Urbizu

He estado pensando cómo titular esta columna y finalmente me he decidido por dejar, únicamente, el nombre de uno de los grandes guionistas y directores del cine español: Enrique Urbizu.

Podría haber añadido palabras como genial cineasta, maestro del género, precursor e impulsor del Noir español, inspiración para jóvenes cineastas… y todo ello sería radicalmente cierto, pero claramente insuficiente. Porque Urbizu es eso, pero también mucho más.

Enrique Urbizu Juan Madrid Granada Noir

Hace unos días veía una entrevista de media hora que le hacían en el Canal TCM y cada minuto de su charla valía su peso en oro: lo que decía, lo que sabía y cómo lo transmitía.

En su primera edición, la modélica e imprescindible Muestra de Cine Negro y Social de Salobreña galardonaba a Enrique Urbizu y, en la charla abierta con el público, el guionista y director puso tanta pasión y sabiduría que salí enardecido de una velada memorable que no olvidaré jamás. Una conversación en la que nos daba un consejo: ¡Ponte y hazlo!

Cuando tengas una ilusión, una pasión, una idea o un proyecto; lánzate. Ponte, y hazlo. No busques razones o excusas que justifiquen la inacción. Remángate y ponte en marcha.

Hoy sábado, a eso de las nueve de la noche, el Festival Granada Noir concede a Enrique Urbizu el II Premio a una carrera artística dedicada al género negro y policíaco. Se celebrará en el Museo CajaGranada y, como no podía ser de otra manera, Juan Madrid será el encargado de entregar el galardón y, posteriormente, mantener un coloquio con el director bilbaíno.

Enrique Urbizu GRN2

Juan Madrid, director de la Muestra de Cine de Salobreña y uno de los padres del género negro español, fue el galardonado con la I Edición del premio Granada Noir. Tener la oportunidad de disfrutar de la conversación entre dos maestros del Noir de este calibre, es un privilegio que nadie debería perderse.

Granada Noir llega hoy a su final. Y lo hará, como no podía ser de otra forma, con una fiesta, en el espectacular Patio Elíptico del Museo CajaGranada, con la actuación de DJ Toner y una selección de vinilos con música de bandas sonoras de películas de los 70, rebosantes de ritmo, fuerza y pasión. Una fiesta en que Cervezas Alhambra ofrecerá un suculento cocktail para que todos nos llevemos a casa un inmejorable sabor de boca.

No lo duden y… ¡vénganse! Les esperamos.

Jesús Lens

Clubes de lectura

¿Conocen ustedes el origen etimológico de la palabra club? Si mis fuentes no me fallan y he hecho una correcta búsqueda en Internet, el término original en inglés se traduciría como “garrote”, esa especie de bastón que, más delgado por la parte del mango y bien grueso en el extremo, se utilizaba para golpear en la cabeza a una persona.

Y, miren que les diga, que si esa definición no es exacta, me da igual. Porque me encanta. En primer lugar, explicaría el fenómeno hooligan de determinados aficionados al fútbol. Pero es que, además, representa lo que debería suponer ser miembro de un club, dando igual si es deportivo, cultural o social.

Hacerse miembro de un club supone movimiento y acción. Voluntariedad. Decisión. Y compromiso. De ir a las reuniones, de participar en la toma de decisiones, de pagar las cuotas. Y, sobre todo, uno se apunta a un club para relacionarse, compartir aficiones y experiencias y colaborar en la consecución de un fin común. Para sacudir las neuronas, en una palabra.

Y los clubes de lectura son la quintaesencia de esa actitud agitaneuronas. Porque escribir y leer son procesos eminentemente solitarios. Actividades individuales que absorben mucho tiempo y que, sin embargo, piden a voces ser compartidas.

Con el auge de las redes sociales, cada vez hay más vías para compartir la experiencia lectora. En ese sentido, no hay más que ver la importancia creciente de los Booktubers, como prescriptores de lecturas y autores. ¡Menudo concepto, por cierto, el de prescriptores!

Pero no hay red social comparable a juntarse, un grupo de personas, y hablar cara a cara mirándose a los ojos y viéndose gesticular, mientras comentan un libro o un tebeo recientemente leído. De ahí la importancia de esos clubes de lectura que permiten socializar en torno a la lectura.

Conscientes del trascendental papel que desempeñan, Granada Noir ha posibilitado que hasta cinco clubes charlen con autores invitados al festival, para que los lectores puedan intercambiar opiniones con ellos y profundizar en el proceso de creación literaria. Los clubes de las bibliotecas municipales de los ayuntamientos de Granada y Vegas del Genil, los de las librerías Ubú y Agapea y el club Sueca, están disfrutando estos días de la presencia de Andrés Pérez Domínguez, Toni Hill, Juan Ramón Biedma, Empar Fernández y Beatriz Rodríguez. ¡Un lujazo para todos!

Jesús Lens

Locos por el Noir

¿Ven al tipo de la foto que firma estas líneas? ¿Ven la camiseta que luce? Es la camiseta de Granada Noir, el festival que ha montado junto a Gustavo Gómez, otro apasionado de las letras, y cuya segunda edición… ¡arranca hoy!

Locos por el Noir

A las seis, en la biblioteca de las Palomas, pistoletazo de salida a decenas de actividades, charlas, tertulias, proyecciones de películas, concursos literarios y un larguísimo etcétera. En Granada Noir habrá cine. Y libros, cómics, documentales, fotografía, gastronomía… ¡y música!

Esta tarde, por ejemplo, entre las 8 y las 9, el Zaidín arderá gracias a Befunkbop y su groove callejero más incendiario, recorriendo las Avenidas de Cádiz y de Dílar, las Fuentes y… bueno, ya les escucharán. Y se dejarán llevar.

-¿Para qué te metes en nada, chiquillo?- me dicen algunos amigos, que estos días me encuentran cansado y ojeroso. -¿Es que no tienes suficiente con todo lo que ya llevas adelante?

Y razón no les falta. Pero déjenme que les cuente un secreto: Gustavo y yo nos hemos lanzado a esta locura porque creemos en una cultura popular, abierta y accesible a todo el mundo. Una cultura que salga a la calle y que, gracias a Cervezas Alhambra, entre en los bares de Granada. Una cultura participativa en que todos ustedes puedan escribir sus relatos, tuitear, colgar fotos o tomarse una caña y charlar con un puñado de extraordinarios escritores.

No es fácil movilizar a cerca de cien literatos, cineastas, guionistas, dibujantes, científicos, músicos, libreros, editores, cocineros, etcétera, etcétera. Pero cuando algo te apasiona, quieres que todo el mundo comparta ese fuego que te abrasa y que la gente descubra ese género que a ti te arrebata.

Capos GRN2

Pasión. Eso es lo que Gustavo y yo ponemos en Granada Noir. Y trabajo, tiempo, esfuerzo y dedicación. Pero sobre todo, pasión. E ilusión. Y lo mejor es haber encontrado cómplices incondicionales y cooperadores necesarios en este camino. Personas, empresas e instituciones que confían en nosotros. ¡Qué importante, sentir su aliento y su apoyo!

Empresas e instituciones... distendidas en la rueda de presa
Empresas e instituciones… distendidas en la rueda de presa

Hoy, lunes, 3 de octubre, comienza GRN2. En la web del festival www.granadanoir.com tienen la agenda de actividades y toda la información necesaria para disfrutar de una semana repleta de actividades.

Granada Noir es nuestra locura, sí. Pero, llegados a este punto… ¡déjense seducir por el lado oscuro de la Fuerza y vénganse con nosotros!

Jesús Lens

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50 años de «A sangre fría»

El primer capítulo de “A sangre fría” se titula “Los últimos que los vieron vivos” y nunca podré olvidar cuándo y dónde empecé a leerlo, dado que aquél se convirtió en uno de mis momentos fundacionales como lector.

A sangre fría Anagrama

Publicada en 1966, tras siete años de intenso trabajo, “A sangre fría” se convirtió en un clásico inmediato, consagrando a Truman Capote entre los más grandes creadores de la historia de la literatura norteamericana y dando lugar al nacimiento de un nuevo género literario: la novela de no ficción.

A estas alturas está unánimemente admitido que, en realidad, esta modalidad narrativa, basada en el periodismo de investigación que utiliza las herramientas de la ficción para contar una historia real, no fue inventada por Capote. En 1957, por ejemplo, el argentino Rodolfo Walsh publicaba su imprescindible “Operación Masacre”, empleando una técnica parecida a la de Capote. Pero ya sabemos cómo son los norteamericanos con esto de sentirse pioneros y con el marketing…

El New York Times del 16 de noviembre de 1959 traía una noticia fechada el día anterior, en Holcomb, Kansas, que arrancaba así: “Un honrado granjero, su mujer y sus dos jóvenes hijos aparecieron asesinados por arma de fuego en su casa… No había señales de lucha y ningún objeto había sido robado”.

A sangre fría periodicos

Las trescientas palabras del artículo despertaron tal curiosidad en Capote que decidió irse a Kansas, sobre la marcha, para interesarse por el cuádruple asesinato de la familia Clutter, del que nada se sabía y que parecía carecer de cualquier lógica o sentido. Además, y para que le facilitara las relaciones con los habitantes del pequeño pueblo de Holcomb; el cosmopolita, refinado y siempre excesivo Truman le pidió ayuda a su amiga Harper Lee. La misma Harper Lee que, años después, ganaría el Pulitzer por su memorable “Matar a un ruiseñor”.

Capote encajó en Holcomb con la misma naturalidad con la que un marciano verde encajaría en el salón de nuestra casa y su relación con los habitantes del pueblo fue tan tensa que, a los cuatro días de estar allí, quería abandonar su proyecto de investigación y volver a la más acogedora Nueva York. Pero Harper Lee le convenció de que perseverara, animándole en los peores momentos y relajando el ambiente enrarecido que generaba la presencia del sofisticado y caprichoso Capote en un pueblo agrícola, eminentemente tradicional y conservador.

1966, Holcomb, Kansas --- Truman Capote signing copies of his book  with Harper Lee.  Capote and Lee are in Kansas during  the making of the film of the same name.   --- Image by © Steve Schapiro/Corbis
1966, Holcomb, Kansas — Truman Capote signing copies of his book with Harper Lee. Capote and Lee are in Kansas during the making of the film of the same name. — Image by © Steve Schapiro/Corbis

Durante el día, Capote y Lee hablaban con todo el mundo, especialmente con el sheriff encargado de la investigación. Lo hacían de forma espontánea, sin tomar notas que pudieran condicionar las conversaciones con la gente. Por la noche, en el hotel, escribían los resultados del trabajo del día con la mayor exactitud posible. Un trabajo tan descomunal que llegó a sumar, al final de la investigación de Capote, más de 8.000 páginas de valioso material.

El 30 de diciembre de 1959, Dick Hickok y Perry Smith fueron detenidos como sospechosos del asesinato de los Clutter. Capote pudo ser testigo, en primera persona, de los interrogatorios a los que fueron sometidos, pudo entrevistarse con ellos y con sus abogados mientras seguían sosteniendo su inocencia y también posteriormente, cuando confesaron sus crímenes.

Actual aspecto de la granja en que los Clutter fueron asesinados
Actual aspecto de la granja en que los Clutter fueron asesinados

El escritor asistió a todas y cada una de las sesiones del juicio en que fueron declarados culpables y, una vez terminado el mismo, el 26 de abril de 1960, desembarcó en Palamós, en la Costa Brava, acompañado de su compañero sentimental, Jack Dunphy, de un par de perros, una gata… y un descomunal equipaje.

Dieciocho meses repartidos en tres veranos pasó Capote en Palamós, poniendo en orden sus notas y escribiendo minuciosamente todas y cada una de las palabras que componen las 343 precisas y preciosas páginas de “A sangre fría”.

Truman Capote

A lo largo de esos años, Capote mantuvo el contacto con Perry Smith: además de un fluido intercambio de cartas, lo visitó en prisión varias veces. Hasta llegar al 14 de abril de 1965, cuando fue testigo de su ejecución por ahorcamiento, sentencia impuesta a los asesinos, convictos y confesos, por el Tribunal de Kansas. Lo hizo invitado por el propio Perry, con el que Capote había desarrollado una relación tan íntima y personal que algunos llegaron incluso a calificar de amorosa.

Finalmente, el 25 de septiembre de 1965, la revista The New Yorker publicó la primera entrega de una obra que, dividida en cuatro partes, causó sensación desde el primer momento, aclamada por la crítica y un público ávido de seguir leyendo “A sangre fría”. En Kansas, por ejemplo, la revista se agotaba nada más ponerse a la venta en los quioscos de todo el estado. Y, por fin, en enero de 1966, la obra maestra de Truman Capote vio la luz en forma de libro, publicado por Random House.

Al poco tiempo de ser publicado, “A sangre fría” comenzó a recibir críticas acerca de las libertades creativas y las licencias que se había tomado el autor, sobre todo a la hora de recrear ciertos diálogos. Que le había echado mucha literatura a la novela, en pocas palabras. Lo que es muy posible. Pero, llegados a este punto, ¿qué más da?

Holcomb Kansas

Cincuenta años después, “A sangre fría” sigue siendo una obra referencial en el mundo de la literatura y del periodismo, una pieza maestra de un nuevo e incipiente género que, a partir de entonces, empezó a ser frecuentado por narradores de todos los países, culturas, idiomas y extracciones. Una novela básica, también, para los amantes del género negro y criminal que el Festival Granada Noir homenajeará dentro de unas semanas con motivo de tan singular efeméride.

Jesús Lens

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¿Y el detective del Zaidín?

Le echo de menos. Le añoro especialmente estos días en que mi barrio celebra sus fiestas grandes; esas fiestas que, a golpe de batería, bajo y guitarra, le echan el cierre definitivo al verano, por mucho que el calor se haya empeñado en prolongarlo. Y a él le dedico mi columna de IDEAL de hoy sábado.

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Echo de menos a Matías Verdón, el mítico detective del Zaidín cuya última investigación se desarrolló precisamente por estas fechas, a finales del siglo pasado, cuando Aznar llegó al gobierno. Su última investigación pública, quiero decir. La última de la que su fiel notario, el escritor Alfonso Salazar, ha dejado testimonio público.

Porque, dicen, después de resolver el caso del niño perdido de una familia bien de Granada, complejo asunto que le costó el escaño a un diputado del PP de los de toda la vida, Verdón ha seguido husmeando por las calles del Zaidín. Y por las que se extienden más allá de los dos ríos que dan nombre al barrio.

Es verdad que, ahora, está muy mayor. Dicen que, incluso, se le puede encontrar en un Centro de Día, por las mañanas. Del que, sin embargo, no tarda en escaparse en cuanto el personal se descuida un segundo. También se dice que su fiel amigo, el Desastres, tuvo una revelación se ha hecho parroquiano habitual de un local adyacente a la calle Beethoven en que se practica el Culto.

Alfonso010

Se dice. Se oye. Se comenta. Pero ¿les hacemos caso a esos rumores? Posiblemente. Porque la vida da muchas vueltas y, por ejemplo, sí es fiable la información que habla de Verdón, Desastres y Planchet de farra, una noche, en el Kebab de la Avenida de Cádiz que hay junto a las Fuentes.

Y es que el Zaidín ha cambiado mucho en estos años, convirtiéndose en el barrio más multicultural e interétnico de Granada. Un barrio en el que la crisis ha hecho estragos en el comercio tradicional, alterando usos y costumbres de los vecinos.

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Pero todo ello no hace sino abundar en la tesis de que necesitamos al Detective del Zaidín de vuelta en nuestras calles. También se dice que su hijo, aburrido tras su prematura prejubilación en Teléfonica, está pensando en tomar el testigo de Matías Verdón, fusionando su pericia tecnológica en el mundo de las telecomunicaciones con la experiencia vital de su viejo. Insisto. Se dice, se oye, se comenta…

Jesús Lens

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