¡Vivan los cómics!

O los tebeos, como ustedes prefieran. ¡Viva el noveno arte, también llamado arte secuencial! Viva esa mágica combinación de dibujo y guion que tantos y tan buenos ratos de lectura y contemplación nos regala a los aficionados.

Esto es una OBRA MAESTRA

Esta exaltación del tebeo viene a santo de que, otra vez, un sesudo crítico de cine vuelve a hablar mal de una película… equiparándola a un cómic. Para señalar que no le ha gustado, que le parece simple y superficial, sin matices ni profundidad; la describe como un cómic de aventuras. Imagino que, para el sesudo crítico, lo de ser de aventuras también le restará puntos a la pobre peli.

A quienes nos gustan los géneros populares, como el negro y criminal o la ciencia ficción, nos aburre soberanamente este tipo de discusiones. Nos hemos cansado de defender su importancia, su interés y su vigencia. A la gente del cómic, imagino, le pasará lo mismo, hartos de lidiar con esos intelectuales que despachan los cómics con suficiencia y altivez, como si fueran cosa de críos, algo que se supera con la edad, como los granos de la adolescencia.

Uno de mis objetivos para este año es leer más tebeos. Lo estoy cumpliendo. Estos días he disfrutado de joyas como ‘Jenny Finn’ y ese pedazo de obra maestra que es ‘Giant’, publicados por Norma Editorial o ‘Los enciclopedistas’, de esa bestia parda de las narrativas transmedia que es José Antonio Pérez Ledo, con Alex Orbe en las ilustraciones, nunca mejor definidas.

Y me he emocionado con la lectura de ‘Joe Shuster. Una historia a la sombra de Supermán’, en la que se cuenta el saqueo que sufrieron los creadores del mítico Hombre de Acero por parte de sus editores, algo que ya denunció Paco Roca en su durísima y esclarecedora ‘El invierno del dibujante’.

Precisamente para este puente me he traído a la playa lo nuevo de Roca y ‘Las Meninas’, el tebeo que le reportó a Javier Olivares el Premio Nacional del Cómic. No sé si los leeré, que estoy abducido por ‘La Frontera’, el desenlace de la Trilogía del Narco de Don Winslow, recién publicada. ¿O quedaría mejor si les dijera que estoy releyendo el ‘Ulysses’ de Joyce, en versión original… subtitulada?

Jesús Lens

 

Las viñetas más negras de BCN Noire

¡Qué pedazo de proyecto! 23 historietas de género negro ambientadas en la ciudad condal. Publicado por Norma Editorial, el tomo “BCN Noire” es una declaración de amor/odio de medio centenar de guionistas y dibujantes a la ciudad de Barcelona.

23 historias que muestran aspectos muy diferentes de una de las capitales del mundo, una ciudad en permanente proceso de cambio y transformación, sometida a todo tipo de tensiones y siempre en el foco de la actualidad más palpitante.

23 visiones diferentes sobre el lado oscuro de Barcelona, la ciudad del diseño por antonomasia. 23 perspectivas alternativas al discurso oficial, de uno y otro lado. 23 historias protagonizadas por personajes mucho más reales que esos otros cuyos discursos y proclamas nos tenemos que tragar un día detrás de otro.

Como siempre ocurre con las antologías y los proyectos colectivos, unas historietas me gustan más que otras. Por ejemplo, simpatizo más con las protagonizadas por mendigos, putas e inmigrantes que con las tramas de mafiosos de altos vuelos.

Escribe Cristina Fallarás en el prólogo de BNC Noire un perfecto resumen de lo que encontrará el lector a medida que avance en la lectura de sus páginas: “Llegué a Barcelona en los años ochenta, cuando todavía se llamaba a las cosas por su nombre y nosotros no fingíamos creer en la igualdad. Este volumen excelente es un compendio de drogas, sangre y putas. Las cosas por su nombre”.

Efectivamente. Las cosas por su nombre. Por ejemplo, en “Servesa bier amigo” de Salva Rubio + Diego Olmos, una de las historias que más me han gustado, protagonizada por un inmigrante paquistaní que no tardará en saber el precio de ser otro tipo de Messi, en Barcelona.

O la pira funeraria que, por Sant Joan, montan unos okupas. Que hay muchas tribus urbanas representadas en BCN Noire. Si es que a los skin heads más fachas, protagonistas de dos o tres tramas, se les puede denominar así. Aparecen, por ejemplo, en “Bajo presión”, una historieta escrita por Damián Campanario y dibujada por nuestra Natacha Bustos.

Me apropio de “nuestra” Natacha Bustos por dos razones: nacida en Ibiza, estudió Bellas Artes en nuestra fértil y feraz UGR y su obra forma parte de la exposición “Rueda de reconocimiento: la huella del noir en el cómic granadino” que La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea y Granada Noir estrenaron en la tercera edición del festival patrocinado por Cervezas Alhambra y que seguirá en cartel hasta mitad de diciembre, en La Madraza.

En “BCN Noire” hay una historia que homenajea a “Taxi Driver”, algún crimen perfecto que no termina de salir muy bien y venganzas. Muchas y sentidas venganzas. También es una gozada descubrir una crítica certera y afilada a las nuevas y posmodernas modalidades del célebre timo de la estampita y a costumbres del siglo XXI tan ridículas como el Balconing o el Reto del Takifugu: comerse el ponzoñoso pez globo que, mal cocinado, puede ser letal… y subirlo a las redes sociales.

Y hay droga. Mucha droga. Porque la droga forma parte del paisaje de nuestras ciudades y pueblos. De la coca y el caballo a la maría, pasando por la droga caníbal que convierte a los hombres en bestias. También hay locos, pirados, zumbados y chalados; elemento propio de las grandes urbes. Y ojito con ellos, que sus cerebros, más agujereados que un queso gruyere, tienen sinrazones que sus corazones no son capaces de ponderar.

En BCN Noire hay, en fin, brillantes historias de grandes maestros como Andreu Martín o Sánchez Abulí, dos de los padres del género negro en nuestro país.

En su brillante epílogo a este más que recomendable volumen, el padre del proyecto, Raule, explica su génesis: “Se me ocurrió que sería fantástico escribir unas cuantas historietas de género negro ambientadas en Barcelona y que las dibujasen diferentes artistas de la ciudad. Por la eterna falta de tiempo y los muchos proyectos que llevo entre manos, pronto deseché la idea de escribir yo solo todas las historias, así que contacté con mis camaradas guionistas y los sumé al proyecto”.

¡Qué maravilla, encontrar el empuje y la complicidad de tanta buena gente y de semejante caudal creativo para sacar adelante un proyecto de tamaña envergadura!

Y otro apunte importante que hace Raule: “Tuve claro desde el principio que la Ciudad Condal iba a ser un personaje más y que los autores tenían que conocerla como la palma de su mano, por lo que me autoimpuse unas directrices: todos los autores debían llevar muchos años viviendo en Barcelona (aunque no hubieran nacido en ella), ser profesionales del cómic y tener cierta experiencia o trayectoria en el género negro”.

Con esas mimbres, es lógico que Norma Editorial apostara a ciegas por el proyecto: el resultado es de una gran calidad y las 23 propuestas que componen “BCN Noire” permiten hacerse una magnífica idea de las muchas caras alternativas a la oficial de una de las grandes ciudades del mundo.

¿Se imaginan, un libro así basado en Granada, con la cantidad de talento creativo que hay en nuestra ciudad? Ejem, ejem. Ahí lo dejo…

Jesús Lens

Amarillo

Lo bueno es que Canales y Guarnido han publicado un nuevo álbum de “Blacksad”.

Lo malo es que, ahora, quedará mucho tiempo hasta tener el siguiente en mis manos.

 Amarillo

Porque lo bueno es que mi buen amigo Antonio Fuentes, uno de mis libreros de cabecera e infatigable activista cultural de Salobreña, me guardó uno de los álbumes de la primera edición, cuando todavía estaba calentito.

Lo malo es que hoy me ha dado por leerlo.

Lo bueno es que un álbum de “Blacksad” te permite tumbarte, apagar todos los dispositivos móviles e inmóviles que te conectan con el mundo y disfrutar de una lectura completa y autoconclusiva; pausada, premiosa, lenta y disfrutona.

Lo malo es que esa misma lectura se hace corta. Muy corta. Demasiado corta. ¡Excesivamente corta!

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Lo bueno es que “Amarillo” es una nueva joya surgida de la fértil imaginación de Canales y Guarnido.

Lo malo… lo maloooooo… Lo maaaaaaalooooooo…

¡Leches!

Me devano los sesos para encontrar alguna otra cosa “mala” de “Amarillo”que me permita seguir con el juego, y ya no la encuentro. Porque lo único malo, y eso ya sería repetirme, es que el placer de su lectura se hace corto.

La historia de este nuevo álbum del Gato Detective, absolutamente independiente de las anteriores, comienza justo donde terminó la aventura más jazzística de Blacksad, la que transcurrió en Nueva Orleans. Pero, en esta ocasión, Canales y Guarnido dejan de lado a los secundarios habituales de su saga y embarcan al protagonista en un maravilloso On the road con inequívocas referencias a los Beatnicks y a autores como Gingsberg o Keoruac.

 amarillo pistola

Y está el flamante Cadillac amarillo con el que nuestro admirado Blacksad ha de trasladarse desde la capital mundial del jazz hasta Tulsa, pasando por Amarillo y por Colorado.

Y están los moteles, los tugurios y los garitos de la Ruta 66. Y está el fino olfato de Guarnido para captar la esencia de ese universo mítico, a caballo entre el western y el género negro, en el que los moteros emulan a los antiguos cowboys y los autobuses de la Greyhound han sustituido a las diligencias. Una carretera en la que suena una música honda y profunda, triste. Repleta de nostalgia. Pero también de amor por el ritmo. Así, a lo largo de la narración, “escucharemos” a Johnny Alston y Campbell “Skeets” Tolbert; a Johnny Mercer y Harold Arlen y a Robert W. “Bobby” Troup.

 amarillo verde

Porque lo mejor de los buenos tebeos es que su lectura es una experiencia total en la que se conjugan todas las artes con el fin dar gusto a los cinco sentidos, desde el placer del tacto del papel al olor de la tinta, pasando por el oído de las canciones y el sabor del bourbon. Y la vista, claro.

Y no olvidemos el circo, al que Canales y Guarnido hacen un más que merecido homenaje en “Amarillo”. Esas troupes que viajan por el mundo, llevando espectáculos y números cada vez más sorprendentes, con los que enamorar al público. Troupes que acogen a sujetos de pasado tormentoso y que, por desgracia, también albergan a algunos personajes de moralidad distraída y, éticamente, más que dudosos.

 amarillo circo

Pero vamos a dejarlo aquí. De momento. Si quieres más, lee esta reseña de «El infierno, el silencio». O aquí, con un popurrí de comentarios sobre esta saga. Y, sobre todo, este artículo que publiqué en IDEAL, reclamando el «hermanamiento» entre Salobreña y Juanjo Guarnido, no de sus vecinos más ilustres.

Porque lo bueno de que haya salido un nuevo álbum de “Blacksad” es que nos sirve como excusa perfecta para retomar nuevamente la serie, desde el principio, y volver a paladear con delectación todas y cada una de sus viñetas.

¡Seguimos!

 

Jesús Lens

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Curso integral de cómic

A ver. ¿Los habéis visto ya? ¡Eso sí que marca el principio del final del verano! Llegan los coleccionables. Ya sabéis, que si las muñecas rusas, las monedas del mundo (¿por si se rompe el Euro?), los futbolistas, los minerales y doscientas cosas más, a cada una más peregrina. Y también llegan, por supuesto, los propósitos: que si el gimnasio, que si los idiomas, que si…

En fin.

Aquí va una propuesta, en clave Apostado: ¿Y se damos rienda suelta a nuestra creatividad narrativa, a través de ese arte total que es el cómic?

Pablo Guarnido nos hace la siguiente propuesta:

¿Qué os parece?

Como poco, para ir pensándolo, ¿no?

Jesús Lens

¡Los anteriores 23 aPostados, desde aquí!

Y el 24 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011

Blacksad. El infierno, el silencio

– “¿Cómo se imagina el infierno, señor Blacksad? Para mí es un lugar sin música … en completo silencio.”

Así se expresa uno de los personajes del último, premiadísimo e imprescindible álbum de Canales y Guarnido, “Blacksad. El infierno, el silencio”.

Y no le falta razón, ¿verdad que no?

Hoy hablamos de música, de Nueva Orleans, de la cuna del jazz y, sobre todo, de esa genialidad que es Blacksad, de la que ya hablamos AQUÍ.

Para saber más del último álbum de Canales y Guarnido, «Blacksad. El infierno, el silencio», daros un garbeo por nuestro Club de referencia, el Blue and Noir.

Jesús gatuno Lens