Touré, un héroe imprescindible del Noir

“Gran ilustre vidente africano… El maestro chamán gran médium espiritual mágico con poderes naturales resuelve todo tipo de problemas y dificultades: enfermedades crónicas, judiciales, matrimoniales, mal de ojo, romper ligadura, impotencia sexual y lo más eficaz para recuperar a la pareja… Resultados garantizados al 100%”.

¿Quién no ha leído algún anuncio parecido a ese, en un papelillo diminuto encontrado en el buzón de su casa o recogido de debajo del limpiaparabrisas del coche?

Pues Touré, el protagonista de la saga escrita por Jon Arretxe, se vio obligado a poner anuncios como ese por todo San Francisco, uno de los barrios más conflictivos y problemáticos de Bilbao. San Francisco, en cuyas calles se sitúa la Pequeña África, así llamada por el gran número de inmigrantes magrebíes y subsaharianos que allí se concentran. Y a él le dedicamos el primer Rincón Oscuro de la temporada 2016/17, en la sección más negra y criminal del periódico IDEAL.

Jon Arretxe

Africanos como Touré que, procedente de Burkina Faso, no tiene papeles, como tantos otros miles de inmigrantes, cínicamente llamados ilegales. Personas que, por tanto, han de buscarse la vida. Ejerciendo de videntes, por ejemplo. Y ahí tenemos a nuestro héroe, echando las conchas del caurí a la gente de San Francisco… y sintiendo vergüenza por engañarles, que sus dotes adivinatorias están a la misma altura que sus relaciones con algunos de los ertzainas que patrullan por el barrio.

Juego de cloaca

Sin embargo, Touré tiene otras habilidades: empatía, sentido común y capacidad de observación. Y paciencia. Mucha paciencia. De ahí que no le vaya mal “adivinándole” el futuro a la gente. Habilidades que le servirán, también, para que sus clientes le pidan ayuda a la hora de resolver ciertos asuntillos, lo que empieza a granjearle la fama de ser un sagaz y avispado detective privado.

A partir de un planteamiento tan interesante como insólito, Jon Arretxe ha escrito hasta la fecha cuatro fascinantes novelas protagonizadas por Touré, todas ellas publicadas por la editorial Erein, una de las más interesantes del actual panorama negro y criminal.

Arretxe Touré

La primera de la saga, “19 cámaras”, (que ya reseñamos en esta entrada de 2012) parte de otro hecho igualmente interesante: la instalación de cámaras de seguridad por diferentes emplazamientos de las calles del barrio de San Francisco, lo que permite a la policía controlar, las veinticuatro horas del día y siete días a la semana, a los residentes en el barrio… y a los visitantes ocasionales.

De esa forma, los trapicheos de drogas, la prostitución, las discusiones y peleas y demás actividades delictivas; quedaban perfectamente registradas por los diecinueve ojos de un Gran Hermano que, en la tecnología, ha encontrado a un inmejorable aliado.

19 cámaras

Contrasta tanta modernidad con la sencillez de las vidas de Touré y las del resto de los vecinos de San Francisco. Como el dueño del Berebar, un magrebí que regenta uno de los garitos de referencia del barrio. O como Sa Kene, Cristina, una pelirroja de rompe y rasga que con la que Touré mantiene una relación muy especial. Gente que trata de sobrevivir, día a día. Pero a la que no resulta fácil llevar una vida sencilla.

A Touré, por ejemplo, le descubriremos desempeñando algunos trabajos de lo más singular, como ser toro de fuego en las fiestas de Rekalde, un verano cualquiera. O metido dentro del disfraz de un famoso ratón periodista, durante la Feria del Libro de Bilbao. Porque lo de la videncia o el ser detective, da para lo que da. Que no es mucho: recuperar las joyas perdidas de una señora muy tacaña, descubrir el paradero de la hija robada a una prostituta africana… pequeños casos que nos permiten adentrarnos en el día a día de personas a las que habitualmente no prestamos atención. Inmigrantes que viven en nuestras ciudades, pero que nos parecen más extraños que si fueran alienígenas.

Jos Arretxe Erein

Las novelas de Jon Arretxe, por tanto, son imprescindibles. Porque les da voz a quienes habitualmente no la tienen. Así, a lo largo de la apasionante lectura de la saga de Touré, cambiamos nuestro punto de vista y nos ponemos en la piel del Otro. Conoceremos sus pensamientos y sus reflexiones. Y sus reacciones ante determinados comportamientos, palabras, gestos y expresiones.

Porque Arretxe, con Touré, ha creado a un personaje de carne y hueso, absolutamente creíble, cargado con las grandezas y las miserias de cualquier ser humano.

Además, en la última novela de la saga hasta la fecha, “Juego de cloaca”, Touré regresa a África, lo que permite a Arretxe presentar una novela a caballo entre la ficción criminal y la narración de viajes de la que también es maestro, como demostró con “Shahmarán”, cuya acción transcurría en Estambul y cuya reseña puedes leer aquí; o con “Sueños de Tánger”, que también está aquí reseñada.

Y es que la narrativa de Jon Arretxe es global –que no globalizada- y, a través de los ojos de Touré, nos permite enfrentarnos a las contradicciones de las sociedades de un mundo desarrollado que, en pleno proceso de precarización, albergan bolsas crecientes de desigualdad y miseria.

Editorial Erein

Háganse con las novelas de la saga de Touré y descubrirán a uno de los héroes imprescindibles del Noir contemporáneo.

Jesús Lens

Twitter Lens

Sueños de Tánger

Es lunes y, por tanto, es el día más adecuado, oportuno y necesario para echarse un sueñecito.

¿Y si soñamos con Tánger?

Podemos hacerlo a través de una fantástica novela, “Sueños de Tánger”, que me ha hecho recordar mis primeros viajes a Marruecos, los “amigos” y un largo etcétera. Ésta es una de las últimas novelas de Jon Arretxe, uno de los tipos a los que más me ha gustado conocer en las últimas ediciones de Semana Negra y de cuya “Shahmarán” ya hablábamos maravillas AQUÍ.

Si queréis soñar un poquito más con Tánger, dejaros caer por AQUÍ, que nos gusta participar en webs hermanas de la calidad de “Calibre 38”.

 

Jesús soñador Lens

SHAHMARÁN

Hay novelas que te van gustando pero que, a medida que te acercas al final, te empiezas a preguntar:

– ¿Y como va a terminar esta historia el autor, sin cagarla?

Porque mira que es complicado, dar con un buen final.

“Shahmarán”, de Jon Arretxe, tiene uno de los mejores, poéticos, necesarios y esenciales finales que he leído recientemente. Un final de los que, al cerrar el libro, te dejan cara de bobalicón, con la mirada perdida en el espacio, como si estuvieras soñando despierto. Un pedazo de final, vamos.

Como buena parte de los libros que vengo leyendo estas semanas, “Shahmarán” me captó en Semana Negra. Estuve en la presentación que hizo mi amigo Joserra y… ¡voilá! En pocas palabras, la cosa iba de un sicario kurdo en Estambul.

Ya está.

Los que me conocéis sabéis que hay algunas palabras que me hacen salivar con locura y pasión. Estambul es una de ellas. Si, además, le adjuntas el término “novela negra”… pues ya está. Es como el famoso diálogo aquél:

– Me encanta el póker…

– Sí. Ganar y todo eso ¿no?

– Bueno, eso ya sería la leche.

Me encanta Estambul y me encanta leer sobre Estambul. Y, sin encima le metes una trama negra… ¡la leche!

Pero es que, además, Arretxe me convenció. Es decir, ¿qué hace un tío de Basauri, doctor en Filología Vasca y licenciado en Educación Física, escribiendo una novela negra protagonizada por un sicario kurdo en Estambul? ¿No os parece sospechoso?

Pues no. Resulta que Jon, entre otras muchas cualidades, atesora la de ser un viajero impenitente. Viajero. Que no turista. Si tal es posible, en los tiempos que corren. Un tipo que se larga a Turquía y se aloja en una pensión para recorrer las zonas típicas, claro. Pero también las otras. Esas por las que nunca pasan los ojos acelerados del turista contemporáneo. Esos barrios en los que vive la gente. Corriente. Y, con su ordenata a cuestas, escribe en la pensión. O en el café. O en un ferry. Y, por eso, su prosa destila realismo y respira verdad. Y credibilidad.

A fin de cuentas, la historia de un sicario kurdo con una madre a la que cuidar y dos hermanos en Alemania, es la historia de una Turquía contemporánea y de una Unión Europea contradictoria en sus afectos y sus temores. Una historia universal, por tanto.

En apenas doscientas páginas, que se leen a una velocidad vertiginosa, Arretxe nos envuelve en una trama que avanza a velocidad vertiginosa hasta terminar en el único final posible. Ese final del que hablábamos al principio y que no deberíais perderos.

Por cierto, enhorabuena a la editorial Erein por poner en marcha su colección Cosecha Roja, de la que “Shahmarán” es el primer título de, esperemos, una larga serie de novelas negras escritas por autores vascos, pero con inequívoca vocación universal.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.