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Buenas, soy Emilio Calatayud. La inteligencia artificial, y más concretamente el ChatGPT ese, se ha convertido en una tentación para los estudiantes. Es el nuevo rincón del vago, pero en plan supermoderno, bro. Pero es que también es una tentación para los padres. Aquí va un ejemplo real que me ha contado una amiga: «Hija, estos deberes son muy difíciles, vamos a preguntar al ChatGPT». Pero la niña le frenó: «Mami, no caigamos en eso», ja, ja, ja.








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