La noticia no tiene desperdicio. La información es de mi compañera Montse Martín del ‘Sur’ Málaga’ y demuestra lo difícil que, en algunos casos, puede ser vaciar el nido (un tema del que hablábamos no hace mucho). «Tiene 26 años y vive con sus padres que, además de mantenerle desde que nació, han sufragado todos sus gastos, desde los estudios universitarios, a las visitas al dentista, las gafas y hasta las letras de un coche. Rafael (nombre ficticio de este joven) ni estudia ni trabaja, pero vive cómodamente a costa de su familia. El año pasado un juez falló a favor de los padres, a los que liberó de la obligación de mantener a Rafael, al que dio un plazo de un mes para abandonar el domicilio familiar. La sentencia no gustó nada al joven, que pidió a la Audiencia de Málaga que la revocara y le permitiera seguir viviendo con sus padres. El tribunal le ha dado un ‘no’ por respuesta. Argumenta que, con la edad que tiene, «su desidia y falta de aplicación en los estudios», sus padres no están obligados a mantenerle, por lo que confirma la expulsión de Rafael del hogar familiar como ordenó hace un año el juez de primera instancia. Esta resolución es ya firme». Es decir, que el tipo se tiene que ir ya.
Más información: http://www.diariosur.es/v/20120725/malaga/acabo-sopa-boba-20120725.html