Parásitos jocosos

No me importa que Pedro Almodóvar y Antonio Banderas se hayan ido de vacío, dados los premios de la Academia de Hollywood de este año. Aunque había pensado quedarme a ver la ceremonia, les confieso que me venció el sueño. Por eso, al abrir los ojos y comprobar que la ganadora absoluta había sido ‘Parásitos’, casi descuajeringo la cama del brinco que pegué.

Es la película que con más ahínco y empeño he recomendado en los últimos meses. ¿Recuerdan ustedes que, de cara a la jornada de reflexión de las pasadas elecciones, les aconsejaba ir al cine a verla? (Léanlo AQUÍ)

La película del coreano Bong Joon-ho es soberbia. Es apasionante, desconcertante y cruelmente divertida. Humor negro, drama y thriller se dan la mano en un título que ya es referencial en la historia del cine. Una película de denuncia social repleta de cargas de profundidad que la HBO va a convertir en serie. O en “película expandida de alta calidad”, en definición del propio Joon-ho, que no ha dudado en afrontar el reto.

Las cosas están cambiando a una velocidad vertiginosa en el mundo del cine. ¿Vieron ustedes las imágenes de la llegada del cineasta al aeropuerto Incheon de Corea del Sur, tras la consecución de la Palma de Oro en Cannes con ‘Parásitos’? En España sólo concita a tanta prensa un futbolista… o el ganador de programas como ‘La isla de las tentaciones’.

El cine es una industria global que, además, cada vez está más globalizada. Un año arrasa ‘Roma’ en Hollywood, una película mexicana producida por Netflix, y al año siguiente, un cineasta coreano les moja la oreja a Scorsese y a Tarantino en su propia casa.

Sin olvidar al ‘Joker’ y su militancia nihilista, un alegato cuasi anarquista que Joaquin Phoenix expande inteligente y exponencialmente cada vez que recoge un premio. También les hablé de ella. (Leer AQUÍ y AQUÍ)

Y de su música, compuesta por la chelista islandesa Hildur Guonadóttir, la gran triunfadora del año gracias al Guasón y a la serie ‘Chernobyl’. Insisto: sería flipante escucharla en el Festival de Música y Danza de Granada. (Leer AQUÍ)

Jesús Lens

Música de infierno y locura

En la pasada entrega de los Globos de Oro, una de las series triunfantes fue la prodigiosa ‘Chernobyl’, para mí, la serie del 2019. Al menos, de las que miraban hacia atrás, que ‘Years and Years’ me pareció la joya televisiva anticipatoria del año.

Otra de las grandes vencedoras de la velada fue ‘Joker’, de la que tanto y tan bien hemos escrito en esta misma sección. El premio a Joaquin Phoenix es incontestable. Pero, ¿sabrían ustedes decir, sin consultar en Google, qué otro galardón se llevó la película? Una pista: tiene poderosas conexiones con ‘Chernobyl’.

Hace un par de años le dedicamos este Rincón Oscuro a un músico islandés, Jóhan Jóhannsson, autor de las portentosas bandas sonoras de tres de las mejores películas del cineasta Denis Villeneuve: ‘Prisioneros’, ‘Sicario’ y ‘La llegada’. Lo de ‘Sicario’, en concreto, me parece uno de los trabajos musicales más descomunales de los últimos años.

Jóhannsson, que falleció prematuramente, ya no pudo firmar la música de la segunda entrega de las aventuras de Josh Brolin y Benicio del Toro en la frontera mexicana. Y casi me preocupaba más esa cuestión que la del cambio de director cuando fui a ver ‘El día del soldado’: pocas veces, la música había contribuido tanto a crear una atmósfera angustiosa y desasosegante en el cine negro contemporáneo.

‘Sicario 2’ es uno de esos cada vez menos extraños casos en que la continuación no desmerece del original. El trabajo de Stefano Sollima es incuestionable y Taylor Sheridan volvió a clavar el guion. ¿Y la música? La firmaba otra artista con nombre de protagonista de saga vikinga: Hildur Guonadóttir. Y era igualmente extraordinaria, más allá del merecido y emocionante homenaje a su mentor en el tema final: una reinterpretación de ‘The Beast’, la canción más emblemática de ‘Sicario’.

Nacida en Reikiavik, en 1982, Hildur es una reputada chelista que ha colaborado con diversos grupos de música experimental e independiente, además de llevar adelante sus proyectos en solitario.

A finales de los 90, Guonadóttir empezó a trabajar con el multidisciplinar colectivo filosófico-artístico Kitchen Motors, fundado por el propio Jóhannsson, formando parte de diversas actuaciones y performances.

En 2004, tras un encuentro en el estudio-vivienda de Jóhannsson en Berlín para grabar juntos un tema, todo cambió para la chelista islandesa. “Habíamos encontrado nuestro lenguaje. Es difícil de explicar con palabras dado que nos encontrábamos en un plano que estaba más allá de lo verbal. Nuestras almas se habían fusionado, y así permanecieron desde entonces”, contó tras el trágico fallecimiento de su mentor.

Aunque ya había sido la chelista principal de varias de las bandas sonoras de Jóhannsson, en 2018 compusieron juntos la partitura de la película ‘María Magdalena’, protagonizada por Joaquin Phoenix. Y ese mismo año, ya en solitario, nos maravilló con la citada música de ‘Sicario 2: el día del soldado’.

Entonces llegó la explosión del 2019. ¿Vieron ustedes ‘Chernobyl’? Como les decía al comienzo de estas notas, es una de las grandes maravillas que nos regaló la HBO el pasado año. La capacidad de la música para generar texturas y atmósferas resulta sobresaliente. La frialdad que exudan las imágenes y la música en algunas secuencias es sobrecogedora. Y la tensión. Y la pesada carga de pesadilla industrial.

De hecho, para esta banda sonora, la artista se fue a una central nuclear en funcionamiento, en Lituania, y grabó todos los sonidos que emitía la bestia. En su estudio, también radicado en Berlín, los mezcló, cortó, combinó y amplificó, añadiéndoles su propia voz, como de ultratumba, hasta componer la angustiosa música que le deparó el Emmy.

Y luego está ‘Joker’. Si bien es cierto que las mejores bandas sonoras, como la mejor fotografía o las mejores interpretaciones, son las que no se notan; lo de la música de ‘Joker’ era algo singular: el diálogo entre las imágenes y la música era impecable y la banda sonora de la caída al abismo de la locura de ese cómico ¿fracasado? llamado Arthur Fleck resulta estremecedora.

El in crescendo de la insania del personaje encontraba eco en la música compuesta por Hildur Guonadóttir, cada vez más hipnótica y aterradora. Lo que resulta singular, dado que ella había compuesto la mayor parte de la banda sonora antes de que comenzase la filmación de la película. De hecho, para el director y el protagonista, la música era una fuente de inspiración constante a la hora de preparar la filmación de cada día.

He escuchado, entera, la banda sonora de ‘Joker’ para escribir estas líneas. De hecho, ahora mismo suena el chelo de la música islandesa. Y es una gozada. Espero que, además del Globo de Oro, se lleve el Oscar.

Un último apunte: una vez que el nuevo director del Festival de Música y Danza de Granada ha avanzado que la edición del 2021 se prolongará un mes y se abrirá a disciplinas diferentes a las habituales, ¿qué tal un poquito de música de cine? Si se animan, hagan por traernos a Hildur Guonadóttir. Sería un puntazo, un detallazo… y un exitazo.

Jesús Lens

Nominados al Óscar

¡Qué alegrón me llevé ayer! Puse en directo la muy sosa y anodina proclamación de los finalistas a los premios Óscar de este año y pegué un bote de alegría al escuchar que Antonio Banderas estaba entre los nominados al Mejor Actor Principal.

Unos instantes antes, los presentadores habían anunciado que ‘Dolor y gloria’, la más reciente de las películas de Almodóvar, competiría por el galardón a la Mejor Película Extranjera; pero eso estaba en el guion previsto y podíamos darlo casi por descontado. Lo de Banderas, sin embargo, fue toda una sorpresa. Casi tanto como que Robert de Niro no figurara en la lista.

Pobre Bobby, qué mala pasada le ha jugado el programa informático de rejuvenecimiento facial. Mientras que sus compadres Al Pacino y Joe Pesci sí han conseguido su nominación como secundarios, él se ha quedado compuesto y sin opción a premio. En este sentido, va a ser bonita la pugna entre la gerontocracia de Hollywood y la guapura de Brad Pitt. Que ya no es un chaval, pero como si lo fuera.

Banderas hace un papelón en ‘Dolor y gloria’. En el sentido estricto y riguroso de la expresión, no en el metafórico. Un papelazo. La pena es que la Academia no rematara la faena, nominando el guion de Almodóvar. Un guion que acaba de publicar la editorial Reservoir Books, con escenas que se quedaron fuera del montaje definitivo, apuntes sobre el proceso creativo de la película, fotografías e imágenes del storyboard. De compra obligatoria para los buenos cinéfilos.

Es posible que, por primera vez en años, aguante despierto para ver los Oscar. Por ‘El irlandés’, claro. Si leen esto, ya sabrán ustedes que soy un fanático defensor de la película de Scorsese, un ejercicio fílmico con el paso del tiempo como tema central, un testamento vital, una reflexión cinematográfica sobre una toda una carrera y una forma de entender las películas. Que es casi tanto como una forma de entender la vida.

Y las otras dos buenas noticias de la noche, a la espera de ver ‘1917’: tanto ‘Joker’ como ‘Parásitos’, dos de las películas que más me gustaron el pasado año, también acumulan un buen número de nominaciones. Se prevé un duelo apasionante. (Más del Joker, aquí)

Jesús Lens