¡Cuidado, vacaciones! (parte segunda): «Cuando los padres nos levantamos, los hijos se acuestan y viceversa»

 

Buenas, soy Emilio Calatayud. En la medida de lo posible, los horarios de las familias en vacaciones deben ser lo más familiares que se pueda  (valga la redundancia). ¿Qué quiere decir esto? Es sencillo (y habló por experiencia): Cuando mis hijos eran adolescentes y estábamos de vacaciones, mis hijos se acostaban a la hora que su madre y yo nos levantábamos, así que solíamos desayunar solos. Y cuando su madre y yo nos acostábamos, ellos se levantaban. Así que también cenábamos solos. Y en la comida tampoco coincidíamos, porque ellos se echaban la siesta a la hora que nosotros comíamos. Esto es algo general, pero no debemos resignarnos. Tenemos que procurar vernos aunque sea la mitad de los días que estemos de vacaciones. Y ahora es más fácil que antes, porque las vacaciones suelen ser más cortas. Eso es un horario familiar: coincidir lo más posible y hablar y compartir…

Eso debe ser compatible con una cierta relajación: no podemos pretender que los adolescentes no salgan hasta una hora prudente de la noche . Intentar meterlos en la cama a las diez no tendría mucho sentido… común. No vayamos a los extremos pero tampoco pasemos de todo, porque siguen siendo nuestros hijos. Y ser padre es para toda la vida. También en vacaciones.

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