Quedar a la ‘granaína’

Es muy ‘granaíno’ quedar para echar un café o una caña y no echarlos nunca. Me imagino que es una inveterada costumbre en todos sitios, pero ‘quedar a la granaína’, el clásico y tradicional ‘a ver si nos vemos’, en tan nuestro como la tapa de lomo roque y, con la segunda, carne en salsa.

No eres de Graná si no quedas en llamar pronto a alguien y no volvéis a saber el uno del otro hasta que os cruzáis de nuevo en un semáforo de Puerta Real. Entonces, el contador se pone a cero: “Te llamo, ¿eh?”. “Sí, sí, echamos un café y te cuento”. O unas cañas. O unos vinos. ¿Será por echar?

A mí me pasó varias veces con Eduardo Castillo, el exconcejal de Comercio del Ayuntamiento de Granada. Y lo nuestro tiene más delito, que somos vecinos en el Zaidín.

Varias veces nos emplazamos para hablar de esos bares y tabernas históricos de Granada que se merecen una protección nivel lince ibérico. Recuerdo al menos dos: el día de la reinauguración de Casa Enrique, precisamente, y el de la apertura del Tu Súper del Albaicín. Lo comentamos por encima, emplazándonos para más adelante. Pero pasaron los días, las semanas y los meses; pasó la vida y no nos vimos. Hasta las elecciones, pasaron.

Traigo a colación este visto y no visto al leer la siguiente información en el IDEAL de ayer. ‘El PSOE pide al PP que no olvide el proyecto para los establecimientos emblemáticos’. Y es que, según cuenta el propio Eduardo Castillo, “en los últimos dos años desde el área de Comercio se iniciaron los trabajos, toma de contacto, reuniones con los propietarios de los negocios para la ejecución de un directorio que recoja todo ese patrimonio de la ciudad que debe cuidarse y mimarse”. Sólo cabe decir amén.

Proteger y cuidar la identidad local y la singularidad de este tipo de comercios frente a la homogeneización que nos invade es justo y necesario y me alegro mucho de que el PSOE estuviera en aquella batalla. Lo que no entiendo es dónde estuve yo metido esos dos años, que no me enteré de nada de esto. De hecho, dudo: ¿fue parte del programa electoral de Paco Cuenca y los suyos?

La culpa de ese desconocimiento es claramente mía. Si le hubiera puesto más empeño a ese ‘a ver si nos vemos’, me habría enterado de una vaina que me parece de una importancia capital para el futuro inmediato de nuestra ciudad. Hace bien, Castillo, en pedirle al PP que no deje caer ese trabajo en saco roto. A ver a qué concejalía le toca mover ficha y cómo y cuándo lo hace.

Jesús Lens

May R. Ayamonte y la Granada más negra

Me lo decía un amigo: “Está enganchada”. A su hija, se refería. Y no. No hablábamos de droga. O sí. Porque estaba enganchada a la prosa de May R. Ayamonte y sus libros podrían ser catalogados como adictivos, efectivamente. Droga dura. 

Hace un par de meses, en la Feria del Libro, May petó la carpa principal, la patrocinada por Caja Rural, a la que hay que agradecer su compromiso con la literatura y las letras en nuestra tierra. La llenó hasta la bandera y se quedó gente fuera, escuchando a través de las ventanas abiertas a la Fuente de las Batallas. May presentaba su nueva novela, ‘Las aguas sagradas’, publicada por la editorial Contraluz, y la escuchamos hablar largo y tendido sobre Jimena Cruz y Fátima Suárez, las dos grandes protagonistas. Y sobre Leónidas, Gari y el resto de secundarios. 

Si escribiendo, May es buena; de cara al público es aún mejor. Responde a lo que se le pregunta sin irse por las ramas, encandila con su voz y, sobre todo, hay contenido en cada una de sus palabras. Y sentido en sus mensajes. Como nos gusta decir a quienes nos dedicamos a esto, da titulares. 

No es de extrañar que, al terminar su presentación, se hiciera una larga cola frente a la mesa de firmas. Una cola intergeneracional en la que destacaba un montón de jóvenes y ávidas lectoras, de antaño o nuevas, que se llevaban el libro dedicado y se hacían un selfi con la autora. Tampoco me extraña que, al finalizar la Feria, May R. Ayamonte fuera la autora más vendida. En un sentido amplio e integrador: nadie vendió más que ella, incluyendo a las superestrellas que vinieron de fuera. (De eso hablamos AQUÍ, destacando a esa Negrísima Trinidad de Granada, en el Top nacional).

Clara Peñalver, Men Marías y May R. Ayamonte conforman la Negrísima Trinidad de Granada

¿Por qué triunfa May? Por sus personajes, en primer lugar. Creíbles y cercanos. Cargados de contradicciones. Falibles. Molestos, incluso. Jimena, la protagonista, puede llegar a ser tan… (rellenar con la memoria y/o la imaginación) que hay momentos en que te dan ganas de… (rellenar con la imaginación). 

Jimena es una periodista joven, pero sobradamente preparada. Es decidida. Es impaciente, impetuosa y nerviosa. Tiene tics. Casi tocs. Y vicios. Y debilidades. La conocimos en ‘Las niñas salvajes’ y nos cautivó con sus broncas con el jefe. Y con sus padres, su hermana, amigos, compañeros y amantes. ¡Qué peleona es, eterna insatisfecha! Todos esos personajes secundarios, por cierto, también son clave: en su relación con Jimena descubren su auténtica naturaleza.

Y está Granada como escenario, claro. La Granada histórica, con más peso en la primera de la saga que en ‘Las aguas sagradas’. La Granada paisajística que se convierte en escenario de pesadilla. La Granada de las Bodegas Castañeda y El Fútbol donde los personajes se toman sus tercios de Alhambra Especial, faltaría más. También la Granada subterránea, física y metafóricamente. 

May R. Ayamonte triunfa por los temas que toca, como la salud mental o los niños robados. Y por la poca confianza que muestra hacia las instituciones, de forma que sus protagonistas son outsiders de la investigación, como periodistas o profesores de la UGR, más que jueces, policías o fiscales. 

Y está el ritmo. No sé cómo lo hace, pero te tumbas a leer a May y, sin darte cuenta, han caído 100 páginas. De ahí que el (notable) tamaño de sus libros policíacos, de varios cientos de páginas, haga que pesen más físicamente que a la hora de afrontar su rápida, ágil y gozosa lectura. Con May R. Ayamonte tengo una conversación (y firma de libros) pendiente. Yo le propondría Casa Enrique, un rincón muy especial y que, indirectamente, tiene que ver con su libro más reciente. Lo vamos hablando…

Jesús Lens