Una reflexión de don Emilio en el diario ‘La Voz de Galicia’. «Es curioso: los jóvenes no dejan entrar a los padres a su habitación, porque violan su intimidad, pero no dudan en violar la de un amigo enviando fotos por el móvil. Los padres entienden el problema cuando se les condena a ellos civilmente y tienen que pagar».
Pues sí, parece muy contradictorio.
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