Foto: Alfredo Aguilar

Buenas, soy Emilio Calatayud. El mundo es un pañuelo. El otro días se me averió ‘el falcón’, o sea, mi motillo, y pedí ayuda. Vino una grúa que conducía un joven que, nada más verme, me soltó. «¿Usted es don Emilio no? Pues no se acordará, pero de chaval hice una trastada y usted me condenó a pintar una parte de la estación del tren. Me acuerdo mucho de aquello. Y, bueno, ya ve, tengo trabajo, estoy casado y tengo hijos. Me hace ilusión verlo».

Más ilusión me hizo a mí.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.