Toni Hill y el Noir Gótico

“El género negro me gusta mucho, pero tengo la sensación de que hay que ampliarlo. Y, si esto no se considera género negro, pues ya me muevo yo, no hay problema”.

Así responde Toni Hill a una de las preguntas que Milo J. Krmpotic le hace en esta incisiva entrevista para la imprescindible revista literaria Librújula. Hablan, por supuesto, de “Los ángeles de hielo”, la más reciente novela de Hill, publicada en Grijalbo y que transcurre en la Barcelona de principios del siglo XX. Y a este fantástico novelón (en todos los sentidos) le dedico hoy El Rincón Oscuro, la sección de cultura negra y criminal del periódico IDEAL.

Foto para Librújula de Mario Krmpotic
Foto para Librújula de Mario Krmpotic

Los aficionados al Noir tenemos tendencia a trazar fronteras y límites entre lo que es y no es novela negra y criminal. En ocasiones, incluso, nos arrogamos el derecho a expedir certificados de pureza de sangre policíaca: esta sí, esta no; a esta la mato yo. Y, sin embargo, si por algo debería caracterizarse el Noir es por una necesaria amplitud de miras, por su potencial para desbordar los límites y reventar las costuras de un academicismo complaciente y empobrecedor. A mí, por ejemplo, cada vez me gustan más las novelas negras trufadas de ciencia ficción.

Por todo ello, la lectura de “Los ángeles de hielo” me ha resultado especialmente grata, atractiva y apasionante. Tras culminar su trilogía sobre el mosso d’Esquadra Héctor Salgado, muy apegada a la realidad social de la España contemporánea, Toni Hill cambia de tercio, de escenario, de época y de personajes. Y nos traslada a la Barcelona de los primeros años del convulso siglo XX.

Los ángeles de hielo

“Los ángeles de hielo” es un novelón monumental de cerca de quinientas páginas, una narración gótica con un buen número de personajes, la mayoría muy inquietantes, y escenarios muy variados. Aunque, como corresponde a una novela de estas características, el escenario central es un gran caserón que, durante un tiempo fue una escuela y, después, un sanatorio mental.

El protagonismo de la novela es coral, partiendo del personaje a partir del que todo ocurre, Frederic Mayol, un joven psiquiatra que viene de sufrir los horrores de la I Guerra Mundial. A su alrededor, varias mujeres. Muy, muy atractivas todas ellas. Y no necesariamente en el sentido estético de la expresión.

Foto: Laura Muñoz Hermida
Foto: Laura Muñoz Hermida

Mujeres fuertes y decidas, con ideas propias y con el empuje necesario para ponerlas en práctica. Mujeres como la señorita Águeda, que levantó el Colegio de los Ángeles, un internado para señoritas de buena familia a las que educa desde un feminismo militante que las anima a ser algo más que la señora de nadie.

Mujeres modernas, como Blanca, a la que solo Katherine Hepburn hubiera podido interpretar con solvencia en el cine. Y están Angélica, Mariona y otro buen número de ellas.

Y está Freud, que conste. Porque, como ya hemos dicho, Frederic es psiquiatra. Y, en aquellos años, Freud ya tenía su predicamento. Una relación, la de Frederic con el célebre doctor, muy oportuna y necesaria. Porque en “Los ángeles de hielo” hay muertos. Y, si hay muertos, tiene que haber un asesino. O varios. Salvo que en la casa que se encuentra en el centro de la narración haya fantasmas. Que nadie en su sano juicio cree en ellos. En los aparecidos. Pero que, como las meigas, haberlos, haylos. O, al menos, puede haberlos.

Toni Hill Negra y Criminal

Para dar forma a una trama compleja y abigarrada, con múltiples saltos en el tiempo y con un gran número de personajes, entre los principales y los secundarios, como ya hemos señalado; Toni Hill utiliza un sinfín de recursos narrativos que contribuyen a enriquecer la lectura. Recursos muy habituales en esa literatura gótica que tan bien ha inspirado al autor, como la inclusión en la narración de cartas y diarios, por ejemplo.

En “Los ángeles de hielo” hay, por supuesto, amas de llaves. Y madres severas. E hijos borrachines y tarambanas. Y acantilados. Y noches de tormenta, vientos furibundos e incendios devastadores. Y un cura que podría haber aparecido en “El exorcista”. O encerrado en el manicomio de “Alguien voló sobre el nido del cuco”.

Porque hablamos de una novela transgénero que combina el noir con el terror y el gótico, mezclando asesinos seriales con historias de fantasmas y aparecidos. Una adictiva narración que trata temas como la culpa y la redención, la locura, los celos… y el amor.

Toni Hill

¡Ah, el amor! Porque no lo he dicho, pero “Los ángeles de hielo” también tiene un delicioso punto folletinesco que contrasta con lo macabro de algunos pasajes. Como la sangre, muy roja, salpicada sobre el vestido blanco más puro y níveo, para lucir más y mejor.

Y es que a Toni Hill le encanta jugar con sus lectores. Lectores que, a su vez, devorarán “Los ángeles de hielo”, disfrutando gozosamente de un poderoso y desafiante artefacto narrativo de muchos quilates y largo alcance que demuestra que, en el Noir, no caben los límites.

Jesús Lens

Twitter Lens

Un verano muy Noir

Nos vamos de viaje, este verano. Y te aconsejo que te vengas con nosotros. Vamos a hacer un recorrido fascinante, aunque complejo, duro y exigente. Eso sí: favor de no olvidar el chaleco antibalas, ¿estamos? Si te lo dejas en casa, luego no me llores. Advertido quedas. Y casco, también. Y gafas de sol. De esas reflectantes.

Sicario

Pero tranquilo. Que no cunda el pánico. Lo bueno de este viaje es que lo haremos de la mano de unos guías excepcionales, empezando por un abogado muy especial: Saul Goodman, que nos recogerá en el aeropuerto de Alburquerque.

¿Has oído hablar de él? Se trata de un sujeto muy peculiar, con una innata capacidad para dar la nota, en todo momento y en toda ocasión. De hecho, sus anuncios de televisión se han hecho famosos en Nuevo México. Antes de le conocía como Slipy Jimmy. Jimmy el Resbalones. Pero eso fue en otra época.

Better call Saul

El bueno de Saul me ha prometido que nos presentará a gente interesante de la zona. Nos dice que hay un par de tipos llamados Pinkman y White que son unos fenómenos. Unos cracks. El primero es amante del rap y de los videojuegos y el segundo es profesor de química, pero Saul insiste en que nos contarán una apasionante historia sobre unos preciosos minerales artificiales de color intensamente azul…

Breaking Bad

A mí, lo primero que me llama la atención de esos dos es que lleven apellidos tan coloristas, como los personajes de “Reservoir Dogs”. Que no sé si será casualidad, pero que ya tengo ganas de conocer al señor Rosa y al señor Blanco.

Estamos citados en un establecimiento llamado “Los Pollos Hermanos”, regentado por un tal Gus. Que nos presentará a una familia muy entrañable: los Salamanca, encargados de conducirnos a El Paso, una de las ciudades fronterizas más interesantes de Estados Unidos. Tengo ganas de internarme en el desierto, de mano de los Salamanca. Que parecen conocer muy bien algunos de los secretos que esconde uno de los paisajes más subyugantes del mundo.

Los Pollos Hermanos

Los Salamanca, además, nos hablarán sobre el turbio mundo del narcotráfico. Que este verano vamos a aprender, y mucho, sobre las drogas. Además, también nos introducirán en el sincretismo religioso y cultural mexicano, llevándonos de peregrinación al santuario de San Jesús Malverde, el Santo favorito de los Narcos.

Hermanos Salamanca

Cuando lleguemos a El Paso, nos estará esperando la inspectora Sonia Cross. Me dice Saul Goodman que, al principio, despista. Que no es fácil interpretar sus reacciones. Que parece rígida y envarada. Pero que es absolutamente fiable. Un cerebro. Y una máquina.

The Bridge

Teniendo en cuenta que cruzaremos el Puente de las Américas con ella, para visitar Ciudad Juárez y Tijuana, más vale que sea de fiar, efectivamente. Que hablamos de una de las fronteras más comprometidas del mundo. Menos mal que, al otro lado, estará esperándonos Marco Ruiz, de la policía estatal de Chihuahua, que ha prometido invitarnos a tequila y mezcal en las cantinas más auténticas de la localidad, ésas en las que solo suenan Narcocorridos en las Jukeboxs. Ahora, quienes pegan duro son Los Cuates de Sinaloa, con su enigmática “Balada de Heisenberg”. Eso sí: en cuanto oigamos algún ruido extraño, la consigna es tirarnos al suelo y parapetarnos lo mejor posible. Que a ese lado de la frontera, las balas vuelan con más soltura que los mosquitos.

Los Cuates de Sinaloa

Uno de los objetivos al cruzar al otro lado de la frontera es conocer de primera mano la atroz historia de las mujeres desparecidas en Juárez. Que será doloroso. Pero hay que conocer la realidad si queremos entenderla para, después, tratar de cambiarla. Y, en el norte de México, la realidad duele. Y escuece.

Para comprender la dimensión del problema del que estamos hablando, Saul Goodman nos presentará a un Coyote, como se conoce a las personas que conducen a los inmigrantes ilegales que tratan de cruzar de México a Estados Unidos. Porque la tragedia de las Desaparecidas de Juárez tiene mucho que ver con este infausto tráfico de seres humanos.

Desaparecidas Ciudad Juárez

¿Y para la vuelta? La vuelta la haremos a través de un túnel. Porque en la zona fronteriza entre Estados Unidos y México en que se ha construido el Muro que trata de impedir todo tipo de tráficos, han proliferado los túneles. En esta ocasión, nuestros guían van a ser Macer, Graver y el silencioso y enigmático Alejandro, un colombiano de notable parecido a Benicio del Toro. Gente de la CIA y del FBI. Pero que, a veces, necesitan usar los túneles para pasar… inadvertidos. Y armados hasta los dientes.

Sicario del toro

Vale, vale. Lo entiendo. Es lógico y normal. Entiendo que, llegados a este punto, declines mi invitación para hacer este viaje. Pero, a cambio, no dejes de aprovechar el verano para ver “Better call Saul”, “Breaking Bad”, “The Bridge” o “Sicario”. Y para leer “Huesos en el desierto” o “Viva la Vida”. Series, películas, libros y cómics cuya acción transcurre en uno de los lugares más Noir del mundo.

Y, a la vuelta de verano, en septiembre, intercambiamos experiencias.

Jesús Lens

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Occupied: la política-ficción más Noir

Lee uno lo que está pasando en el concierto internacional, desde los atentados terroristas en el corazón de Europa y el Brexit al fallido golpe de estado en Turquía o el conflicto de Siria y el resto de Oriente Medio; y siente que, desde los años de la Guerra Fría, la cosa no había estado tan inestable y peligrosamente ardiente.

Quizá por eso me ha enganchado tanto la serie “Occupied”, la producción más cara de la historia de la televisión noruega. Por eso y porque la idea original de la trama es de Jo Nesbo, el autor negro y criminal nórdico más interesante y atractivo del momento, de cuya última novela, “Fantasma”, ya hablamos largo y tendido en esta sección  de El Rincón Oscuro de IDEAL, hace unos meses. Y de «Leopardo», en este enlace.

Occupied poster

Nesbo es un autor especializado en asesinos en serie, aunque Harry Hole, su personaje de referencia, además de con la policía de la que forma parte, se maneja bien con diversas instancias oficiales del país. Y dado que las novelas de Nesbo suelen exceder sobradamente las quinientas páginas, documentación, contactos y conocimientos no le faltan.

Occupied Jo Nesbo Foto Hakon Eikesdal

Su salto a una historia de política ficción con ribetes Noir resulta, desde el principio, de lo más atractivo. Todo comienza cuando el presidente de Noruega es secuestrado, inmediatamente después de haber hecho pública la paralización de la extracción de gas y petróleo en su país, en un intento de revertir el cambio climático a través de la implementación de una nueva fuente de energía, limpia y no contaminante. Una loable iniciativa que, sin embargo, obligaría a la adaptación global de vehículos, viviendas, fábricas, etcétera.

En “Occupied”, el mapa geopolítico es ligeramente distinto al actual. Por ejemplo, los Estados Unidos han abandonado la OTAN, replegando su política hacia los asuntos internos y aflojando su papel se sheriff mundial. De esa forma, Rusia tendría un peso notablemente mayor en la toma de decisiones globales. Y, en ese escenario, no entra dentro de sus planes permitir que Noruega abandere un revolucionario cambio en la política energética planetaria.

Occupied oslo

El presidente noruego, sin embargo, no tarda en ser liberado por sus captores. Sobre todo porque, después de una conversación muy ilustrativa con representantes de la Comisión de la Unión Europea, no solo transigirá con la puesta en cuarentena su nueva política energética, sino que aceptará la supervisión sobre el terreno de técnicos rusos que garanticen que la extracción de gas y petróleo vuelve a la normalidad.

No. No he hecho spoilers. Porque todo esto ocurre en los primeros minutos del primer episodio de una serie que es mucho más que “la invasión de Noruega por parte de los rusos”, como se ha publicado por ahí, de forma reduccionista y poco afortunada. Y es que el gran interés de “Occupied” reside, precisamente, en las relaciones de poder que se establecen entre rusos y noruegos, con la Unión Europea ejerciendo un papel de tonta útil y cómplice silenciosa que, visto lo visto estos años, se le adapta a la perfección, como una licra estridente a un surfero molón.

Occupied rusia

En “Occupied” veremos situaciones que conforman un afortunado cóctel entre “Borgen” y “24”. Porque en esta nueva ficción nórdica hay acción. Mucha acción. Y el presidente noruego lo pasa (casi) tan mal como sus homólogos yanquis, en la serie protagonizada por Jack Bauer. De hecho, esta comparación no es baladí. Que en “Occupied” tenemos a Hans Martin, un miembro del servicio secreto llamado a desempeñar un papel trascendental entre su gobierno y la enigmática y atractiva embajadora rusa.

Y están, por supuesto, los medios de comunicación. En este caso, el protagonismo lo tiene un dinámico periódico con fuerte implantación digital. Y hay jueces. Y tenemos a la dueña de un restaurante a la que la creciente presencia de ciudadanos rusos en Oslo le viene de fábula.

Pero también están quienes piensan que la injerencia de los ruskis en los asuntos noruegos es una afrenta. Y comienzan a protestar. Y a organizarse. Y a plantear alternativas violentas y radicales a su presencia en territorio nacional, lo que no hará sino enconar una situación muy susceptible de írsele de las manos a todo el mundo.

También tenemos a los colegas de partido del presidente noruego, dotados de una capacidad de análisis, una empatía y unas miras que se quedan… a la altura de su ombligo.

Occupied Sky Arts Produced by Yellow Bird
Occupied Sky Arts Produced by Yellow Bird

Política, economía, cambio de modelo energético, nacionalismo, imperialismo y unas adecuadas dosis de acción convierten a “Occupied” en una de las ficciones más calientes del momento. Fíjense, por ejemplo, en las declaraciones realizadas por el mismísimo embajador ruso en Oslo, hace unos meses: “Es una lástima que el septuagésimo aniversario de la liberación noruega de la Alemania Nazi por parte del Ejército Rojo haya caído en el olvido y que decidan ustedes asustar a la audiencia noruega con una amenaza inexistente por parte de Rusia”. Y es que la ficción Noir, cuando es buena y da en el clavo, resulta felizmente incómoda.

Jesús Lens

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¿Cabe el humor en el Noir?

No parece, a priori, que el humor y el género criminal estén llamados a maridar. Es cierto que existe el humor negro, pero es otra cosa. Que las investigaciones de asesinatos, estafas, robos y crímenes varios no son terreno abonado para la risa, precisamente. Y a ello dedicamos El Rincón Oscuro de esta semana, en nuestra sección Noir de IDEAL.

Humor negro

Y es que, como tantas veces hemos comentado, una de las características fundamentales del género criminal es destapar las miserias de la sociedad y alumbrar esos rincones oscuros de los que esta sección toma su nombre. El buen Noir bucea en las contradicciones de la sociedad del bienestar y obliga al lector a enfrentarse a la realidad en que vivimos, aunque nos cueste o no nos guste verla: corrupción, violencia machista, tráfico de armas, trata de seres humanos, crimen organizado… No parece, insisto, que el humor tenga mucho que decir en un universo como éste.

Y, sin embargo, uno de los rasgos característicos de los protagonistas de los grandes clásicos del género negro es su humor sardónico, sus respuestas ingeniosas y las vibrantes réplicas en unos diálogos convertidos en auténticos duelos dialécticos cargados de doble sentido y malas intenciones. Y es que pasarse la vida escarbando entre los bajos fondos termina por generar grandes dosis de cínico escepticismo.

Así, Philip Marlowe y San Spade, por ejemplo, eran tipos lacónicos que hablaban lo justo y necesario, creando un arquetipo de héroe socarrón y solitario que no tardaría en ser homenajeado, imitado… y parodiado, con mejor o peor fortuna, tanto en el mundo de la literatura como, sobre todo, en el cine.

El sueño eterno

Por los hermanos Coen, sin ir más lejos. ¿Quién no recuerda a su celebérrimo El Nota? El personaje interpretado por Jeff Bridges en “El gran Lebowski” hace suyos todos los tópicos del antihéroe del Noir… para dinamitarlos y hacerlos saltar por los aires, convirtiéndose en el detective privado más deliciosamente improbable de Los Ángeles.

El Gran Lebowski

¿Y en España? El género policíaco español tampoco ha mantenido una relación particularmente fluida con el humor. Hasta la llegada del siglo XXI y de autores como Carlos Salem, que no ha tenido empacho en trufar sus novelas de una acidez vitriólica y salvaje que, sin contemplaciones, despezada la surrealista realidad que nos rodea, con la telebasura y algunos de sus especímenes como principales sufridores de su ira literaria. O Alejandro Pedregosa, que convocó al mismísimo Cunqueiro en “Un mal paso”, la trama negra con la que recorrió su particular Camino de Santiago.

Un mal paso

Por todo ello, tenemos que saludar con alborozo la aparición de una novela como “El costado derecho”, de Paco Bescós, publicada por Salto de Página, una de las editoriales pioneras a la hora de combinar diferentes géneros literarios.

Definámosla como delirante, desde que empieza hasta que termina. Delirante, en su planteamiento, nudo y desenlace. Delirantes son sus personajes, principales y secundarios. Y las situaciones que plantea. Y el escenario en que se desarrolla. Porque “El costado derecho” es una novela tan delirante como la realidad en que vivimos. O en la que tratamos de sobrevivir.

Imagine el lector que ingresa en el hospital para una intervención rutinaria. Y que, al despertar, oye voces. Voces que susurran. Voces que dejan entrever que algo extraño ha ocurrido durante la operación. Por ejemplo, que le hayan extirpado un riñón. Accidentalmente.

El costado derecho bescós

Siga imaginando el lector que, por mor de la Crisis, ha pasado de ser un exitoso profesional del sector de la construcción que se bebía la vida mientras cabalgaba a lomos de una moto de gran cilindrada, un triunfador que residía en una lujosa urbanización del extrarradio madrileño con su hermosa mujer y un pequeñín encantador… a ser un solitario vendedor de la sección de chapuzas de un centro comercial que, divorciado, apenas rasca lo suficiente para comer caliente todos los días.

Y, encima, le quitan un riñón. Y un excéntrico compañero de trabajo le siembra la duda. ¿Y si no ha sido un accidente? ¿Y si, en realidad, se trata de una trama orquestada? Y, como es verano y hace calor…

Quijotesca. Sí. “El costado derecho” es una novela quijotesca. Y sanchopancista. Pero, sobre todo, es una novela en la que se puede sentir el aliento del Ignatius J. Reilly de “La conjura de los necios”, pasado por el tamiz de la crisis española contemporánea y las crecientes dosis de surrealismo que ha ido dejando al descubierto.

Paco Bescós

Paco Bescós ha escrito una novela, por tanto, estrambóticamente contemporánea, en la que los conspiranoicos más conspicuos se dan la mano con arribistas y nuevos ricos. Una novela que reparte estopa a diestro y siniestro, incluyendo a los nacionalismos de conveniencia. Una novela muy loca que no estará en el Top Ten de ventas de ningún centro comercial, pero cuyo irreverente humor les hará mucho más llevaderos los rigores del calor estival.

Jesús Lens

Twitter Lens

Elogio Noir de los hombres de verde

A estas alturas, les supongo bien informados sobre la operación Térmyca: la Guardia Civil desató ayer una macrooperación contra la corrupción en diversos ayuntamientos de toda España. Las detenciones practicadas alcanzaron a representantes de las administraciones públicas, de empresas privadas y despachos de abogados y a ciudadanos particulares a los que trincaron en sus propios domicilios.

Termyca

Sin extenderme mucho: se ha desmantelado una presunta trama orquestada para amañar concursos públicos en diversos ayuntamientos a favor de empresarios afines, a cambio de regalos, dádivas y cuchipandas varias por parte de los constructores y empresarios implicados. Entre los delitos imputados a los diferentes detenidos: malversación y blanqueo de capitales, fraude a la hacienda pública, etcétera.

Hasta aquí, la noticia. Pero volvamos al principio de este artículo y detengámonos un momento en los actores principales: la Guardia Civil. Porque ha querido la casualidad que la operación Térmyca se haya desencadenado justo cuando acabo de leer “Los cuerpos extraños”, de Lorenzo Silva.

Los cuerpos extraños

“Los cuerpo extraños”, publicada en Destino, es la penúltima novela negra protagonizada por dos de los personajes de referencia en el Noir español: los guardias civiles Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, cuya última aventura, “Donde los escorpiones”, acaba de ver la luz hace unas semanas.

Pero antes de llevarse a sus personajes de referencia a Afganistán, Lorenzo Silva les puso a investigar la muerte de la alcaldesa de un pueblo del Levante español. Una investigación que, por supuesto, sacó a la luz un caso de corrupción muy, pero que muy parecido a los que ha destapado la operación Térmyca.

En la novela negra española hemos tenido a todo tipo de protagonistas. Al principio, eran detectives privados, cobradores de morosos o periodistas. Durante la Transición y los primeros años de la democracia era imposible que un autor de género policíaco que quisiera ser respetado eligiera como personaje principal de sus obras a un policía. En aquellos años, eran los representantes de un estado fascista, coercitivo y represor. ¡Y no digamos ya a un guardia civil!

Poco a poco y con la consolidación del régimen democrático, las cosas fueron cambiando y empezó a ser posible que el público aceptara a los inspectores de policía como protagonistas, en positivo, de las historias negras y criminales. Así, al detective Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán y al antiguo boxeador Toni Carpintero de Juan Madrid, se fueron añadiendo el Gitano Flores de “Brigada Central”, del propio Juan Madrid o la inspectora Petra Delicado, de Alicia Giménez Bartlett.

pepe carvalho

Y, entonces, la sorpresa. Porque, en 1998, el abogado y novelista Lorenzo Silva ganó el Premio Ojo Crítico con una novela policíaca protagonizada por dos guardias civiles: “El lejano país de los estanques”. Y dos años después, con “El alquimista impaciente”, esos mismos guardias, Bevilacqua y Chamorro, le permitían a Silva consagrarse entre los más grandes, al ganar el prestigioso Premio Nadal.

Aún recuerdo la controversia que levantó, en su momento, la elección de dos guardias civiles como protagonistas de una serie literaria que, hasta la fecha, ya suma nueve títulos y cientos de miles de copias vendidas. Hoy, Bevilacqua y Chamorro son dos de los personajes imprescindibles del género negro y Lorenzo Silva se ha convertido en uno de los grandes referentes del Noir español. De hecho, pocos autores son capaces de construir novelas procedimentales tan perfectas como las de Silva.

El lejano país de los estanques

¿Cuánto han hecho Bevilacqua y Chamorro por la normalización de la imagen de la Guardia Civil en el imaginario colectivo español? Las conversaciones entre Vila y Virgi, su relación personal y laboral, su forma de tratar con jefes y subalternos, su manera de afrontar las investigaciones, sus pies de plomo y su mano izquierda; han conseguido dejar atrás el imaginario lorquiano de una Guardia Civil ágrafa, insensible y violenta.

Guardia Civil

Lean, lean ustedes cualquiera de las novelas de Lorenzo Silva protagonizadas por sus guardias civiles. Novelas en las que el factor humano va más allá de la investigación en curso, no en vano, Bevilacqua es psicólogo de formación.

Además, hoy es un día inmejorable para que ataquen “Los cuerpos extraños” con la que Lorenzo Silva cerraba su particular Trilogía sobre la Corrupción, que empezó con “El alquimista impaciente” y una investigación sobre los asuntos sucios de la Costa del Sol y siguió con “La marca del meridiano”, en la que los protagonistas se enfrentan a un caso de corrupción dentro del propio cuerpo de la Guardia Civil.

Lean “Los cuerpos extraños”. Porque, durante la investigación de la muerte de la alcaldesa levantina, Vila y Chamorro se las verán con concejales de urbanismo corruptos relacionados con el crimen organizado, con tramas de blanqueo de dinero negro y con siniestras presiones para conseguir la concesión de licencias para negocios turbios como un prostíbulo… y hasta un casino.

Rincón Oscuro Lorenzo Silva

Y es que hoy día, como la operación Térmyca acaba de poner de manifiesto, la Guardia Civil desempeña un papel de trascendental importancia en la lucha contra la corrupción que asola España.

Jesús Lens

Twitter Lens