Lorca & Miró. Una performance

En realidad, es una performance. Lo del Centro Lorca, los cuatro millones de euros prestados –e impagados- por La Caixa a la Fundación lorquiana con el aval del Legado y la oscura e invisible transparencia que defienden a grito pelado el alcalde de Granada y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía; es una performance que se va a prolongar durante diez años.

Diez años de performance ininterrumpida que situará a Granada en un puesto de vanguardia artística y que contribuirá a reforzar la candidatura de nuestra ciudad a la Capitalidad Cultural del 2031.

 

Una performance radical y surrealista que juega con el oxímoron como piedra angular del proyecto, combinando conceptos contradictorios como cláusulas secretas y transparencia o millones distraídos y cuentas claras. Una performance conceptual que invita al espectador a reflexionar sobre la dialéctica claridad-turbiedad, aunque haya almas insensibles que conjuguen otras expresiones como comulgar con ruedas de molino, aceptar pulpo como animal de compañía, tomadura de pelo y otras de tono más elevado, irreproducibles en esta columna.

Uno de los momentos más vibrantes de la performance llegará cuando, sobre el níveo blanco del Centro Lorca aparezca representada una preciosa estrella azul acompañada de dos puntos, amarillo y rojo. Las mismas almas insensibles antes nombradas dirán que es el logo de una entidad financiera, pero los espíritus más elevados responderán que no. Que se trata de una obra pictórica de Miró, artista al que Federico García Lorca admiraba con pasión.

 

La presencia de la estrella azul en todo lo referente al Centro Lorca, durante los próximos diez años y a cambio de 400.000 euros por ejercicio, podríamos enmarcarla en el proyecto “Sonámbulo”, por ejemplo. En palabras de su creador, Theodore Usher, “es una alegoría sobre la alegría y el misterio de la vida”. Un proyecto basado en un cortometraje animado, reinterpretación audiovisual del aclamado poema lorquiano “Romance Sonámbulo” que “juega con el lenguaje audiovisual de la misma manera en que Lorca con las palabras, y Miró con las formas y colores, dándoles textura, personalidad y un significado distinto en cada cuadro”.

 

¿Le parecerá al Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía que, con esta explicación del despropósito lorquiano, hay suficiente altura de miras? Aunque, para algunos, lo que parece haber es hartura de miras… y es que hambre que espera hartura, no es hambre ninguna.

 

Jesús Lens

 

La pujanza de la Agroindustria

Me gusta el concepto. Me gusta cómo suena. Agroindustria. Parece un oxímoron en sí mismo y, sin embargo, dista mucho de serlo. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

Comienza en Berlín el certamen europeo de la agricultura continental, Fruit Logística 2017, que celebra su 25 aniversario. 3.000 expositores en una ciudad a la que solemos imaginar como capital del arte de vanguardia, ciudad de referencia arquitectónica o, por supuesto, como centro internacional del espionaje global. Pero… ¿un encuentro agrícola? ¿En Berlín?

 

Pues sí, señores. Así es. ¡Y menudo encuentro! Cerca de 3.000 expositores de 83 países distintos y más de 70.000 visitantes se citan en Fruit Logística con el objetivo de descubrir todo lo que se mueve en el sector hortofrutícola, desde las novedades en cosechas y productos a todo lo referente a comercialización, internacionalización, distribución, envasado, etiquetado, exportación y un larguísimo etcétera.

En los tiempos de Trump y su proverbial proteccionismo, del Brexit, el Frexit y de todos los Exit que se puedan imaginar, una cita como Fruit Logística adquiere una especial significación. En estos tiempos de incertidumbre, es más fácil que cale la Europa del Aguacate que la del Euro.

 

No sé cómo lo contarán ahora los planes de estudio, pero a los viejunos que hicimos la EGB nos explicaban que la Revolución Industrial fue un proceso de transformación económica y social que permitió el paso de una economía rural basada en la agricultura a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.

 

¿Ven por qué les hablaba de oxímoron, al hablar de la agroindustria? Que parece que fueran términos antitéticos, la agricultura y la industria. Y, sin embargo, cualquiera que sepa lo que se cuece realmente en el campo, más allá de la imagen tópica y romántica, es consciente del impresionante desarrollo tecnológico y científico que se ha producido en el sector primario, uno de los más importantes de la economía Andaluza.

De hecho, empresas como la cooperativa La Palma son un modelo de gestión y adaptación a los nuevos tiempos, una de las empresas más importantes de la provincia por volumen de facturación, exportación y generación de empleo.

 

Estos días se citan en Berlín un buen número de empresarios granadinos y representantes de las instituciones que, en la agroindustria, tienen algo que decir. Deseémosles una estancia grata y, sobre todo, útil y productiva. Parte de nuestro futuro está en sus manos.

 

Jesús Lens