En Galicia existe una norma que, si algún padre lo solicita, prohíbe los deberes escolares en Primaria. Y ha ocurrido: un ciudadano lo ha demandado y la ley se ha aplicado. El resultado es que ningún niño de Primaria del colegio en cuestión, y no solo el alumno cuyo padre lo pide, tienen deberes. Hay familias a las que les parece bien, pero otras han protestado y reclaman que sus hijos tengan deberes. Como dice el juez, en España tenemos cierta tendencia a ir de un extremo al otro. Se pasa de tener tareas para rellenar tres o cuatro horas diarias a prohibirlas. ¿Qué fue de aquello de que en el término medio está la virtud?
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