¿Cabe el humor en el Noir?

No parece, a priori, que el humor y el género criminal estén llamados a maridar. Es cierto que existe el humor negro, pero es otra cosa. Que las investigaciones de asesinatos, estafas, robos y crímenes varios no son terreno abonado para la risa, precisamente. Y a ello dedicamos El Rincón Oscuro de esta semana, en nuestra sección Noir de IDEAL.

Humor negro

Y es que, como tantas veces hemos comentado, una de las características fundamentales del género criminal es destapar las miserias de la sociedad y alumbrar esos rincones oscuros de los que esta sección toma su nombre. El buen Noir bucea en las contradicciones de la sociedad del bienestar y obliga al lector a enfrentarse a la realidad en que vivimos, aunque nos cueste o no nos guste verla: corrupción, violencia machista, tráfico de armas, trata de seres humanos, crimen organizado… No parece, insisto, que el humor tenga mucho que decir en un universo como éste.

Y, sin embargo, uno de los rasgos característicos de los protagonistas de los grandes clásicos del género negro es su humor sardónico, sus respuestas ingeniosas y las vibrantes réplicas en unos diálogos convertidos en auténticos duelos dialécticos cargados de doble sentido y malas intenciones. Y es que pasarse la vida escarbando entre los bajos fondos termina por generar grandes dosis de cínico escepticismo.

Así, Philip Marlowe y San Spade, por ejemplo, eran tipos lacónicos que hablaban lo justo y necesario, creando un arquetipo de héroe socarrón y solitario que no tardaría en ser homenajeado, imitado… y parodiado, con mejor o peor fortuna, tanto en el mundo de la literatura como, sobre todo, en el cine.

El sueño eterno

Por los hermanos Coen, sin ir más lejos. ¿Quién no recuerda a su celebérrimo El Nota? El personaje interpretado por Jeff Bridges en “El gran Lebowski” hace suyos todos los tópicos del antihéroe del Noir… para dinamitarlos y hacerlos saltar por los aires, convirtiéndose en el detective privado más deliciosamente improbable de Los Ángeles.

El Gran Lebowski

¿Y en España? El género policíaco español tampoco ha mantenido una relación particularmente fluida con el humor. Hasta la llegada del siglo XXI y de autores como Carlos Salem, que no ha tenido empacho en trufar sus novelas de una acidez vitriólica y salvaje que, sin contemplaciones, despezada la surrealista realidad que nos rodea, con la telebasura y algunos de sus especímenes como principales sufridores de su ira literaria. O Alejandro Pedregosa, que convocó al mismísimo Cunqueiro en “Un mal paso”, la trama negra con la que recorrió su particular Camino de Santiago.

Un mal paso

Por todo ello, tenemos que saludar con alborozo la aparición de una novela como “El costado derecho”, de Paco Bescós, publicada por Salto de Página, una de las editoriales pioneras a la hora de combinar diferentes géneros literarios.

Definámosla como delirante, desde que empieza hasta que termina. Delirante, en su planteamiento, nudo y desenlace. Delirantes son sus personajes, principales y secundarios. Y las situaciones que plantea. Y el escenario en que se desarrolla. Porque “El costado derecho” es una novela tan delirante como la realidad en que vivimos. O en la que tratamos de sobrevivir.

Imagine el lector que ingresa en el hospital para una intervención rutinaria. Y que, al despertar, oye voces. Voces que susurran. Voces que dejan entrever que algo extraño ha ocurrido durante la operación. Por ejemplo, que le hayan extirpado un riñón. Accidentalmente.

El costado derecho bescós

Siga imaginando el lector que, por mor de la Crisis, ha pasado de ser un exitoso profesional del sector de la construcción que se bebía la vida mientras cabalgaba a lomos de una moto de gran cilindrada, un triunfador que residía en una lujosa urbanización del extrarradio madrileño con su hermosa mujer y un pequeñín encantador… a ser un solitario vendedor de la sección de chapuzas de un centro comercial que, divorciado, apenas rasca lo suficiente para comer caliente todos los días.

Y, encima, le quitan un riñón. Y un excéntrico compañero de trabajo le siembra la duda. ¿Y si no ha sido un accidente? ¿Y si, en realidad, se trata de una trama orquestada? Y, como es verano y hace calor…

Quijotesca. Sí. “El costado derecho” es una novela quijotesca. Y sanchopancista. Pero, sobre todo, es una novela en la que se puede sentir el aliento del Ignatius J. Reilly de “La conjura de los necios”, pasado por el tamiz de la crisis española contemporánea y las crecientes dosis de surrealismo que ha ido dejando al descubierto.

Paco Bescós

Paco Bescós ha escrito una novela, por tanto, estrambóticamente contemporánea, en la que los conspiranoicos más conspicuos se dan la mano con arribistas y nuevos ricos. Una novela que reparte estopa a diestro y siniestro, incluyendo a los nacionalismos de conveniencia. Una novela muy loca que no estará en el Top Ten de ventas de ningún centro comercial, pero cuyo irreverente humor les hará mucho más llevaderos los rigores del calor estival.

Jesús Lens

Twitter Lens

Un mal paso

Que llega el verano no sorprenderá a nadie. De hecho, ya está aquí. Y conjugar el binomio “verano y vacaciones”, en tiempos de crisis, puede ser letal. Después de unos años en que irse quince días al Caribe parecía más sencillo que bajarse a Carchuna a comer unos espetos, el viajar se ha vuelto a convertir en un placer que no suele suceder… a no ser que tengas espíritu inquieto, buenas piernas y presencia de ánimo a la hora de dormir en populosos albergues de peregrinos. Porque, cuando llega el verano, una opción económica es irse a hacer el Camino de Santiago. Solo, o en compañía de otros. Todo, o en fragmentos seleccionados.

El director de un periódico piensa que, para amenizar el estío a sus lectores, sería bueno que un redactor hiciese el Camino y fuese contando los avatares y sucedidos que le salieran al paso. ¿Qué redactor podría ser el más inapropiado para ello? Pues uno de esos contestatarios, irreductibles, independientes, levantiscos y… profundamente alcohólico. En recuperación.

Y ahí va el hombre, entre ampollas, cuestas, calor, soledad y olor a pies en los albergues, contando lo que va pasando, lo que va viendo, los encuentros que va teniendo… Encuentros como el de Manu, un Tarzán cuyos quesos apestan a queso… de Cabrales. O Tino, un fotógrafo uruguayo, ché. O Edurne & Co., dos chicas fuertes y atléticas. O el japonés que, no enterándose de nada, sonríe sin parar y dice que sí a todo. O la cabeza cortada de un desconocido que aparece bajo un puente.

Lo hemos dicho, escrito, defendido y publicado: la esencia de los viajes son los encuentros que provocan. Sobre todo, cuando son sorprendentes, enigmáticos y que se salen de lo normal.

Por ejemplo: una cabeza.

Una cabeza humana, solitaria, desconocida; producto de una decapitación ejecutada con suprema maestría.

¿De quién es la cabeza? ¿Quién la cortó? ¿Por qué? ¿Por qué aparece en mitad del Camino de Santiago, precisamente en un año de jubileo y justo cuando se ha anunciado la presencia del Papa en Santiago de Compostela?

Preguntas, preguntas, preguntas…

¿Ha resucitado Alvaro Cunqueiro? ¿Son los 16 años una edad adecuada para que una chica tenga un preservativo en su mesita de noche? ¿Cuántas tazas de Ribeiro puede beber, como máximo, un poli antes de reunirse con una subordinada para comentar un caso? ¿Puede, la arqueología, ser un instrumento de la geopolítica israelí? ¿Son los romano-italianos tan irresistibles como ellos se creen? ¿Quién es la madre del demonio?

Preguntas, preguntas, preguntas…

¿Y las respuestas? En “Un mal paso”, un libro que, calentito calentito, supone un soplo de aire fresco, por su humor irreverente, en este ya incipiente y tórrido verano. Novela negra, cargada de humor. Negro. Escrita por el granadino Alejandro Pedregosa y publicada por Ediciones B. Una de esas novelas para cuya lectura siempre buscas tiempo, hasta que la terminas. Y, entonces, ¿qué?

Entonces te quedan muchas ganas de hablar con el autor, de preguntarle, de saber.

Y la fortuna quiere que podamos hacerlo, el próximo martes 28, a la vuelta de Corpus, en la librería “Babel” de San Juan de Dios. El autor y un servidor nos echaremos un mano a mano en el que esperamos contar con vuestra presencia.

¡Apuntadlo!

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PD.- El año pasado, Pateando el Mundo decía esto…