Los regalos de Reyes Noir

Los buenos aficionados al género negro y criminal no le escribimos cartas a los Reyes Magos. Les hacemos saber nuestras exigencias. Por ejemplo, les he asegurado que si me mandan el integral de ‘El asesino’, yo me callaré la procedencia del cargamento de mirra que llevan sus camellos. 

‘El asesino’ es una serie de cómics escritos por Matz y dibujados por Luc Jacamon y Norma Editorial los está publicando en España con ocasión de su adaptación al cine por David Fincher. Es una de las películas negro-criminales más esperadas de este año y conviene leerse los tebeos antes para opinar con conocimiento de causa y fundamento sobre su paso a la pantalla. Y también he exigido los dos tomos dedicados a ‘Parker’, publicados por Astiberri.     

Dicho lo cual y como aquí somos muy de los Corleone, le voy a hacer un par de recomendaciones o tres que usted no debería rechazar. La primera es otro cómic. Si le gusta el policial clásico, el de toda la vida, ‘Noir Burlesque’ no puede faltar en su biblioteca. Es una obra de arte que lo tiene todo, absolutamente todo: atracos, garitos nocturnos, jazz, un Diner para desayunar y combatir la resaca, mafiosos, diálogos cortantes, palizas y disparos. Y está Caprice, claro. 

‘Burlesque Noir’ es una obra de arte total escrita y dibujada por Enrico Marini, un tipo canalla y provocador cuya cuenta de Instagram es una gozada, huyendo de cualquier clase de corrección política. Síganlo en marini_art, pero sobre todo, háganse con el primer volumen de su ‘Burlesque Noir’. Esperemos que el segundo no tarde en llegar a las librerías de la mano de Norma. 

Otra oferta que no pueden, no deben rechazar: el ‘Verbolario’ de Rodrigo Cortés, un personalísimo diccionario repleto de definiciones brillantes, imaginativas, poéticas o descacharrantes. No es negro, pero contiene perlas como esta: “Policíaco: género literario que practica quien aspira a escribir bien sobre el mal”. O esta otra: “Asesinar: robarle a alguien su futuro”. Ahí se nota el hálito a ‘Sin perdón’, perfectamente ejecutado. ¿Y ejecutar? “Matar con permiso”. ¿Ven? Publicado por Random House, es adictivo. Un libro para tener siempre a mano y no cansarse de jugar con él. Además, es una auténtica belleza. Un primor de edición. 

Como lo es ‘Belascoarán Shayne, detective’, un monumento literario publicado por Reino de Cordelia con la recopilación las cuatro novelas de Paco Ignacio Taibo II protagonizadas por uno de los detectives privados más improbables, geniales y memorables de la historia de la literatura policíaca. 

Da igual si tienen alguna edición de ‘Días de combate’, ‘Cosa fácil’, ‘Algunas nubes’ o ‘No habrá final feliz’. Para un buen amante de los libros, este tomo también resulta imprescindible. Es de los que prestigian una buena biblioteca negro-criminal. Invita a acariciar su lomo con la misma delectación con la que Vito Corleone acariciaba a su gato. 

Es un libro fundacional, también. Como recuerda Ángel de la Calle en el prólogo de esta esmerada edición, “con la novela ‘Días de combate’ (1976) Taibo II daría el grito de salida al neopolar latinoamericano. Apenas un par de años después de la aparición de ‘Tatuaje’, la novela protagonizada por el detective Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán”. Ni que decir tiene que la propia Ciudad de México es protagonista de la narración. Y los libros, siempre los libros: “Las lecturas tempranas de Hemingway lo habían convencido de que uno termina invariablemente compartiendo algo con el enemigo”.

Jesús Lens

Ir a las librerías

Buenos días. Hoy, en la edición impresa de IDEAL, además de El Rincón Oscuro, publico este artículo propuesta. A ver qué te parece.

Hoy, casi todo se puede comprar a través de Internet. Ustedes ya lo saben. Y saben cómo hacerlo: un portal de compra, dos o tres clics, una tarjeta de crédito y a esperar cómodamente sentados en casita a que llegue el mensajero con el paquete de turno.

Librería El Roto

Sin embargo, hay objetos, bienes y servicios cuya búsqueda y adquisición debería ser algo más que una fría compra a distancia. Por ejemplo, ¿cómo va a ser lo mismo hacerse con unas cervezas y beberlas en casa -solo o en compañía de otros- que compartir unas cañas con los amigos, en el bar de toda la vida?

Pues con los libros pasa lo mismo: hojear las novedades, repasar las baldas de tu género favorito, buscar un título concreto entre los distintos anaqueles y charlar con un librero que conozca y disfrute con su oficio; es un placer.

Un placer que ya no puede ser más
Un placer que ya no puede ser más

Sin embargo, para disfrutar de este tipo de experiencia y más allá de las absorbentes redes sociales, hay que visitar una librería. Físicamente. Y Granada, para eso -como para tantas otras cosas- es un lujo, que nuestra provincia todavía atesora varias y buenas librerías. Todavía, insisto, aunque no debemos confiarnos, que el cadáver de la Atlántida todavía está caliente. Así que, tratemos de apoyar a nuestros libreros de una manera útil y práctica: comprándoles libros.

Es cierto que este consejo es redundante para los buenos aficionados, fieles usuarios de librerías y bibliotecas. Sin embargo, se me ocurre una idea para conseguir nuevos adeptos: regalar un libro a alguien, pero en vez de entregárselo en mano, dejárselo en la propia librería para que vaya a recogerlo.

Librería 1616 Books de Salobreña
Librería 1616 Books de Salobreña

Es cierto que puede resultar incómodo en estos tiempos tan acelerados que vivimos. También es verdad que siempre nos gusta ver la cara de una persona cuando abre nuestro regalo, pero… ¿y si hacemos la prueba? ¿Se anima usted, querido lector? Y es que, para regalar un libro no es necesario esperar a una ocasión especial ni gastar demasiado dinero. Además, siempre hay una librería que pillará de paso al afortunado destinatario de nuestro obsequio.

Librería Picasso

Una vez en la librería, ese amigo, además de animarse a comprar algún libro adicional, podría seguir el ejemplo y dejar pagado su obsequio para algún otro colega y, de esta manera tan sencilla, iríamos construyendo una cadena que no cuesta ni mucho dinero ni mucho esfuerzo, que no perjudica a nadie, nos enriquece a todos y, además, nos sirve de estímulo para salir a callejear.

¡Ahí es nada!

Jesús Lens

Twitter Lens