Granada es provincia

Como el día a día de nuestra ciudad es tan apasionante, los cronistas y juntaletras periodísticos, atentos a la actualidad, corremos el riesgo de perder la perspectiva y olvidarnos de la provincia, lo que resulta ciertamente injusto. Granada, además de la capital y su área metropolitana, está conformada por 170 municipios y entidades locales.

A un buen número de los municipios más pequeños de Granada les ocurre como al coronel de García Márquez: no tienen quien les escriba. Excepto la Diputación, por supuesto. ¿Qué sería de la provincia de Granada sin la Diputación? ¡Ay, esos tecnócratas urbanitas que no dudan en cuestionar su utilidad y su vigencia, con el culo bien aposentado en un cómodo sillón reclinable, mirando a la Fuente de las Batallas!

El presidente de la Diputación ha presentado los objetivos estratégicos de la institución para el 2020, vertebrados en torno a un eje fundamental: luchar contra la despoblación. Para ello, diferentes modalidades de actuaciones, con la puesta en marcha de una oficina para atraer rodajes de series, películas, anuncios o videoclips como proyecto estrella.

Este tema, lo saben ustedes, me duele expresamente. Granada fue pionera en Andalucía en la puesta en marcha de una oficina técnica para organizar rodajes, pero a un infausto diputado de Cultura del PP no le tembló el pulso a la hora de desmontarla, con el peregrino argumento de que el cine no es cultura.

El pasado año, en la extensión de Granada Noir, llevamos una charla-presentación sobre la provincia de Granada como escenario de películas, series, novelas y cómics de temática negra y criminal. Y está feo que yo lo diga, pero al público asistente le encantó y le sorprendió descubrir la enorme versatilidad paisajística de nuestra tierra y la cantidad de posibilidades que ofrece.

Al margen de esta cuestión, básica, me ha llamado la atención lo de la Senda del Litoral que conectará la Costa Tropical con la Alpujarra a través de caminos y senderos. Y el Geoparque, por supuesto, que se está convirtiendo en una de las joyas de la corona del turismo de interior de Granada.

Jesús Lens

Granada y la ficción Noir

Gracias a la Diputación de Granada, institución que predica con el ejemplo y apoya, de verdad, las diferentes manifestaciones culturales de nuestra tierra, Granada Noir visita estos días los pueblos de Beas de Guadix, Víznar, Salobreña e Iznalloz.

En años anteriores hemos proyectado y conversado sobre ‘El silencio de los corderos’ o ‘Ascensor para el cadalso’. También hemos difundido el libro ‘El proxeneta’, de Mabel Lozano, y proyectado ‘Chicas nuevas 24 horas’, para concienciar sobre la trata para la explotación sexual de las mujeres.

En esta ocasión, el programa que llevamos invita a descubrir Granada como escenario para la ficción negra y criminal desde la óptica del cine, la novela y el cómic. Una invitación, también, a reflexionar sobre la importancia que para la economía de nuestra provincia tendría que la provincia se convirtiera en plató cinematográfico y televisivo a gran escala.

Resulta de lo más satisfactorio, por ejemplo, compilar en una charla a autores como Alfonso Salazar, Juan Torres o el I Premio Granada Noir, Juan Madrid, residente en Salobreña, que le hace guiños a su pueblo de adopción en sus novelas siempre que puede. También hablaremos de la adaptación cinematográfica de ‘Días contados’, una soberbia y durísima película de Imanol Uribe en la que Granada es sinónimo de amor loco y romántico, con nuestro querido hotel Alhambra Palace como escenario esencial para una de las secuencias definitivas de la película.

Justo Navarro, que fue uno de los invitados destacados de Granada Noir 5, convierte a Granada en escenario clave de ‘Petit París’ y ‘Gran Granada’, por supuesto. El personaje principal de estas dos novelas, el comisario Polo, es uno de los mejores policías de nuestra ciudad y ya se apresta a visitar la Italia fascista en la tercera entrega de la trilogía.

Una particularidad: Justo Navarro presentó sus novelas en el Gran Café BibRambla, uno de los locales favoritos de su personaje por antonomasia. Fue bonito reunirse al calor de unas Especiales de Cervezas Alhambra a disfrutar del magisterio de Justo Navarro y José María Pérez Zúñiga en el mismo lugar por el que pasó el comisario Polo hace 50 y hasta 80 años. Es lo que tiene un establecimiento con más de 100 años de historia atesorada. Por cierto que el Cordero Polo, la tapa preparada por la cocinera del Gran Café, causó sensación entre el público que abarrotó el exquisito local art decó.

Por cuanto al cómic, ‘La araña del olvido’, de Enrique Bonet, es una auténtica máquina del tiempo que nos conduce a la dura posguerra, a los años 50 en los que Agustín Penón trató de encontrar los restos de Lorca. Un tebeo prodigioso que Granada Noir ha regalado a varias de decenas de autores invitados al festival para que conozcan la historia de un Penón del que, el próximo año, se celebra su centenario. ¿No sería bonito que la efeméride se hiciera coincidir con la ansiada recuperación de su mítica maleta, cuyo destino actual es una entelequia, tras el fallecimiento de su última depositaria, Marta Osorio, hace dos años largos ya?

Y está el cine, una industria que mueve millones de euros. De los errores más garrafales cometidos por los políticos de nuestra tierra, el desmantelamiento de la Granada Film Comission por parte del PP ocupa un lugar de privilegio.

El cine, además de potenciar los escenarios de rodaje como lugares de impacto turístico —busquen información sobre el efecto de la filmación de ‘Juego de tronos’ en Croacia o en San Juan de Gaztelugatxe y Sevilla, sin ir más lejos— es un negocio en sí mismo.

Una semana de rodaje supone miles y miles de euros en el sector de la hostelería y los servicios, de hoteles, restaurantes y catering a empresas de alquiler de coches, maquilladores, peluqueros, electricistas y demás técnicos imprescindibles para hacer funcionar la máquina de los sueños.

La Casa del Desierto de Gorafe y, por extensión, todo el Geoparque, se han convertido en lugar de peregrinación desde que aparecieron en un episodio de la última temporada de ‘Black Mirror’, en Netflix. Sobre todo, entre el turismo extranjero.

El rodaje de ‘Intemperie’, por su parte, puso el cartel de ‘Lleno’ en los hoteles de la Zona Norte de Granada, como tuve ocasión de experimentar hace dos agostos, cuando transité en mi Verano en Bermudas por Orce, Galera y alrededores y me resultó misión (casi) imposible encontrar una habitación para dormir.

De haberle dado continuidad a la Film Comission, Granada sería ahora tierra de cine y, gracias a su diversidad paisajística, acogería rodajes de forma continua a lo largo de todo el año. Se habría creado una infraestructura técnica y artística y las productoras no tendrían que traerse de Málaga o Sevilla hasta a las personas que controlan el tráfico durante las filmaciones. Pero la visión de futuro de algunos es así de cortita…

Jesús Lens