We want Phil

Me gusta el Master Zen. Y me emocionó cómo lo recibió el Staples Center, el día en que retiraron la camiseta de Shaquille O’Neall. Ya sabes. La Ley del 33… Hago lo que quiero, cuándo quiero y dónde quiero. ¿Qué recordó Shaq, frente a 20.000 enfervorecidos aficionados? Los libros que Jackson le indujo a leer.

Y es que el éxito no es producto de la casualidad…

En Twitter: @Jesus_Lens

Y los 7 de mayo de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012, también blogueamos…

El agente protegido

Ustedes sabéis que yo lo admiro. Mucho. Y que la humillante derrota de los Lakers, este año, frente a Dallas, me dolió especialmente por él. Por el Máster Zen. Por Phil Jackson, también conocido como “El Señor de los Anillos”, el entrenador más laureado de la historia de la NBA y del baloncesto mundial.

Lo que quizá ustedes no sepáis es que Jackson tiene un rancho en Montana y que, en cuanto termina la temporada de baloncesto, huye de la agitada, cosmopolita y glamourosa Los Ángeles para refugiarse en el conocido como Territorio de los Hombres Libres.

Allí, cabalgando por las montañas de uno de los paisajes más impresionantes que en el mundo se pueden contemplar, Jackson podría haber coincidido, perfectamente, con David Crow, un misterioso y solitario vaquero que se ha instalado en un pequeño pueblo de las rocosas, sin que nadie sepa quién es ni de dónde ha salido.

Deborah y John, compañeros de trabajo, y Hooper, el dueño del rancho en que trabaja, sólo saben que David es un trabajador infatigable que no habla mucho y que vive en una cabaña a la que solo se puede acceder a caballo. O andando. Por una antigua senda india. Pero le tienen aprecio. Tanto como para invitarle a que participe en el rodeo que, el 4 de julio, se celebrará en el pueblo.

La primera parte de la novela de James Nava, recién publicada en España por la editorial Sniper Books, es un western clásico, al estilo de las mejores películas de John Ford, en las que el paisaje es un elemento más de una narración basada en la camaradería de los personajes.

Pero desde el principio, también, encontramos elementos distorsionadores, como si Sam Peckinpah quisiese tener su protagonismo en la historia. Porque, aunque los protagonistas monten a caballo, duerman al raso y beban ese café recién hecho en una hoguera, estamos en el siglo XXI. Y David arrastra tras de sí una especie de maldición: la fatwa que los integristas musulmanes de Afganistán han dictado contra él. Porque David es un ex agente de la CIA que, para escapar de la referida fatwa, se ha escondido en Montana. Y, sin embargo, nunca, ninguna tapadera es perfecta.

A través de una narración muy descriptiva, en la que los paisajes y el territorio de Montana tienen tanto protagonismo como los mismísimos personajes, James Nava nos hace avanzar a través de un western contemporáneo con toques de John Le Carré y John Forsyth.

Es cierto que la novela tiene muchos tópicos y lugares comunes. Pero no es menos cierto que, cuando un sábado a mediodía, en invierno, nos sentamos en el sofá para ver una película del Oeste, lo que queremos son tópicos y lugares comunes: cabalgadas, duelos a pistola, riscos, nieves, bosques, abetos y, por supuesto, el aroma del café recién hecho, al amanecer, después de haber dormido bajo las estrellas. Sensaciones que la mayoría de nosotros ya no somos capaces de disfrutar y que James Nava se encarga de reproducir, con toda su intensidad, en esta apreciable novela.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PHIL JACKSON: MASTER ZEN

Entrada dedicada a Jimmi Brown.

Otro talentazo de los banquillos,

y, sobre todo, un amigazo.

 

Le llaman «El señor de los Anillos». Y no es de extrañar. Si ven este vídeo, se encontrarán con el grandioso Phil Jackson tocado con una gorra en que reza, sencillamente, una X.

 

Efectivamente, puede parecer paranormal, pero Jackson, conocido como el Entrenador Zen o, aún mejor, como Máster Zen, ha ganado diez títulos como entrenador de NBA. Más otro como jugador. Impresionante.

 

Inenarrable.

 

Estratosférico.

 

Como españoles, nos alegramos por Pau, como ya escribíamos al calor de la consecución del anillo por parte de los Lakers.

 

Como amantes del showtime, nos alegramos del triunfo de los Lakers, aunque su juego no haya sido este año tan vistoso y espectacular como en años anteriores.

 

Pero como personas sensatas, lúcidas y contemplativas, la imagen de Phil Jackson sentado en su banquillo; impertérrito, inescrutable, impávido, sereno, relajado y sonriente, es de las que más nos gusta contemplar.

 

Porque, de mayores, todos queremos ser como él.

 

Todos queremos ser el Máster Zen.

 

Jesús Lens.