Centroamérica es de cine

Aunque la inauguración oficial del renacido y bienvenido Festival Cines del Sur (que ya celebramos en este otro artículo de IDEAL) será mañana, desde hoy comienzan las proyecciones en distintas salas y espacios de Granada.

Por ejemplo, el Teatro CAJAGRANADA acogerá un ciclo dedicado al pujante y desconocido cine centroamericano contemporáneo. Y esta tarde, a las 19 horas, el director de Cines del Sur, José Sánchez Montes y un servidor, presentamos una programación que arranca con una película muy especial: “Las marimbas del infierno”.

 

No esperen una cinta paisajística ni llena de acción, tiros o persecuciones. “Las marimbas del infierno” es un filme de bajo presupuesto que su director ha rodado con sangre, sudor y lágrimas. Se nota en lo esforzado de una producción que habla de sueños imposibles y de proyectos improbables. Una película, precisamente por eso, imprescindible.

Lo he escrito muchas veces. El cine es una ventana que nos permite asomarnos a países lejanos y a culturas diferentes. Con una cartelera convencional asfixiada por películas de diseño, el cine alternativo y periférico programado por Cines del Sur facilita el acceso al conocimiento de lo que pasa en lugares tan lejanos, olvidados y poco transitados por la actualidad informativa como Centroamérica.

 

¿Quieren ustedes saber cómo es la Guatemala de hoy día? Vengan esta tarde a ver una sencilla comedia, “Las marimbas del infierno”, y conocerán a Don Alfonso, a Blacko y a Chiqui. Don Alfonso toca la marimba, instrumento nacional de Guatemala. Pero los restaurantes para turistas prefieren pinchar música enlatada, por lo que Don Alfonso debe reinventarse. Y lo hará de la mano de Blacko, uno de los pioneros del hard metal guatemalteco… y médico del seguro, para más referencias.

 

Con el empuje de Chiqui, un joven tan torpe como voluntarioso, aspirante a letrista y vocalista de la banda; Don Alfonso y Blacko arman un proyecto revolucionario en la escena musical de Guatemala, combinando la tranquila y sosegada marimba de toda la vida con el metal más infernal que imaginarse pueda. ¿Cuajará la idea? ¿Funcionará? Y, en su caso, ¿cómo será recibida?

Las andanzas de Don Alfonso, Blacko y Chiqui por las calles de la ciudad, los garitos en los que entran para tomar, las casas de empeño, las salas de fiesta, ¡esos billares!… Insisto. No busquen decorados, lujos ni oropel. Despójense de prejuicios y vayan, desde esta tarde, a descubrir otras formas de vivir la vida.

 

Jesús Lens

Cines del Sur. Parte 2

Hace exactamente un año, esta misma columna que usted está leyendo era un cúmulo de improperios contra las administraciones que habían matado a Cines del Sur. Aquí la pueden leer. El 24 de marzo de 2016, yo no me creía que la suspensión temporal del festival de cine periférico dirigida por José Sánchez Montes fuese a ser efectivamente temporal.

Así terminaba mi columna: “Para quienes creemos en la diversidad, Cines del Sur era un pasaporte que nos permitía conocer otros mundos y otras realidades. Ahora, esa ventana está cerrada. Otra más. Y con ello seguimos construyendo una Granada cada vez más cateta, más uniforme y más cerrada en la que el aire, enrarecido y pestilente, empieza a ser irrespirable”.

 

Un año después, en el magnífico Salón de Caballeros de la Madraza granadina, la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, presentaba la décima edición de Cines del Sur. Y, con ella, la Rectora de la Universidad, el presidente de la Diputación de Granada y el alcalde de la capital. Y, por supuesto, el alma de Cines del Sur, José Sánchez Montes. Me toca rectificar, felizmente, y agradecer a la todas las partes implicadas el esfuerzo realizado por devolvernos una de las joyas de nuestra agenda cultural.

Lo primero y más importante: Cines del Sur tiene el doble de presupuesto que en su última edición. Lo que permitirá más contenidos, más proyecciones, más espacios en los que disfrutar del imprescindible cine a contracorriente de este certamen. Además, todas las instituciones se suman al proyecto. Con ganas, ilusión y convencimiento, de acuerdo con lo que ayer pudimos escuchar.

 

Importante también: la intención de Cines del Sur es prolongar su actividad a lo largo de todo el año, no agotándose exclusivamente en diez días de junio. Este aspecto, que compartimos quienes hacemos el festival Granada Noir, es clave para que una cita cultural cale en la gente. Comprimir decenas y decenas de convocatorias en una semana y dejar al público huérfano de actividad el resto de los 355 días del año, no tiene sentido en este siglo XXI en el que las tecnologías de la comunicación facilitan tantísimo las cosas.

Maravilloso recuerdo de cuando fui jurado de Cines del Sur

Un festival tiene que ser la celebración final de un ejercicio repleto de actividad que sirva, de verdad, para que la gente disfrute de una oferta cultural de fuerte calado y alto impacto.

 

Jesús Lens