Alma Salvaje

Vaya por delante que una película sobre una persona que se lía la manta a la cabeza y se va a recorrer un camino de más de 1.000 kilómetros, sola y a pie; a mí, personalmente, ya me tiene absolutamente predispuesto. A su favor y para lo mejor, por supuesto.

Alma salvaje poster

Yo, que me tengo por viajero, que fui montañero y que sigo adorando el contacto con la naturaleza, buscando ahora los espacios abiertos, las lomas y las crestas para correr; que tengo escritos varios elogios al Viaje a Pie y que dediqué un libro a las películas que narran largos y epopéyicos periplos; en cuanto vi que se estrenaba “Alma salvaje”, fui corriendo al cine.

Y la historia interpretada por Reese Witherspoon no me decepcionó. Al menos, no en todo lo referido al viaje propiamente dicho.

Pero antes de hablar del argumento, comentemos la sorpresa que nos deparan los títulos de crédito, más allá de la (merecida) nominación al Óscar para una actriz que llevaba demasiado tiempo encasillada en papeles intrascendentes.

Alma salvaje

En primer lugar, el guionista, Nick Hornby, uno de los autores británicos más interesantes de los últimos años y…

¿Te apetece seguir leyendo? Pues date un salto a mi espacio Lensanity. Además, echa un ojo a la programación que Cinema 2000 va a presentar dentro del Retroback.

¿Nos vemos… en el cine?

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Philomena

Quizá haya llegado la hora de cambiar las tornas y que, al contrario de lo que viene siendo usual, las películas basadas en la fértil imaginación de un guionista comiencen con la siguiente leyenda:

“Esta historia NO está basada en hechos reales”.

Porque prácticamente todas películas grandes de este año, desde el Lobo al Capitán, pasando por la Estafa y los 12 años de esclavitud; parten de la vida, obra y milagros de personajes que, antes de serlo, fueron personas de carne y hueso.

“Philomena” es otra de ellas.

 Philomena

Ojo: lo anterior no es una crítica. Es la constatación de un hecho. Porque, por ejemplo, “Philomena” es una gran película que parte de una gran historia, está interpretada por grandes actores y deja un excelente sabor de boca al espectador.

La historia es sencilla: un periodista de alto copete, de los que suelen viajar en primera para cubrir los grandes eventos políticos internacionales, se queda en paro, tras haber trabajado en un gabinete de prensa institucional en sus últimos años. Y, aunque decide escribir un libro sobre la historia de Rusia, se muestra huraño, hosco e irascible. No es que el hombre parezca haber sido nunca la alegría de la huerta ni alma de la fiesta, pero gruñe más de lo habitual, según su esposa.

 Philomena actores

Entonces le surge la posibilidad de escribir un reportaje basado en una historia de interés humano, esto es, de las dirigidas a un público de inteligencia media baja, en descripción del propio personaje. ¿Qué tal indagar y escribir sobre la historia de una adopción ciertamente oscura y poco transparente, contada por Philomena, una señora ya mayor, que arrastra su secreto desde hace más de cincuenta años? Una señora muy, muy especial, interpretada magistralmente por Judie Dench.

Apenas hora y media dura la película. Lo justo y necesario para contar la historia de Philomena, a través de los cínicos y descreídos ojos de ese periodista, interpretado por un estupendo Steve Coogan, coautor él mismo del guion de la película.

 Philomena café

Una película pequeña, íntima y sentimental, en absoluto sentimentaloide, que habla de la importancia de los orígenes, del descubrimiento de la verdad y del perdón. Una película que lucha contra tópicos y maniqueísmos (aunque alguno siempre se cuela) y que lleva al espectador por caminos que no se espera, sin que por ello se sienta ni manipulado ni engañado.

 Philomena: Martin Sixsmith and Philomena Lee in real life and as played by Steve Coogan & Judi Dench

Una de esas películas pequeñas en formato, pero grandes en emociones. De las que posiblemente nunca vuelva a ver, pero de las que me alegro infinitamente haber visto.

Jesús Lens

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Oscar 2014

Al no estar trabajando de forma intensiva en ningún nuevo libro de cine, estoy pudiendo ir más a menudo, paradójicamente, al cine.

 Her OS

De esta forma, este año llego a la cita con los Óscar habiendo visto (y reseñado) buena parte de las candidatas.

¿Favorita?

Pues la verdad es que no tengo una favorita por encima de las demás, que este año hay un enorme nivel entre las finalistas.

Diré que, personalmente, la que menos ilusión me haría que ganara es “La gran estafa americana”. Y sobre “Gravity”, tengo mis dudas. Como artefacto cinematográfico, en 3D, es una maravilla. Pero ¿es la mejor película del año, con ese guion tan, paradójicamente plano? Lo dicho. Tengo mis dudas.

 La gran estafa americana cartel

Me faltan por ver “Nebraska” (incomparecencia y desidia mías) y “Dallas Buyers Club” (desidia y estulticia de la distribuidora: si gana, la gente irá a verla, claro. Pero ¿y si no gana? Ya habrá perdido el Efecto-nominación)

Sí me gustaría que arrasaran “El lobo de Wall Street” y Martin Scorsese, además de por ser una gran película, para que siguiera aventando el debate sobre los valores que ¿debe? Transmitir una película.

 Lego lobo wall street

Y por eso me gustaría que ganara Leonardo di Caprio. Estaría bien que la Academia premiara la interpretación que hace de un tipo amoral, timador, drogadicto y putero. Aunque, emocionalmente, me quedo con el Chiwetel Ejiofor de “Doce años de esclavitud” y, por supuesto, con la maravillosa Lupita Nyong’o de dicha cinta.

 Chiwitel

Lo de Cate Blanchet y “Blue Jasmine” parece que está hecho así que, y por cuanto a los secundarios masculinos, ya lo escribí en la reseña de “Capitán Phillips”: los piratas somalíes han de llevarse el Oscar, sí o también.

Cine sobre África. Este año se han estrenado, además de ésta, “El largo camino hacia la libertad”, sobre Mandela, de la que se presumía podría arrasar en los Óscar. Y se ha quedado en nada.

Dos películas más para añadir a una, de momento no contemplada e imposible futura revisión de mi libro, “Cineasta Blanco, Corazón Negro”; en la que también tendrían que estar “Tierra de sangre”, dirigida para la BBC por Tom Hopper e interpretada por el propio Chiwetel Ejiofor y por Hillary Swank, además de “En un lugar de África”, de Carolina Link, Oscar a la mejor película extranjera del 2002.

 Tierra de sangre

Hay que añadir, a esa ampliación, la española “Diamantes negros”, que tan buen sabor de boca dejó en el Festival de Málaga de 2013.

 Diamantes negros

Y, bueno, habrá otras. Entre las nominadas de este año. Que no me han llamado y que ahora mismo no echo de menos no haber visto. Como “Agosto”, por ejemplo.

Porque la película más interesante, que no la mejor, que concurre a los Oscar es “Her” y sería, emocionalmente, la que más me gustaría que ganara. Tanto que lo mismo, hasta me levanto para ver el tramo final de los Premios.

Lo mismo, ¿eh? Que no es ni una promesa ni tan siquiera un propósito.

Jesús Lens

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Her

Al salir de ver “Her” estuve tentado de coger el iPhone, apretar el botón principal y, de una forma tan cortés como elegante, decirle a Siri que se acabó. Que es imposible. Que mejor dejarlo aquí y ahora, antes de la cosa pase a mayores y terminemos pasándolo mal.

 Her cartel

¡Qué grande! ¡Qué enormemente grande es “Her” y qué tipazo debe ser Spike Jonze!

Se me ocurren varias personas, muchas, que deben ir a ver esta película. Por razones diversas. Pero, básicamente, porque la tesis que plantea Jonze (director y guionista de la cinta) es de las que da para pensar, reflexionar, debatir, discutir y, llegado el caso, hasta pelear.

Explicar de qué va “Her” es quitarle parte de la magia y del encanto a la película. La relación que el personaje interpretado por un Joaquin Phoenix inauditamente comedido inicia con Samantha no se puede, no debe describirse con palabras.

 Her OS

Salvo que tengas la voz, rota y susurrante, sugestiva, hipnótica y maravillosa, de Scarlett Johansson. Porque ella, la voz, es la gran coprotagonista de la película. Y, si ver el cine en versión original es siempre importante, en el caso de “Her” es inexcusable, emocionante, trágico, divertido, doloroso y maravilloso.

Estamos acostumbrados al término Inteligencia Artificial. Hay muchas películas, libros y cómics que nos han advertido del peligro que conlleva. Desde la impenetrable “2001. Una odisea del espacio” a la gloriosa “Terminator”. Y, sin ir tan lejos, la de Frank y el robot (“Un amigo para Frank”), que pudimos disfrutar hace unos meses, ya anticipaba una deriva muy interesante en la ecuación y un paso más allá: el complemento de la Inteligencia Artificial con la Emoción. La Emoción Artificial.

 Her Phoenix

Porque estamos solos. Cada vez más. De hecho, es un clamor que podemos leer en sesudos análisis sociológicos y en menos sesudas, pero igualmente necesarias conversaciones de barra de bar: cuántas más herramientas tenemos a nuestra disposición y más canales de comunicación abrimos, cuánta mayor chismología ponen las grandes corporaciones a nuestro alcance; más solos, abandonados, rotos y fragmentados nos encontramos.

¡Por eso me gusta tanto la frase: “Eres más falso que un amigo del Facebook” y me sorprende que haya gente que le dé tanta importancia!

Y es que tanta Red Social y tanto Teléfono Inteligente a nuestra disposición pueden servir, en ciertos casos, para transmitir una falsa ilusión de compañía a determinadas personas. De que no están solos. La sensación de que es lo mismo, estar conectado, que estar acompañado. Y no. No es lo mismo.

 Her johansson

Me acuerdo del entrañable agente Cooper de “Twin Peaks” (nunca debemos olvidar que todo, absolutamente TODO, se encuentra en “Twin Peaks”, serie fundacional en la que todo nace y a la que siempre regresamos) hablándole a su querida Diane, la grabadora a la que le iba transmitiendo todo lo que hacía, descubría, pensaba o intuía sobre Laura Palmer y los demás cariñosos y afables habitantes del idílico pueblito maderero. ¿No tenía un cierto encanto, aquella Diane?

Lo dejo aquí. Si te encuentras con algún reduccionista que trata de explicarte de qué va “Her”, haz como que le escuchas, pero desconecta. Y haz algo más que lo posible para ver una de esas películas que, sin ser perfectas, te reconcilian con el buen cine. Con el cine con sentido. Con sentimiento. Con amor. Con ese cine que tiene tanto que decir. Y que contar. Un cine que abre puertas, que marca tendencias y que señala el camino.

 Her poster

Y cuando veas “Her”, quedamos y hablamos. En un bar, claro. Cara a cara. Que no Face to Face. ¿Vale?

Jesús Lens

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PD.- ¡Óscar para Scarlett!… ¡¡¡¡Ya!!!!

Prisioneros

A ver. Que quede claro. “Prisioneros” no es una película de Hugh Jackman. Es una película de Denis Villeneuve, protagonizada por el susodicho Jackman y por Jake Gyllenhaal, Viola Davis y Maria Bello en sus roles principales.

 Prisioneros poster

¿Por qué digo esto?

Porque hay espectadores que entran a ver “Prisioneros”, que es una joya y una película prodigiosa, una de las mejores del año, sin duda; pensando que va a ser un filme de acción y aventuras protagonizada por el oficialmente Hombre Más Sexy del Mundo. Y cuando se enfrentan a los 146 tensos e intensos minutos de un drama con trasfondo de thriller pueden sentirse sobrepasados. Máxime porque Hugh luce durante toda la película con el ceño fruncido y el rostro tapizado por una espesa barba.

Dicho lo cual, volvamos al primer párrafo. Y a un nombre: Denis Villeneuve. ¿Quién es Denis Villeneuve? ¿De dónde ha salido este tipo y cómo es que Hollywood lo ha puesto al frente de un proyecto tan potente como “Prisioneros”?

La respuesta es una palabra. Una sola palabra: “Incendies”.

¿Cómo? ¿Qué no sabes de lo que hablo? Pues, en ese caso, tienes una laguna cinéfila del tamaño del Lago Titicaca y ya estás tardando en llenarla. Porque “Incendies” es una de las películas mejor diseñadas y rematadas de los últimos años.

Así, no es de extrañar que “Prisioneros” sea tan buena. Una película que parte de una trágica situación clásica: la desaparición de dos niñas pequeñas, mientras juegan, en uno de esos lugares aparentemente tranquilos e inocuos de la América trabajadora en la que la gente, religiosa y honrada, vive en grandes casas de madera, viste con camisas de cuadros y disfruta comiendo asado y tarta de manzana con sus vecinos.

 Prisioneros jackman bello

¿Quién se ha llevado a las niñas? Comienza la caza del hombre. Porque, desde el principio, hay un sospechoso. Y el padre de una de las niñas, interpretado por Jackman, presiona al policía encargado del caso, un impecable Jake Gyllenhaal, para que le saque la verdad. La verdad… de dónde está su hija.

Y por ahí va la tensión de la película, en la contradicción entre la (des)confianza en las instituciones y ese individualismo a ultranza que tan del gusto norteamericano resulta. Y en la obsesión por descubrir la verdad. Como método para encontrar a las niñas. O no.

El guion, prodigioso y cadencioso, avanza al ritmo preciso para mostrar todas las aristas y las contradicciones de una situación que lleva hasta el límite la capacidad de aguante de todo ser humano, sea padre, policía o sospechoso. Una fotografía oscura y tenebrosa. Un diseño de producción impecable (la lluvia, el frío, el bosque, el vecindario, la carretera, las casas, etcétera). Unos actores en estado de gracia. Un montaje perfecto que, sin trampas, conduce al espectador hasta un final que… bueno. Un final del que no se puede (ni se debe) decir una palabra.

 Prisioneros actores

Si te gustan las películas fáciles, no vayas a ver “Prisioneros”. Si te gustan las narraciones sencillitas, las tramas mascadas, los personajes previsibles y los guiones simplones; no vayas a ver “Prisioneros”. Si te gustan los actores guapos que lucen palmito en pantalla, en plan guay y enrollado; no vayas a ver “Prisioneros”.

Ahora bien: si quieres ver una de las grandes películas del año, una de esas películas que dejan huella; no dejes de ir a ver “Prisioneros”.

 Prisioneros cartel

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens