Con A de investigadoras

¿Qué tienen en común Ellie Miller, Catherine Cawood, Kip Glaspie y Jane Tennison? ¿Les suenan esos nombres? Si ustedes no se toman La Vida en Serie, lo más probable es que no. Sin embargo, a nada que sean aficionados al mejor género negro que se está haciendo en televisión, esas cuatro mujeres deben ocupar puestos muy altos en la lista de sus investigadoras favoritas. Mujeres policía. Mujeres detective. Mujeres agente. Mujeres oficiales. Investigadoras. Con A. (Lo publica IDEAL en su sección de Cultura. Leer AQUÍ)

Hace unas semanas, Alicia Giménez Bartlett, galardonada con el IV Premio Granada Noir y a la que tendremos el placer de disfrutar en Granada próximamente, nos daba la ilusionante primicia de que SkyTV iba a producir una nueva serie de televisión basada en su personaje de cabecera, esa inspectora Petra Delicado que, en su momento, fue interpretada por Ana Belén. Lo paradójico es que se va a rodar en Italia.

Como en tantas otras cosas, España ocupa puestos de cola en la revolución catódica que está cambiado, de raíz, el sector audiovisual internacional. TVE ni está ni se la espera, que tiene en sus manos una joya como “El Ministerio del Tiempo” y no sabe qué hacer con ella, y el resto de las cadenas generalistas han apostado por realities clónicos, reiterativos talent shows, sucesos y la información del tiempo. El único rayo de esperanza es Movistar+ y su apuesta por la producción propia.

Series como “La zona” o la “La peste”, de las que escribí AQUÍAQUÍ en El Rincón oscuro, han recogido el testigo de aquella maravillosa raya en el agua que fue “Crematorio”. Series para un público adulto con un diseño de producción cuidado, tramas bien trazadas y personajes muy cuajados. Junto a comedias como “Vergüenza” o “Mira lo que has hecho”, están cambiando el panorama seriéfilo español.

Y, sin embargo, echo de menos una buena serie policíaca. Una serie como las británicas. Un policíaco de verdad. Una serie que esté protagonizada por una mujer que le pueda hablar de tú a tú a esas Ellie Miller, Catherine Cawood, Kip Glaspie o Jane Tennison con las que abría estas líneas y que protagonizan, respectivamente, “Broadchurch”, “Happy Valley”, “Collateral” y “Principal sospechoso”. Vamos a detenernos, hoy, en las dos últimas, la más reciente y la más veterana.

En ese inabarcable y proceloso océano que es Netflix, lo mejor de lo mejor, ahora mismo, es “Collateral”, una miniserie de cuatro episodios producida por la BBC -ejemplo de lo que debería ser una televisión pública- y protagonizada por mujeres.

El personaje principal es Kip Glaspie, interpretada por una soberbia Carey Mulligan. Kip es una antigua maestra que decidió cambiar de vida y entrar en la policía y que, embarazadísima, ha de investigar el asesinato de un repartidor de pizza. Junto a ella, Sandrine Shaw, capitana del ejército que, tras su participación en misiones desarrolladas en Oriente Medio, trata de adaptarse a la vida en Gran Bretaña. Y Jane Oliver, vicaria de la inglesa anglicana muy comprometida con su comunidad.

Cuatro episodios para contar una de esas historias propias del género negro: la siniestra actividad de las mafias que están traficando con seres humanos en el Mediterráneo, llevándolos del Norte de África a Europa… a cambio de un precio. Siempre por un precio. En metálico o en especie. Y el papel de los servicios de inteligencia en un tinglado muy complejo en el que conviven y se mezclan el drama humanitario con el espionaje, los crímenes de guerra y el terrorismo islamista.

Viajemos al pasado. Porque es muy posible que un personaje como Kip Glaspie no hubiera sido posible sin que Jane Tennison hubiera roto el techo de cristal de la mujer-policía, habitualmente aparcada en cargos subalternos con la excusa de protegerla y mantenerla a salvo.

He llegado tarde a “Principal sospechoso”, una excepcional serie creada por Lynda La Plante e interpretada por una inmensa y majestuosa Helen Mirren. Se empezó a emitir en 1991 y finalizó en 2006. En total son siete temporadas divididas en quince episodios de, aproximadamente, hora y media de duración. O, como diría un purista, siete películas de tres horas. Y no le faltaría razón. Más una precuela, eso sí.

Los temas que abarca “Principal sospechoso” van de la pedofilia y la prostitución a la caza de criminales de guerra de la ex Yugoslavia o la investigación de la desaparición de una adolescente. Pero lo más destacable es cómo Tennison ha de abrirse paso en una policía machista que no cree ni confía en ella y cuyos jefes y compañeros, al ser conscientes de su potencial, tratan de boicotear sus investigaciones y sabotear su trabajo.

A la vez, vemos cómo Tennison renuncia a su vida personal con el fin último de demostrarse a sí misma y a los demás que puede ser tan buena o mejor policía que cualquiera de sus colegas masculinos. Y a fe mía que lo consigue. ¡Vaya si lo consigue!

Jesús Lens.