¡Qué pena!

En el juicio, que es donde tenía que haber hablado, Isabel García, la esposa de Santiago del Valle, no implicó a nadie. Después, en el ‘tribunal televisivo de Ana Rosa Quintana’ cambió de opinión e incriminó a su marido, el principal sospechoso de la muerte de la niña Mariluz Cortés. Como es natural, fue detenida y acusada de falso testimonio y omisión del deber de socorro. Hoy le tocaba declarar de nuevo, pero no ha dicho nada. Se ha acogido a su derecho constitucional a no hablar.Como quiera que la declaración que prestó ante ‘su señoría Ana Rosa Quintana’ no tiene ningún valor, estamos como al principio, pero con la triste sensación de que un suceso terrible se ha convertido en un espectáculo deprimente. Y de fondo, una marea de deslegitimación de la justicia que, la verdad, debería preocupar a todo la sociedad. Y a los primeros a los jueces y a los fiscales. Ahora mismo hay mucha gente que está convencida de que la única que ha hecho justicia en este caso en Ana Rosa. ¡Qué pena!
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2 Comentarios

  1. A veces me pregunto……………que intereses mueve esta justicia,para no saber y dar cuerda a lo que ya se sabe.De verdad no lo entiendo,,,,,y s´´i Es una pena Y grande.

  2. La calaña política le teme a la juventud combativa, inconformista y comprometida.Para evitarlo y tener el rebaño controlado utiliza estrategias maquiavélicas; una de ellas consiste en anestesiar y distraer a los jóvenes con la filosofía del «condón y botellón para todos». Lo único que le interesa a la casta política es asegurarse el voto de ese rebaño controlado.Digamos, ¡BASTA YA! ¡SALGAMOS A LA CALLE! ¡LUCHEMOS POR NUESTRO FUTURO ANTES DE QUE SEA TARDE! Pasalo a otros

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