Rectificar o recular

Me gustó la elegancia de los responsables de la sala Planta Baja al comunicar que, después de haber anunciado que abrían, se veían obligados a desdecirse. Y no por culpa suya, precisamente.

Así reza el comunicado que colgaron en las redes sociales el 9 de junio: “Sentimos decir que la apertura de la sala anunciada hoy mismo debido a que la fase 3 nos permitía volver a la actividad con algunas restricciones, tiene que ser cancelada. Esta tarde hemos tenido el conocimiento del comunicado de la Junta de Andalucía donde se dice que nuestro sector tendrá que esperar a retomar la actividad. Daros las gracias por todos los apoyos y sobre todo a los artistas que se habían ofrecido a actuar en nuestra sala en las próximas semanas. ¡Muy pronto nos veremos!”.

¿Culpa? ¿He escrito culpa? Error por mi parte. No es un término adecuado. A lo largo del proceso de desescalada, como ocurrió durante la gestión de lo más duro del estado de alarma, se toman decisiones y se hacen anuncios que, después, hay que rectificar, matizar o ajustar.

Me gusta que en este caso le haya tocado a la Junta de Andalucía hacer de poli malo, publicando en el BOJA disposiciones incómodas, pero necesarias. O, si no necesarias, comprensibles. Porque en esto de las gestión de pandemias y confinamientos, todavía no hay másters, homologados o sin homologar.

¿Deben abrir las salas de conciertos y/o discotecas o es mejor que permanezcan cerradas unos días más? No tengo ni idea. Hay razones para una cosa y para la contraria así que, si los expertos de la Junta de Andalucía han tomado esta decisión, punto en boca.

A la Junta le toca gestionar la fase 3 y la nueva normalidad. Y meterá la pata. Como la metió el gobierno central. Llegados a ese punto, tenemos dos opciones: lanzarnos al cuello y despotricar cada vez que San Telmo dicte una medida que no nos guste, no comprendamos o con la que no simpaticemos; o ser comprensivos y entender que no es fácil gestionar este marronazo.

A la hora de comentar los cambios de criterio, podemos usar dos verbos: rectificar o recular, dependiendo de nuestro grado de comprensión sobre lo complicado del momento. Dar marcha atrás o envainársela serían opciones igualmente válidas a la hora de posicionarse. La primera fórmula denota una razonable empatía. La segunda, hiel y mala leche. Que no malafollá.

Jesús Lens

Guadalupe Plata & David Lynch

Ayer viernes y hoy sábado, Guadalupe Plata están aportando su música, honda, oscura y pantanosa, a la jornada de reflexión. Este fin de semana estamos de enhorabuena en Granada: los jiennenses GP, un grupo descomunal, absolutamente imprescindible en el panorama musical español contemporáneo, presentan su nuevo disco en el Planta Baja.

¿Saben ustedes la suerte que tenemos de disfrutar a Guadalupe Plata dos o tres veces al año, gracias al buen hacer de este monstruo, ese titán que es Toni Anguiano? Si tuviéramos en Granada a diez Anguianos con serpientes multicolor enroscadas en su cuello, Sevilla y Málaga nos tendrían que hablar de usted, contra-culturalmente hablando…

Hay que ver en directo a Guadalupe Plata siempre que sea posible. No pasa nada por repetir: el día menos pensado, Pedro de Dios, Carlos y Paco Luis se afincarán definitivamente en los Estados Unidos para dedicarse a recorrer las carreteras secundarias que jalonan la Ruta 61, entre Memphis y Nueva Orleans, siguiendo el curso del Mississippi. Será entonces cuando les echemos de menos.

Les cuento un sueño: David Lynch escucha tocar a Guadalupe Plata en algún tugurio de un pueblo perdido de la zona pantanosa de Luisiana. Al acabar su actuación, el cineasta les invita a una cerveza, comienzan a hablar y, cuando les pregunta por su procedencia, Perico de Dios le habla de la profundidad insondable de los olivares andaluces, tierra de linces, buitres y lobos, generosamente regada por el Guadalssissippi.

A Lynch le pica la curiosidad y llama a Mark Frost, uno de sus socios creativos. Compran sendos billetes de avión y se vienen para acá, a ver qué encuentran. Fascinados por Úbeda y Baeza, enamorados de Cazorla y Sierra Morena; llegan a Granada. Vuelven a leer a Lorca. Van a Fuente Vaqueros y Valderrubio. Escuchan blues en el Alexis Viernes y descubren los secaderos de tabaco de Vegas del Genil.

Será tomando unos vinos en el Charavinillo que Lynch y Frost tomen la decisión: antes de que los creadores de ‘True Detective’ o ‘Fargo’ descubran el potencial visual y creativo de nuestra tierra, serán ellos quienes filmen una serie que recree la atmósfera de ‘Twin Peaks’ en nuestra Andalucía ancestral. Con banda sonora de Guadalupe Plata, por supuesto.

Jesús Lens