Buenas, soy Emilio Calatayud. Recientemente, un grupo de pediatras me comentó un dilema complicado. Vamos a ver, en sus consultas atienden a chiquillos y chiquillas de once o catorce años que mantienen relaciones sexuales y algunos de ellos tienen enfermedades venéreas. ¿Qué hacer? ¿Se lo decimos a los padres o no? No son preguntas que tengan respuestas simples. Como médicos, deben respetar la privacidad de sus pacientes, pero es que los pacientes son menores de edad… Además, si no se alerta de que están contagiados, pueden seguir contagiando a otros. Y su obligación es velar por la salud pública. Mi recomendación fue que se lo comunicaran a los padres para evitar males mayores, pero, sobre todo, que elevaran una consulta a la Fiscalía General del Estado, que es la que tiene encomendada la protección de los menores, para que se pronuncie y aclare está cuestión tan compleja.
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