«¿Qué has sacado en Matemáticas?» «Eso pertenece a mi intimidad, mamá»

 

abc.es

Buenas, soy Emilio Calatayud. Este 25 mayo entra en vigor el reglamento europeo de protección de datos, que, básicamente, consiste en tratar de ponerle puertas al campo de Internet (algo que, según los ‘enteraos’, no se podía hacer y así nos ha ido). Confieso que no me lo he leído pero me he interesado por lo que dice sobre los menores. Es que es un tema en el que hay cierta confusión. Hay quien cree que este reglamento va a servir para perseguir penalmente a los padres que, por ejemplo, espíen los móviles de sus hijos menores de edad. No es así. Lo que parece que dice el reglamento sobre los menores va justo en la dirección contraria. Así, los menores de 16 años en la mayoría de Europa y los de 14 en España ya  no van a poder consentir sobre el tratamiento de sus datos personales: deben hacerlo sus padres o tutores. Y es normal que así sea, porque los móviles con acceso a Internet son de los padres y no de los niños.

Por lo demás, todo sigue igual. La ley española del menor, que está por encima de los reglamentos europeos, reconoce el derecho a la intimidad de los menores, pero también el deber de todos, y en primer lugar, de los padres, de proteger a los menores. Si no llegaríamos al absurdo del título que lleva este comentario: «¿Qué has sacado en Matemáticas?» «Eso pertenece a mi intimidad, mamá». O esto otro: «¿Es verdad que estás acosando a fulanito?» «Eso pertenece a mi intimidad, mamá». O uno más. «¿Es verdad que fulanito te está acosando?» «Eso pertenece a mi intimidad, mamá». ¿A que ninguna de estas respuestas parecen razonables? Pues eso. Insisto, además, somos responsables de lo que hagan en Internet, porque somos los que pagamos. Si quieren intimidad, que solo se les reclame las responsabilidad a los niños. Eso sería lo justo.

En cualquier caso, el Supremo ya dictó una sentencia en la que apoyaba la intromisión de los padres en la intimidad de sus hijos en un caso de acoso sexual a través del móvil: «»No puede el ordenamiento hacer descansar en los padres obligaciones de velar por sus hijos menores y, al mismo tiempo,desposeerles de toda capacidad de controlar», dijo el Supremo. Es de sentido común.

Donde algunos ven restricción de derechos, otros vemos protección. ¿Qué hacemos si un niño se acerca a un precipicio? ¿Garantizar su derecho a la libertad de movimientos o impedir que se siga aproximando al precipicio? Creo que está claro, ¿no?

 

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