Corría el mes de noviembre de 1998 y el Huracán Mitch hacía mella en los países de Honduras, Nicaragua, El Salvador, Belice y México. Me presenté voluntario para irme a aquel territorio a ayudar a las gentes que allí se ahogaban en barro o en la miseria que aquel Huracán dejó. Murieron mas de 11.000 personas y otras 8.000 estuvieron desaparecidas cuando dejé a finales de noviembre un panorama absolutamente desolador.

Fue una auténtica tragedia de proporciones increíbles y tuve que asistir a escenas dantescas. En Honduras, país de actualidad en estos momentos, su Presidente Carlos Flores dijo que se habían destruído en unas horas mas de 50 años de lento progreso y lo cierto es que desgraciadamente parecía verdad.

Despues de recorrer Honduras, El Salvador y Nicaragua, una buena amiga me invitó a pasar unos días en Managua y a continuación en la isla de San Pedro en Belice. Allí fui invitado a pasar por Playa del Carmen para dar el salto que aparece en el vídeo.

Fue espectacular. Subimos a unos 9.000 pies de altura (unos 3.000 metros) en una vieja avioneta para luego saltar por encima de un grupo de nubes que eran el único parámetro para pensar que bajábamos a una gran velocidad, porque la primera sensación era que el aire soplaba hacia arriba.

Fue una doble experiencia. De una parte haber podido colaborar en el rescate en uno de los desastres naturales mas importantes del mundo y de otra parte, la sorpresa de lanzarme en paracaídas. Aun recuerdo la carta manuscrita que dejé en tierra para mis padres por si no se abría el paracaídas. Pero mejor que yo, lo dicen las imágenes….