Buenas, soy Emilio Calatayud. Igual soy raro, pero me molesta el exceso de artistas callejeros que pulula por mi barrio, el Albaicín, que, para los que no lo conozcáis, es como vivir en un pueblo pero sin salir de Granada. Es que no puedes tomarte una cerveza tranquilo. Vale que tengamos que escuchar a un violinista, ¡pero solo a uno, hombre!. Es que después te viene un flamenco, y detrás un guitarrista, y detrás un palmero y luego unos tamborileros, etc. Yo entiendo que todo el mundo intenta ganarse la vida como puede, pero todo debería tener un límite.Y si no se pueden poner límites, por lo menos que tengan que pasar un examen (creo que eso ya lo hizo Gallardón en Madrid) para actuar, porque hay algunos que más que arte, producen alaridos.
Bueno y ya que estamos en plan local, a ver si el Ayuntamiento de Granada pone algún aparcamiento para motos en el Albaicín, que nos hace falta. Un saludo.
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