El Noir también se bebe

“Me gustan los bares cuando acaban de abrir para la clientela de la tarde. Dentro, el aire todavía está limpio, todo brilla y el barman se mira por última vez en el espejo para comprobar que lleva la corbata en su sitio y el pelo bien alisado. Me gustan las botellas bien colocadas en la pared del fondo, las copas que brillan y las expectativas. Me gusta verle mezclar el primer cóctel, colocarlo sobre el posavasos y situar a su lado la servilletita de papel perfectamente doblada. También me gusta saborear despacio ese primer cóctel. La primera copa de la tarde, sin prisas, en un bar tranquilo… Eso es maravilloso”

Terry Lenox le dirige ese parlamento a Philip Marlowe en la novela  “El largo adiós” la última vez que compartieron un trago. Y con ese texto arranqué mi intervención en el festival Bruma Negra, en el majestuoso Café Residence de Bilbao, antes de salir hacia Plentzia.

Manu, oficiando en el Residence
Manu, oficiando en el Residence

El Residence, un establecimiento con alma en el que Manu nos agasajó con algunos de los cócteles más conocidos del género negro: el Gimlet y el Bronx.  Y es que, en el buen género negro no hay azar o casualidad en los bares en los que entran los personajes ni en las bebidas que se echan al coleto. La elección de un garito dirá mucho del protagonista y condicionará su comportamiento. Y los tragos que vaya tumbando servirán para dirigir la conversación en uno u otro sentido. A Raymond Chandler, por ejemplo, los bares le inspiran una excitante mezcla de filosofía y poesía.

Y es que en el Noir se bebe. Y mucho. Hablamos de un universo poblado de bares, tugurios, clubes y garitos. Y más allá de las cervezas de barril o del whisky a granel, algunos de los personajes más carismáticos del género negro y criminal muestran un indudable gusto y sofisticación a la hora de pedir en la barra. El más popular es, por supuesto, el Martini de James Bond. De sobra lo conocen: un martini con vodka seco, agitado, no mezclado. Esa fue su bebida de referencia durante décadas. Hasta que, en 2012 y para “Skyfall”, una cervecera pagó 34 millones de euros para que 007 cambiara su combinado de referencia… por una birra, lo que generó controversia y discusión.

Dry Martini Bond

Y es que los muy mitómanos somos fieles a las tradiciones. Por ejemplo, ¿qué se bebía en el Rick’s Café de “Casablanca”? El trago por excelencia era el Champagne Cocktail con el que Rick y Elsa brindan al reencontrarse. ¡Y eso que Rick era famoso por no beber, jamás, con los clientes! Pero Elsa era mucha Elsa…

Champagne cocktail

Cambiemos de continente y detengámonos en la Cuba justo anterior a la revolución, en la que dos hermanos conversan entre sí. Son italoamericanos y están en viaje de negocios. No han tenido una relación fácil y la conversación no es fluida. “¿Cómo se dirá Banana Daiquiri en español?”, le pregunta Fredo a Michael Corleone. El hermano pequeño, siempre pragmático, le responde: “Pues Banana Daiquiri”. Y ambos se ríen. Será el momento de mayor cercanía entre ambos. De hecho, nunca volverán a compartir un rato de expansión. Porque Fredo sigue bebiendo y bebiendo. Hasta que, en un momento dado, se va de la lengua. Y ya nada volverá a ser igual.

Banana Daiquiri el padrino

¡Ay, esa Cuba en la que Hemingway lo tenía claro, dejándolo escrito, de su puño y letra, en la propia pared de La Bodeguita del Medio de La Habana: “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita”. En su caso, siempre muy secos, con triple ración de alcohol… y nada de azúcar.

Pero el cóctel Noir por excelencia, el que bebe Philip Marlowe y el que todos los buenos aficionados al género debemos pedir en una barra, es el Gimlet. Volvamos a “El largo adiós” y a nuestro detective privado favorito: “El camarero dispuso la bebida frente a mí. Con el jugo de lima presenta un aspecto entre verdoso pálido y amarillento brumoso. Probé. Es al mismo tiempo dulce y fuerte. La mujer de negro me miraba. Levantó su copa hacia mí. Bebimos. Entonces me di cuenta de que bebíamos lo mismo”.

Efectivamente. El Gimlet, como la buena novela negra, engaña. Es chispeante y refrescante. Entra muy bien. Pero al final, te deja noqueado. Hablamos de un cóctel que le debe su nombre a un médico de la armada británica llamado Sir Thomas Gimlette, que mezclaba el alcohol con los limones resecos para tratar de combatir el escorbuto y conseguir que los marineros tomaran vitamina C. Un cóctel, sin embargo, cuya etimología es clara y precisa, al traducirse como “Barrera de mano”, buena muestra de los estragos que puede producir.

The Long Goodbye

Y que no les confundan. Que Chandler lo tiene muy claro y lo deja escrito en sus novelas: “Lo que llaman Gimlet no es más que jugo de lima o de limón con gin, una pizca de azúcar y licor de raíces amargas. El verdadero gimlet está hecho mitad de gin y mitad de jugo de lima Rose’ y nada más”. Y una última aseveración: “Deja chiquito al Martini”.

Así que, ya lo saben: Buena literatura negra y… ¡salud!

Jesús Lens

Twitter Lens

Gran Granada

En Granada, los años 60 no se recuerdan por el mayo parisino, precisamente. Ni por el Festival de Woodstock, el Flower Power, el rock de la Costa Oeste de los Estados Unidos o la invasión de los hippies.

En Granada, los años sesenta estuvieron marcados por unas terribles inundaciones que cambiaron la fisonomía de la ciudad, dando lugar al nacimiento y consolidación de algunos barrios que hoy son muy populares.

Gran Granada Genil desbordado

Aquellos cambios y alteraciones propiciaron una corriente de especulación urbanística tremebunda, además de afectar a la vida de la gente, por supuesto. Y de todo ello habla “Gran Granada”, una excelente novela negra de Justo Navarro, publicada por la editorial Anagrama, que se abre con la muerte de un abogado en un céntrico hotel de la calle Ganivet.

¿Quién era aquel abogado y qué pintaba en Granada? Y, sobre todo, ¿por qué, tras su muerte, comienzan a morir algunas de esas personas que forman parte de la más conocida Gran Granada? Algunas, por su propia mano…

Máscaras. La “Gran Granada” descrita por Navarro está poblada de máscaras. Y de mascaradas. Sin que sea tiempo de Carnaval. Porque las familias, las parejas y los matrimonios no son necesariamente lo que parecen, como la investigación puesta en marcha por el comisario Polo sacará a relucir.

Gran Granada

El comisario Polo. ¡Qué tipazo! Es llamativo que, necesitando unas gafas de culo de vaso para ver lo más evidente por culpa de su galopante miopía, sea todo un visionario. Que tiene pinchados todos los teléfonos que importan en la ciudad, convencido de que el desarrollo de la tecnología será fundamental para las investigaciones policíacas. Un Polo que también vaticina la importancia de la televisión, que podría ser una inmejorable aliada a la hora de controlar las mentes de los ciudadanos. Aunque no sé yo si él pensaba en la telebasura, precisamente…

En “Gran Granada”, Justo Navarro hace una excepcional disección de una sociedad que se balancea entre las ansias de cambio y la contumaz realidad que lo hace imposible. Dos Granadas que chocan entre sí de forma inmisericorde.

Gran Granada Justo Navarro

Una Granada culta, amante del arte y la historia, avanzada y tolerante, se enfrenta a una Granada obtusa que solo mira hacia atrás, asustada por los cambios que se vislumbran en el horizonte. Una Granada reaccionaria y rancia, cateta y violenta, que solo piensa en el dinero. En el dinero fácil. Que suele ser el dinero más sucio. Y el que con más insistencia exige estabilidad, orden y concierto, como no nos cansamos de leer en las informaciones sobre  la corrupción de cada día.

Y ese choque, la fricción de esas dos Granadas, irá dejando cadáveres en el camino. Y víctimas colaterales. Pero nos servirá para conocer un poco mejor la ciudad en la que vivimos. Porque de los barros provocados por las inundaciones de los sesenta vienen algunos de los lodos en los que todavía estamos enfangados, cincuenta años después.

Gran Granada Noir

Y si no me creen, busquen un documental que, aparentemente, no tiene nada de negro y criminal: “Sacromonte, los sabios de la tribu”, dirigido por Chus Gutiérrez, coautora del guion junto al narrador de la historia, Curro Albaicín. Ahí verán cómo, tras las inundaciones y aprovechando la ruina que provocaron, el famoso barrio de los gitanos fue arrebatado a sus históricos moradores, provocando un auténtico cataclismo en el mundo del flamenco granadino.

Los reasentamientos de los antiguos moradores del Sacromonte en distintos barrios de la ciudad terminaron por disgregar a una comunidad que, dispersa y alejada de sus cuevas y sus zambras, dejó de ser lo que era.

Gran Granada IDEAL

Y en estas estábamos cuando Franco decidió visitar Granada, tras las inundaciones. Lo que provocó otro terremoto, como Justo Navarro describe en “Gran Granada”. Porque hubo muchos fallos en la organización de aquella visita. Incluyendo una antigua pistola extraviada… que podría ser usada en un atentado.

Gran Granada Patria

Una novela de tanto alcance como “Gran Granada”, además de contar una historia de crímenes, robos de arte y especulación, nos descubre una ciudad que fue y que, por fortuna, ha quedado muy difuminada. Aunque todavía queden resabios, en ciertas actitudes. Una novela, en fin, que nos anima a bucear en el urbanismo local. Empezando por la calle Ganivet.

Pero todo ello ya formará parte de otra historia…

Jesús Lens

Twitter Lens

Juan Madrid, Maestro del Noir

Cuando los demás van, Juan Madrid ya ha vuelto. Y además, lo ha contado. Brillantemente. Con contundencia. Brutalidad, incluso. La corrupción urbanística, sin ir más lejos.

Ahora que buena parte de las páginas de los periódicos se están escribiendo con tinta Noir, hay que recordar que ya en 2002, Juan Madrid publicó su novela “Grupo de noche”, en la que una trama de corrupción inmobiliaria era la gran protagonista de la historia. En este caso, se trataba de Lavapiés. Pero lo que contaba el autor podría ser extensible a otras ciudades.

Juan Madrid Grupo de Noche

Y “Grupo de noche”, además del apasionante tema que trataba, nos devolvía a los lectores a uno de los personajes clave del género policíaco español: Toni Romano.

Toni Romano, también conocido como Toni Carpintero, es un cobrador de deudas con muchos ex en su currículum: ex boxeador, por ejemplo. Y ex policía. Un tipo duro que se mueve por un Madrid turbio, oscuro y que en nada se parece a lo que nos venden las oficinas de turismo. A Toni lo conocimos en “Beso de amigo”, la primera novela policíaca publicada por Juan Madrid. Desde entonces, ha aparecido en otras siete novelas del autor malagueño afincado en Salobreña. La última, la excitante “Bares nocturnos”.

Juan Madrid Bares Nocturnos

Y la antepenúltima: “Adiós princesa”, en la que Toni ha de investigar la muerte de una periodista que había conocido a un príncipe y soñaba con ser princesa. Ustedes entienden…

Las novelas de Juan Madrid también son una excelente lección de metaliteratura. Otro de sus personajes de cabecera, Juan Delforo, le sirve para hablar sobre las necesarias relaciones que hay entre la realidad y la ficción, entre el arte y la vida. Como si pudieran separase las unas de las otras.

Por eso, en “Los hombres mojados no temen la lluvia”, novela galardonada con el Premio Fernando Quiñones y publicada por Alianza Editorial, resulta un magnífico compendio de la narrativa de Juan Madrid. Más que ser una novela suya, la novela es él, el propio Juan, un pedazo de su ser, como si se lo hubiera arrancado de las vísceras, de las entrañas; y lo hubiera convertido en papel.

Juan Madrid

En esta novela están todas las tesis de Juan Madrid sobre el presente en que sobrevivimos, el pasado del que venimos y el futuro que no alcanzaremos. Está su manifiesto para una literatura útil y están las manías, necesidades, frustraciones y costumbres de los escritores.

Está la España del pelotazo, la España sobrecogida y la sobre-cogedora, la España amoral y sinvergüenza; esa España casposa que sigue apestando a pelo de la dehesa, por mucho que se bañe en Channel Número 5 cada noche, antes de irse a dormir.

En “Los hombres mojados no temen la lluvia” hay mujeres devoradoras, fuertes, letales y duras como el pedernal. Y un poco cabronas, también. Y hay hombres confusos -mojados y sin mojar- golpeados por el destino, por mucho que estén convencidos de controlar la situación. Y hay bares. Muchos bares, que sirven para contextualizar a las personas que pasan por ellos, se acodan en sus barras y se emborrachan en sus mesas.

Juan Madrid Los hombres mojados no temen la lluvia

Pero Juan Madrid, además de novelista y periodista de raza, también es un excelente cuentista, como se acredita con la reciente publicación de sus “Cuentos completos”, en Ediciones B. Y un impresionante guionista, que suyos son los libretos de la mítica serie “Brigada Central”, protagonizada por Imanol Arias en el papel de Flores, un policía gitano y que Juan ha novelizado y comprimido en tres volúmenes, igualmente publicados por Ediciones B.

Juan Madrid Brigada Central

Otra faceta imprescindible que hay que recordar de Juan Madrid es su compromiso con la literatura juvenil, de la que es igualmente maestro y, gracias a cuyas novelas, muchos jóvenes se han enganchado felizmente a la lectura.

Y Juan también es profesor. Y director de cine. Y, sobre todo, es una de esas personas que consiguen que ocurran cosas a su alrededor. Como la excelente Muestra de Cine Negro y Denuncia Social de Salobreña, que ya ha cumplido brillantemente su quinta edición.

Por todo ello, el festival Granada Noir le hizo entrega a Juan Madrid del I Premio Granada Noir a una carrera artística vinculada al género policíaco.

Juan Madrid Granada Noir

Porque él, junto a Manuel Vázquez Montalbán, Andreu Martín y Mariano Sánchez Soler, pusieron los cimientos sobre los que se apoya un Noir que hoy, en España, goza de una extraordinaria salud.

Jesús Lens

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Granada, escenario negro y criminal

¿Sabían ustedes que el mismísimo Hannibal Lecter anduvo por Granada, en sus años mozos? Resulta que, si hacemos caso a la segunda temporada de la barroca y adictiva serie de televisión “Hannibal”, el caníbal más famoso de la historia visitó las cuevas del Sacromonte y convivió con un grupo de gitanos que le enseñaron a cocinar su tortilla más famosa, elaborada con distintos tipos de casquería; sesos y criadillas, sobre todo.

Granada Escenario Noir Hannibal

El Rincón Oscuro de hoy, en IDEAL, está dedicado a Granada como escenario de películas, libros, novelas y tebeos de corte negro y criminal.

Y es que no consta, sin embargo, que Hannibal se citara con Carlos, el sastre más famoso de la ciudad de la Alhambra. Y mira que habría sido un encuentro de lo más apropiado, por cuanto a sus gustos gastronómicos se refiere. Porque, tal y como Manuel Martín Cuenca contó en su película “Caníbal”, el personaje interpretado por un lacónico e introspectivo Antonio de la Torre era lo más opuesto que se pueda imaginar a ese veganismo ahora tan moda.

Granada Escenario Noir Caníbal

Carlos había establecido su sastrería en una de las orillas del Darro. Y tenía su vivienda habitual justo en la orilla opuesta, separadas por apenas cincuenta metros y conectadas por uno de los puentes más sugerentes de Granada.

Dejo volar la imaginación y sueño con que un buen día, Hannibal estaba paseando por la Carrera del Darro, deleitándose con la arquitectura que la jalona, cuando a su sensible pituitaria llegó el aroma de la carne que Carlos estaba friendo. Esa carne, tierna y jugosa, que… ustedes ya me entienden.

Es lo bueno de la ficción negra y criminal. Que nos permite sublimar nuestros más bajos instintos sin dejar en el camino más cadáveres que los literarios. Y cinematográficos.

Filmar en Granada Caníbal

Contemplar la ciudad de Granada desde una óptica noir, a través de las novelas y las películas policíacas que la han usado como escenario, nos permite trazar rutas turísticas que, alterando nuestra percepción, se salen de lo normal. Porque, después de ver “Caníbal”, uno ya no volverá a contemplar la Carrera del Darro con los mismos ojos, añadiéndole a su proverbial belleza ese punto de misterio que la hace aún más mágica, más intrigante, más atractiva.

¿Y qué me dicen del Rey Chico que tanta importancia tiene en “Caso cerrado”, la novela de César Girón que ganó la IV edición del Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona? Una novela que comienza con el hallazgo de un cadáver, flotando en las aguas del Darro, por parte de una pandilla de chavales. ¡Ay, la noche, la mala vida y las orillas de los ríos!

Granada Escenario Noir Caso Cerrado

Pero no todo son caníbales y cadáveres en la Granada Noir. Por ejemplo, en la película “Días contados”, adaptación de la novela de Juan Madrid, los protagonistas eligen el hotel Alhambra Palace como súmmum del amor fou más desenfrenado y lujurioso. ¡Cómo disfrutan los personajes interpretados por Carmelo Gómez y Ruth Gabriel del emblemático hotel granadino! Y qué bien da en pantalla uno de nuestros establecimientos hoteleros con más solera y tradición.

Granada Escenario Noir Carmelo Gómenz

Solera y tradición que tiene, por ejemplo, la calle Ganivet. Y es que Justo Navarro ya nos habló de los cambios urbanísticos operados en toda esa zona en su prodigiosa novela “Gran Granada”, recientemente galardonada con el premio Andalucía de la Crítica. Una historia muy negra y muy criminal en la que el entorno urbano de la Granada de los 60 desempeña un papel trascendental.

Granada Escenario Noir Gran Granada

Entorno urbano cambiante que también tiene una especial relevancia en la serie de novelas protagonizadas por Matías Verdón, popularmente conocido como El detective del Zaidín. Y es que la novela negra es fundamentalmente urbana. Y de barrio. Por eso, tal y como señala el escritor Alfonso Salazar, hoy día sería posible cruzarse con sus personajes en bares como el Pacurro o el Olimpia, locales con historia y tradición, bien arraigados en el imaginario colectivo del barrio.

Granada Escenario Noir Alfonso Salazar

Pero volvamos a los marcos incomparables. ¿Saben ustedes el desasosiego que puede provocar el Palacio de Carlos V por la noche, al final de los conciertos del Festival de Música y Danza? El escritor Juan Torres Colomera nos habla de ello en “Asesinato en la Alhambra”, que comienza con el asesinato de un afamado violinista búlgaro en ese paradisíaco entorno. ¡La que se arma en la ciudad, con el caso!

Asesinato en la Alhambra - cubierta definitiva imprenta - 2014-1

Lo dejamos aquí. De momento. Porque a la Granada negra y criminal aún le quedan más rincones oscuros por descubrir. Y no tardaremos en recorrerlos…

Jesús Lens

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New Pompey

Ha querido la casualidad que lea “New Pompey”, la novela del argentino Horacio Convertini, a la vez que veo la segunda temporada de la impresionante serie “American Crime”.

New Pompey Convertini

¡Qué cantidad de concomitancias entre dos historias que transcurren en zonas geográfica, cultural y socialmente tan distantes como la Buenos Aires de Convertini y la Indianápolis de la serie de John Ridey! Porque el mundo, en realidad, es un pañuelo. Y los conflictos que atañen a los seres humanos, en realidad, son los mismos en los cinco continentes.

Conflicto 1: tratar de formar parte de un grupo. La banda. La pandilla. El equipo.

Conflicto 2: ser diferente.

Conflicto 3: descubrirlo en esa edad siempre complicada de la adolescencia y la postadolescencia y previa a la juventud.

Conflicto 4: hacerlo público. Y sobreponerse al escándalo. A la decepción. A la exclusión.

Con una estructura formal prodigiosa y utilizando brillantemente los saltos en el tiempo, Horacio Convertini nos cuenta la historia de Cali, que vuelve a la casa vacía de los padres muertos, en el viejo barrio de Pompeya.

Horacio Convertini

A través de una medida narración repleta de pequeños apuntes y certeros flashazos, Cali se va mostrando poco a poco, desnudando su alma mientras nos cuenta su historia. Y así conoceremos a uno de esos personajes a los que coges cariño desde el primer momento.

Cali no es un malo de ley. No es un gángster ni un delincuente. Aunque algo turbio se traiga entre manos. Es un tipo, normal y corriente, que vuelve al barrio. Y el barrio le descubre con la guardia baja, arrojándole a la cara muchos de los fantasmas que creía haber dejado atrás.

Porque vivir en Pompeya no es fácil. Sobre todo, si guardas secretos. Especialmente si ese secreto es ominoso. O, al menos, si tú lo sientes así. Y Cali, efectivamente, así lo percibe. Y por eso se fue. Hasta que vuelve. Y los regresos nunca son sencillos.

New Pompey Horacio Convertini

Porque volver supone, efectivamente, enfrentarse a los fantasmas del pasado. Fantasmas con nombre y apellido. O, al menos, con apodo. Como el Chino Reilly.

¿Cómo ha sabido el Chino, tan rápido, que está de vuelta? ¿Cómo ha sabido que está solo? ¿Cómo ha sabido que está en un momento vulnerable que podría llevarle a tomar, otra vez, una decisión equivocada?

Es lo que tienen los fantasmas del pasado. Que saben demasiado. Y nosotros también queremos saber, por supuesto. ¡Menos mal que Cali nos contará, en apenas 200 páginas que se leen vertiginosamente, todo lo que necesitamos conocer sobre su vida!

Al menos, todo lo necesario para que le tomemos afecto. Notable afecto. Porque el Cali es uno de esos personajes a los que te gustaría conocer en la realidad y tratar de hacerte su amigo.

¡Gracias, Horacio Convertini, por habérnoslo presentado!

Un placer…

Jesús Lens

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