Jazz 2011: ¡menudo Festival!

Hoy publicamos en IDEAL este balance-resumen del Festival de Jazz de Granada, recién terminado.

Ha sido casualidad, claro, pero el Festival de Jazz de este año ha terminado justo el día de las elecciones que van a propiciar el cambio de gobierno. Aún así, el Teatro Isabel la Católica estaba a rebosar, como ha venido ocurriendo en todos y cada uno de los conciertos de estas intensas dos semanas de música.

Lo pudimos escuchar en la presentación del Festival: a menos presupuesto, menos cantidad de conciertos, pero ninguna merma en la excelsa calidad de una de las citas musicales imprescindibles del otoño europeo.

No vamos a insistir en el portentoso elenco de primeras figuras del jazz mundial que hemos tenido el privilegio de escuchar, en Granada, estos días. Ahí están las precisas e imprescindibles reseñas de Juan Jesús García para acreditarlo.

Aprovechemos para destacar, por tanto, algunos otros detalles que me han parecido especialmente relevantes como, por ejemplo, el acierto de llevar algunos conciertos del Festival a Guadix y, el año que viene, a otros pueblos de la geografía granadina. Un más que loable empeño del diputado de cultura, José Antonio González.

O la multiplicación de espacios, dentro de la propia ciudad, en los que hemos tenido la posibilidad de disfrutar de la música. Con uno muy especial, en los tiempos que corren: la calle. Sacar el jazz a la calle y hacerlo con el formato de Street Band de los abrasadores Combo de la Casilla y Toto Jazz Band es otro puntazo. Música ardiente, alegre y festiva para calentar e iluminar estos tiempos oscuros que nos ha tocado vivir. Como puntazo es reunir a los alumnos del Conservatorio, en formato Big Band, para que puedan mostrar su arte, haciendo disfrutar a familiares, amigos y convecinos de una extraordinaria velada musical.

Y la variedad. Que en la variedad está el gusto. Aunque algunos aficionados se quejaran de los sentidos “¡eles!” que surgían espontáneamente del patio de butacas del Isabel la Católica en el concierto de Dave Holland y los Habichuela; el mestizaje que propicia este Festival lo hace cada año más grande. Escuchar los ecos africanos del trío de Ray Lema, sus falsetes que parecían venir de las orillas del río Congo, evocando el sonido de los pájaros o las voces de los pigmeos, fue una experiencia sin parangón. Uno de esos conciertos que los afortunados que tuvimos ocasión de escucharlo no olvidaremos jamás.

O la melancolía y el ensimismamiento de la kora del maliense Toumani Diabaté que, además de un concierto, dio una clase magistral sobre uno de los instrumentos más definitorios del África subsahariana. Uno de esos instrumentos para virtuosos que, bien tocados por un maestro como Diabaté, suenan como si hubiera toda una orquesta sobre el escenario.

Primer tema de Toumani Diabaté en el Teatro CajaGRANADA

Terminado el corto, pero portentoso Festival de este 2011, solo podemos decir dos cosas: ¡Gracias! y, por supuesto, ¡larga vida al Jazz en Granada!

Jesús Lens

SENEGAL: RAY LEMA

Ayer hablábamos de Omar Sosa (que, o no os ha gustado o no lo habéis escuchado, malandrines) y hoy vamos con otro de los tipazos que tocaron en Dakar: Ray Lema. Por alguna razón, yo estaba convencido de que Lema hacía rumba congolesa. Y no estoy de coña, aunque sea 28-D. Pero no. Ray Lema es congoleño y toca el piano como Dios. Esa fue la primera sorpresa de la noche. La segunda vino dada por el bajista que le acompañó en el concierto: Ettiene Mbappe, un soberbio músico al que vimos en Granada, hace años, tocando con Joe Zawinul.

Pero la tercera sorpresa fue la más especial: el homenaje de los músicos a Alí Farka Touré, el guitarrista maliense, padre del Blues africano. La canción es ésta y, como veréis en el vídeo, respira África por los cuatro costados. Porque Alí estuvo, hasta el final, en su granja de Niafunké, a orillas del Níger. Y su legado es majestuoso. En el Festival del Desierto que disfrutamos hace unos años, como decíamos AQUÍ, el espíritu de Farka Touré, recién fallecido, estaba a flor de piel. Hoy, su espíritu sigue vive.

Gracias, Ray Lema. Gracias, Dakar.

Jesús, nostalgioso Lens.