Buenas, soy Emilio Calatayud. Hoy ha sido para nosotros, para todos los que trabajamos en los dos juzgados de Menores de Granada, uno de los días más bonitos del año. Ya se ha convertido en un tradición que chicos que están internados en el Centro de Reforma de Oria vengan a cantarnos villancicos. Empezó hace unos cinco años, a iniciativa de la dirección de Oria, y ya no podemos pasarnos sin su visita. Esta historia la hemos contado en ‘Mis sentencias’, pero no nos cansamos de hablar de ella…, porque, además, cada año es nueva (aunque hay chavales con condenas largas que repiten). Como novedad, este año han hecho un teatrico con marionetas que ellos mismos han confeccionado (todo esto se hace en la sala de vistas de los juzgados, entre juicio y juicio, y asiste todo el persona). Eran los Reyes Magos y Baltasar, que como todo el mundo sabe es negro, decía que no podía trabajar porque no tenía papeles. Algunas de mis funcionarias se han emocionado… Y yo también. Para estos chicos, las Navidades son especialmente duras. Algunos de ellos no tienen a nadie que vaya a verlos… en fin, ¡qué os voy a contar! Antes de venir a nuestro juzgado, han cantado para la Guardia Civil (creo que también para la Policía Nacional) de Almería. Para mi, esto es la demostración de que, aunque nos hagamos mayores, el espíritu navideño existe.







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