Y además de la baraja de familias, estaban los libros de Guillermo Brown, de Enid Blyton y los Cinco o el Scalextric

Buenas, soy Emilio Calatayud. Ya que nos hemos puesto nostálgicos recordando los juegos de nuestra infancia y adolescencia, cuando no había móviles y éramos más libres, no podemos olvidar que también estaban los libros de Guillermo Brown, de Enid Blyton y los Cinco, o el Scalextric, además, claro está de la baraja de las familias del mundo, las damas, el parchís, el fuerte Comansi, los Madelman y, sobre todo, la alegría de jugar en la calle a policías y ladrones, a la comba o al balón. Ni el móvil más caro tiene más valor para mí que cualquiera de esos recuerdos.

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