Raquel, hoy hay que correr

Sé que estás nerviosa. Es natural. Te vas a enfrentar a tu primera carrera de 10 kilómetros. Que se dice pronto. Tu primer acierto: haber elegido para el debut el Memorial Padre Marcelino, una de esas carreras que son, efectivamente, populares. Y es que esta mañana, varios miles de corredores os daréis cita en las calles de Granada. Y de ello hablo en mi artículo de IDEAL.

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Raquel, espero que no hayas alterado ninguna de tus rutinas alimenticias, para no encontrarte con sorpresas gástricas durante la carrera. Normalidad. Y naturalidad. ¿Estamos?

Nada de estrenar ropa nueva, por ejemplo. Y, sobre todo, sal a disfrutar. ¿Se puede disfrutar, corriendo 10 kilómetros, cuando no tienes mucha experiencia? Por supuesto que sí. La clave es pasarlo bien. Y para eso, siempre hay trucos.

Por ejemplo, querida Raquel: aprovecha para descubrir tiendas, lugares y espacios que jalonan el recorrido y en los que nunca habías reparado. Paradójicamente, corriendo se perciben mejor las cosas que en el día a día, cuando vamos absortos en el móvil y andando a toda velocidad, porque siempre llegamos tarde. Corriendo, todo se ve más pausadamente.

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Otro truquillo: ríete (por lo bajini) de esos ansia viva que no se habían enterado de que había una carrera y, un domingo a las 10 de la mañana, necesitan imperiosamente cruzar con su coche por Arabial o el Camino de Ronda, no pudiendo esperar 15 minutos a que pasen los atletas. ¡Eso sí que son prisas!

Importante, también: no mires con envidia a las personas que llevan churros a casa. Fíjate bien en su expresión y verás cómo, en realidad, son ellos los que te envidian a ti. Algunos pondrán cara de incomprensión, pero en realidad les gustaría poder estar ahí.

Y habla con la gente. Si no puedes… es que vas demasiado rápido. Y se trata de terminar la carrera lo más a gusto posible. Tampoco tienes que dedicarte a los Diálogos de Platón, pero una frase aquí y otra allá, relaja mucho. Y sonríe a las decenas de voluntarios que te harán más agradable el recorrido. Sin ellos, todo esto sería imposible. Disfruta del sonido de las respiraciones y de las pisadas sobre el asfalto. ¡Hay música, ahí!

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Y por fin, Raquel, cuando cruces la línea de meta, piensa en una sola cosa: tú, más que nadie, te mereces el calor de los aplausos que vas a sentir.

Jesús Lens

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