PELICULARIO

De las reseñas, críticas y comentarios que se han hecho y publicado sobre nuestro libro, «Hasta donde el cine nos lleve», ÉSTA de Rigoletto, en su estupenda Bitácora, es una de las que me ha emocionado.

Sí. Somos amigos. Y se nota. Pero también se nota que Rigoletto ha leído el libro bien a fondo.

 

Muchas, muchas, muchas gracias, Rigoletto. ¡Y más gracias aún!

 

Jesús Lens, emocionado.

HABLANDO EN NEGRA Y CRIMINAL

Para la presentación de «Hasta donde el cine nos lleve» en la librería Negra y Criminal había preparado una introducción que más o menos debería haber comenzado así:

 

«Cuando me han preguntado que por qué me decidí a escribir este libro, he dado respuestas varias y diversas, desde la pasión que Fran y yo tenemos por el cine a lo mucho que nos gustan varias de las películas que hay en el libro. También, porque pensamos que podíamos aportar un punto de vista distinto a los libros de viajes al uso o, más sencillamente, por completar esa terna que, en teoría, nos hace hombres: escribir un libro, plantar un árbol un árbol y tener un hijo.

 

Pero, a lo largo de estos meses me he dado cuenta de que, en realidad, lo he escrito con un sólo y principal propósito y objetivo: tener la ocasión de viajar para presentar un libro de habla de cine, y siempre rodeado de buenos amigos. Los mejores.»

 

Efectivamente. Tras presentarlo en el Festival Tres Continentes de Agüimes y, de seguido, en Semana Negra; nos marchamos con Fran a Villena y, después, estuvimos en nuestro Centro Cultural de CajaGRANADA.

 

Pero nos quedaba un lugar imprescindible y necesario: la librería Negra y Criminal de la Barceloneta, con nuestros queridos Paco y Montse como anfitriones. Y, como este año teníamos que ir a Cornellá a pasar una semanita jugando al baloncesto, aprovechamos la ocasión para cumplir uno de esos sueños que, por fin se hacen realidad: ponernos la camiseta de Negra y Criminal y posar, como autor, en la puerta de la mítica librería. Un subidón que, quienes me conocen, saben lo fuerte que fue para mí.

 

Y, repito, en la mejor de las compañías. Con Montse y Paco como anfitriones. Que no veáis las cariñosas y desmedidas palabras que Paquito Camarasa dedicó a un servidor, que le escuchaba embelesado, suspirando por conocer a ese sujeto tan, tan interesante del que hablaba. (AQUÍ, nota en el Blog de la librería del evento, feliz y alegre.)

 

Además, y como fiel Guardia de Corps, nuestro equipo de baloncesto en pleno que, mientras avanzaba por las calles de la Barceloneta, semejaba el reparto de una película de Tarantino. Curro, Miranda, Burgos, los dos Álvaros, mi hermano Jose y Pedro al comando nos unimos a Moreno, que ya estaba en la librería. Mención aparte para Fali y Paqui, que estuvieron metiendo tensión en las horas previas al encuentro, con sus bromas y su buen humor, haciendo que ésta haya sido una de las presentaciones más singulares que hemos protagonizado.

 

Y, por supuesto, mi Cuate Pepe, que no podía faltar al evento y allí estaba, el primero, siempre presente.

 

Además, nuevas y felices amistades. Esas amistades que empiezan por ser cibernéticas y terminan siendo corpóreas, como la de esa Kaperusita, con la que tan bien lo hemos pasado y quién nos hizo sentir como en casa en su Cornellá.

 

O reencuentros felices, como el de Julia, a quién hacía muchos meses que no veía y cuya aparición por el Palau del Mar fue un alegrón. Y Lillian, que tenía que estar en una ocasión tan especial. Que los viajes hicieron que nos conociéramos y siguen posibilitando que no encontremos cada poco tiempo, sea en Granada, sea en Barcelona. Allí estaba también Irene, que NOVELPOL también existe, aunque se fuera muy pronto.   

 

¡Y Marta, por fin! Después de tres años sin coincidir, Marta estaba allí. Y anda que no lo celebramos. Todos.

 

O la feliz sorpresa de abrazar, de forma festiva y no tan profesional como otras veces, a Francesc y Gema, que tuvieron un detallazo bajando hasta la Baceloneta, y que ASÍ lo han contado.

 

Había más amigos de la librería, a los que tuve ocasión de conocer y saludar con cariño, claro. Sin embargo, no pudieron llegar ni Talía ni Patricia, pero sé que les habría encantado estar allí. Y Fran, claro, que tenemos los calendarios cambiados.  

 

Firmar... en Negra y Criminal. Sin palabras.
Firmar... en Negra y Criminal. Sin palabras.

Tras las palabras (espero que no me extendiera en demasía) y ese rito tan especial que es el de la firma y dedicatoria de los libros a los amigos, nos fuimos a tomar vermús, birras, tintos y tapas variadas en un singular y sabroso bar de la Barceloneta, El Eléctrico, absolutamente chispeante. Bebimos, brindamos y un trompetista búlgaro nos amenizó la velada con sus tonadas.

El dueño del bar nos lo hizo pasar en grande y entre risas, charlas, recuerdos, planes, sueños y alocadas ideas de futuro, un puñado de veinte amigos rematamos la faena en el Gimlet, con unos mojitos, alabando el Best Of de una noche muy, muy especial, que ya está en el recuerdo de los grandes momentos de este año 2009… que aún tiene muchas alegrías que depararnos.

 

Gracias a todos, amigos. Sois vosotros los que lo hacéis posible. Y por eso, a toda la peñita catalana, con la que tan a gusto hemos estado, y especialmente dedicado a los compis de Caixa Penedés, que no sólo han ganado el Intercajas de baloncesto, sino que lo han organizado maravillosamente, esta maravillosa canción de Mano Negra, Rambla paquí, Rambla pallá… la Rumba de Barcelona.

 

 

Jesús Lens, con ánimos renovados.

 

PD.- Y, por cierto, vayan apuntando en sus agendas el 15 de enero de 2010. El que avisa…         

NOS VEMOS EN NEGRA Y CRIMINAL

Amigos, el miércoles 11, a las 19.30 horas, compartiremos un rato de charla en la librería barcelonesa Negra y Criminal, a cuenta de nuestro libro de cine y viajes. Fran no podrá estar, pero nos juntaremos un puñado de amigos para disfrutar el calor de Paco Camarasa y Montse Clavé en el Callejón de la Sal, en el sabroso barrio de La Barceloneta.

Si están por la ciudad condad o alrededores y les cuadra y les apetece, allá nos vemos. Lo regaremos bien, créanme.

 

Jesús Lens, más que contento de su presentación barcelonesa.  

SINESTESIA

«Todo lo paradójico que a ustedes les pueda parecer, pero en la Era de la Imagen no entendemos una gran parte de lo que las imágenes pretenden contarnos; peor aún: confundimos mirar y ver. Una panda de canallas que sabe muy bien lo que se hace nos ha escamoteado la Luz y nos mantiene sumidos en una penumbra siniestra y para colmo maloliente ¿o soy yo el único que percibe el hedor insoportable que exhalan algunos programas televisivos? Si es así tendré que mirármelo, que eso se llama Sinestesia».

 

Sinestesia.

 

Ese párrafo pertenece a Andrés Sopeña, y está sacado de sus notas para la presentación que finalmente no pudo hacer de nuestro libro de cine y viajes.

 

Libro, cine y viajes: ¡Sinestesia!

 

Hace unos días, planteamos un Jeroglífico, preparado por Burkina y basado en dicha palabra, rápidamente resuelto por algunos de los maquinones que nos siguen, para pasmo y estupefacción de su autora. Y, creo, para su desánimo, que no ha vuelto a decir esta boca es mía 🙁

 

Así que llevaba días pensando qué escribir sobre la Sinestesia, un concepto que me apasiona y que la Wikipedia define así:

 

«La sinestesia es, en retórica, estilística y en neurología, la mezcla de varios sentidos diferentes. Un sinestético puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es que lo asocie o tenga la sensación de sentirlo: lo siente realmente. La sinestesia es un efecto común de algunas drogas psicodélicas, como el LSD, la mescalina o algunos hongos tropicales.»

 

Quiénes me conocen saben que ni entre mis defectos -ni entre mis virtudes- está el abuso, y ni tan siquiera el uso; de sustancias alucinógenas, alteradoras de la percepción o psicotrópicas. Yo, con una o dos Alhambras Especiales, voy servido.

 

Así que, la sinestesia, la tengo que buscar por otros caminos.

 

Y a mí me gusta conseguirla combinando varios de mis vicios más contumaces. En ese sentido, el mejor cocktail es una buena dosis de música alta y el tecleo sistemático en el ordenata. Cuando mejor escribo es cuando llevo un buen rato ejerciendo de rompeteclas, con la música bien audible. Digamos que, entonces, lo que escribo tiene una musicalidad especial.

 

Y, cuando me encarta, también me gusta tener visibles fotos impactantes, relativas al tema de trabajo.

 

Cuando los amigos vienen a casa piensan que el hecho de tener frente al sofá un pantallón de televisión y unos cuantos anaqueles con películas, series, libros y discos es una discutible decisión decorativo-estética. Pero no. Es algo más.

 

Yo escribo tirado en el sofá. Nada de mesas especiales, sillas ergonómicas o recogimiento silencioso: o en la terraza, o en el sofá. Y siempre rodeado de papelajos, ruido y desorden.

 

«Así escribe lo que escribe», pensarán algunos… malandrines ellos.

 

Me gusta, cuando me atasco, levantar la mirada y encontrarme con Scorsese o Coppola. Con los dibujos de Jesús Conde, los locos de Mad Men, los sabios del Ala Oeste de la Casa Blanca, la genialidad de Bebo & El Cigala, con los Alien o con la figura de ese Bauer que me regaló el Gran Rash, y que siempre me está recordando que… «No-hay-tiempo».

 

Unas máscaras africanas por aquí, unas fotos de William Claxton por allá. El Padrino, a lo bestia, y un gran Sol Mexicano dándome luz. Siempre la Luz.

 

Unas esculturas de El Cairo, unos paisajes chinos, Stanley Kubrick, Diego Rivera… y mi Sierra Nevada, claro. Todo ello hace que fluya la creatividad y que, en mi cabeza, se mezcle todo.

 

Por eso, creo, tenía que ser obligatoriamente Géminis.

 

No porque tenga varias y distintas caras.

 

Sino porque soy un sinestésico contumaz y abusivo.

 

Con todo cariño sinestésico
Con todo cariño sinestésico

¡Por eso este Blog es el caos, el cajón de-sastre que es!

 

Porque uno es así: dentro del aparente caos, sencillo hasta el extremo.

 

Jesús Lens, el Sinestésico.

 

PD.- Quienes me conocen, ¿no han echado de menos siquiera una referencia a algo habitual en mi vida, que siempre he defendido como esencial para la creatividad?

 

Seguiremos 🙂

HABLANDO DE NUESTRO LIBRO

¿No os parece que hace mucho que no hablamos de nuestro libro, «Hasta donde el cine nos lleve»?

 

Os dejo dos reseñas. Una de Jose Vicente Pascual, que fue mi vecino de columna en IDEAL y de quién, cuando se marchó a La Opinión, heredé su Puerta Real. Hace unos días comenzaba su artículo diciendo:

 

«Jesús Lens es un hombre instalado, de momento, en lo pleno de la juventud y el vigor creativo de un espíritu inquieto; es alto en muchos sentidos y un poco más alto que cualquier ala-pivot lituano, lo que siempre me ha puesto un poco nervioso porque, la verdad, no estoy acostumbrado a alzar la vista cuando converso con alguien. Me duelen las cervicales.»

 

¡Nada menos! El resto lo tenéis AQUÍ.

 

¡En qué gran compañía!
¡En qué gran compañía!

Por su parte, Antonio Zafra, comenzaba su entrada bloguera en Oleopolis con las siguientes palabras: «Bienvenido sea el libro que firman Jesús Lens y Francisco J. Ortiz titulado «Hasta donde el cine nos lleve», por atreverse a abordar la relación entre cine y viaje, un género al que los autores dan carta de identidad aunque generalmente no sea tenido como tal. Para éstos, hay un cine de viaje como se reconoce una literatura viajera.»

 

Lo demás, a través de ESTE enlace.

 

¿Qué os parecen los artículos? E, igualmente importante, ¿qué os parece el libro? Que ya sé que mucho lo tenéis, algunos lo habéis hojeado y unos pocos, incluso… ¡lo habéis leído!

 

Pues eso.

 

Que seguimos pateando el mundo y viendo pelis… ¡a ver hasta dónde nos llevan el cine y las patas!

 

Jesús Lens, autorreferencial 😉