Día del Libro negro y criminal

Tras una primavera más sin Feria del Libro, llega un nuevo Sant Jordi, la fiesta de las letras más popular del año. La celebración del libro por antonomasia. Este año cae en viernes, pero veremos si no nos sorprende con Granada capital perimetralmente cerrada, ahogada por la cuarta ola de la pandemia.

Pensando en clave positiva, siempre nos quedará leer. Llega el Día del Libro con un buen número de novedades literarias. Tantas, que me debato entre qué lectura acometer primero, deshojando una margarita libresca de mil y una hojas. Únanse las siguientes recomendaciones a estas que dábamos la semana pasada en nuestro Club de Lectura Adictos al crimen, libros que leeremos en las próximas semanas.

Por ejemplo, las ‘Memorias de un reportero indecente’ elocuente título de Pedro Avilés. Subtitulado como ‘Andanzas, tretas y algún ajuste de cuentas de uno de los últimos periodistas de sucesos’ promete ser jugoso, polémico y valiente. Pedro Avilés trabajó muchos años en El Caso, semanario al que define como “escuela de periodismo de investigación”, y no se muerde la lengua a la hora de enfangarse en algunos de los temas que cubrió, de Alcàsser a Puerto Hurraco.

Otro periodista que escribe de periodismo, aunque en este caso desde la ficción, es Javier Márquez Sánchez. ‘La ciudad de las almas tristes’ está protagonizada por un plumilla que tocó el techo en la profesión con una exclusiva que dejó demasiados heridos a su paso y le obligó a coger el AVE de Sevilla a Madrid, pero solo con billete de ida. A caballo entre el periodismo de la vieja escuela y la revolución digital, la investigación de una trama mafiosa le obliga a volver a orillas del Guadalquivir. ¿Qué se encontrará de nuevo a la sombra de las Setas?

Si les gusta la no ficción, un género en auge en España, hay varias referencias de lo más sugestivo en los anaqueles. ‘De prisiones, putas y pistolas’, de Manuel Avilés, con ETA y la política penitenciaria como temas centrales. ‘La farmacéutica’, de Carles Porta, recuerda el calvario de Àngels Feliu Bassols, de Olot. Y el único e irrepetible Vicente Garrido se ha marcado 650 imperiales páginas en su ‘True Crime’, donde analiza el fenómeno de la atracción por la violencia y el asesinato a partir de referencias literarias, cinematográficas y de diferentes series de HBO y Netflix.

Por cuanto a novelas, necesitaríamos tres meses de confinamiento estricto, con todos los gastos pagados, para ponernos al día con lo mucho y prometedor que ha llegado a las librerías este 2021. Por ejemplo, una cortita, diferente y muy original: ‘9 corto’, de C. J. Nieto, una autora canaria con una voz muy personal.

En mi mesa se dan bocados lo último de Susana Martín Gijón, ‘Especie’, protagonizada de nuevo por la inspectora Camino Vargas y ‘Hoy no quiero matar a nadie’ del chileno Boris Quercia. Un thriller con pinta de trepidante como ‘La orden’, de Daniel Silva; y ‘Silenciadas’, de Karin Slaughter, con asesino en serie.

Han vuelto ‘Víctor Ros y los secretos de ultramar’, de Jerónimo Tristante, uno de los grandes personajes de la narrativa juvenil española; y los personajes siempre desmadrados y originales de Carlos Salem: ‘Los que merecen morir’. Ya veremos si los indultamos o no.

Los mentideros, más que recomendar, exigen leer ‘Pleamar’, de Antonio Mercero, y Alexis Ravelo nos ha presentado en sociedad nada menos que a ‘Un tío con una bolsa en la cabeza’.

Y dos clásicos por excelencia del noir español que, en apenas unas semanas, ya han agotado la primera edición de sus nuevas novelas: ‘El hijo del padre’, de Víctor del Árbol;

y ‘El oscuro adiós de Teresa Lanza’, de Toni Hill. Así las cosas, disculpen si no contesto el teléfono en las próximas semanas. ¡Estoy leyendo!

Jesús Lens

El Día del Libro en una Nueva Normalidad

Mañana se celebra el Día del Libro más extraño de la historia. Lo que no tiene nada de raro dado que, desde hace seis semanas, todo lo que nos ocurre cada día oscila entre lo kafkiano y lo distópico.

Me encantó una foto del muro de Fran J. Ortiz, invitando a poner en la ventana un rótulo con las palabras ‘Dirigido por David Lynch’. Sería una forma de asomarnos a la vida de ahí fuera con unos ojos diferentes a los habituales. Unos ojos que nos permitan adivinar una realidad más allá de la aparente.

Mañana se celebra el Día del Libro con las librerías cerradas al público, paradójicamente. Por fortuna, algunas de las más pequeñas y combativas de Granada siguen trabajando a través de Correos o empresas de mensajería, que no todo va a ser Amazon.

Mañana se celebra el Día del Libro y nos encuentra encerrados en casa a la mayoría de nosotros, con 24 horas por delante para, por ejemplo, leer. Que no todo va a ser hacer bizcochos, entregarse al teletrabajo y/o a la teleformación, propia o ajena; y petar la agenda con videoconferencias a través del Zoom.

No sé ustedes, pero yo sí estoy tratando de leer con generosidad. Al principio me costaba concentrarme, pero ya me he adaptado. Es cierto que leo mucho sobre la Covid-19, dedicándole tiempo a la prensa, impresa y digital. Al coronavirus y a las consecuencias de la pandemia que utilizar la táctica del avestruz y meter la cabeza en un agujero tampoco es razonable. Pero también estoy leyendo muchos cómics, novelas y cuentos. Por ejemplo, dos novelones de cerca de 1000 páginas: ‘Dune’ y ’22/11/63’

El Día del Libro nos sorprende preparando nuestro desembarco en una Nueva Normalidad, que sería el título perfecto para una serie distópica de Netflix o la HBO. Una Nueva Normalidad. De hecho, #NN tiene visos de convertirse en un hashtag de lo más popular y recurrente.

La nueva normalidad hará que, aun levantándose el confinamiento, nuestro hogar sea un espacio donde pasaremos mucho más tiempo que antaño. De ahí la importancia de atesorar una buena, variada y nutrida biblioteca. Mañana, el 23 de abril más extraño de nuestra vida, los libros serán más importantes que nunca.

Jesús Lens

Libro: Manual de Instrucciones

—¿En serio? ¿En serio nos vas a dar un manual de instrucciones sobre… un libro?

Es cierto que, en principio, todo el mundo sabe usar un libro. Es bien sencillo, ¿verdad? Lo primero es elegir un buen ejemplar y sopesarlo en las manos. Deleitarse con la cubierta y echarle un vistazo a la contraportada, a ver qué cuenta. Pero ojito con los resúmenes, que los departamentos de marketing de algunas editoriales son más propensos a los spoilers que Twitter después de la emisión de cada capítulo de ‘Juego de Tronos’.

Es bueno, también, echarle un ojo a la biografía del autor, aunque no deben detenerse demasiado en su foto de la solapa. En unas ocasiones, te encuentras con la torva mirada de lo que parece un preso preventivo detenido tras una noche de altercados y borrachera. Y es que nadie dijo que para ser buen escritor haya que saber posar. Otras veces, la pose de autor es tan afectada -mano en la barbilla, mirada perdida en el horizonte, gorra o sombrero estrafalario, emocionado abrazo al propio libro…- que dan ganas de salir corriendo y no parar hasta batir el récord del mundo de media maratón.

Es importante, también, abrir las páginas del libro y comprobar el tipo, el tamaño de la letra. Sobre todo, a partir de cierta edad. Hay a quien le gusta, incluso, llevarse el libro a la nariz y olerlo, como si quisiera captar su bouquet o, a través de la tinta, rastrear los matices de la escritura, los aromas primigenios de la narración.

Y picotear. Leer al azar algunos párrafos y frases sueltas. Algún diálogo. Comprobar cómo les suena la escritura del autor, cómo fluye. Y si les convence el ritmo y la cadencia de la prosa, si se creen lo que dicen los personajes y cómo hablan, cómo se expresan.

—¿Todo eso, para elegir un libro?

Sí. Y no es una cuestión baladí: según las últimas encuestas, un 40% de españoles no lee jamás un libro. Y eso no es, no debería ser normal.

Por todo ello, hoy, Día del Libro, vayan a una librería, busquen, comparen y, en caso de duda, pregunten a los libreros, los auténticos influencers de esto de la lectura.

Jesús Lens

Ojito con el cuentista

Lo advertía Andrés Neuman en su pregón de la Feria del Libro de este año, saludado y recibido como combativo y comprometido, más allá de esas faenas de aliño en que suelen convertirse esos actos institucionales.

Cuidadito con los Cuentistas, que son tipos peligrosos y sospechosos.

Cabría pensar que este elogio y reivindicación de la narrativa breve, del cuento y del relato, es otra muestra más de estos de estos tiempos de recortes: un cuento es como una novela venida a menos, amputada y reducida.

Pero no. Los cuentos tienen su propia individualidad e idiosincrasia; naturaleza, estructura y forma de venir y alumbrar el mundo. O explosionarlo.

Estoy contento. Mucho. Coincide la reivindicación del relato con una buena noticia: si pincháis aquí, veréis los 20 finalistas del concurso de Relatos de Cerveza Ficción en que participamos hace unas semanas. ¡Más de 400 relatos se recibieron!

Hoy celebramos el Día del Libro. Y es lunes. De Debate. Una pregunta, a botepronto:

¿Creéis que el libro convencional está en peligro de extinción, por culpa del libro electrónico y los revolucionarios iChismes que han entrado en nuestra vida como un ciclón?

Y, otra más. ¿Qué libro estás leyendo ahora mismo? Yo, éste:

Y, por fin: ¿Qué libro regalarías, en un impulso instantáneo, a una persona que te cae bien? Yo, éstos:

Dicho lo cual, recordamos la invitación para el viernes que viene:

Jesús literario Lens

¿PARA QUIÉN FUE LA BIBLIOTECA DE PACO IGNACIO TAIBO I?

Esto es celebrar el Día del Libro y conseguir hacer una fiesta de la cultura.

 

Hace unos meses llorábamos la muerte de Paco Ignacio Taibo I, el Gato Culto que, a lo largo de su vida, había atesorado miles de libros en su fastuosa biblioteca.

 

¿Quién se la ha quedado? ¿Quién la heredó?

 

Vean este vídeo y disfruten de la auténtica cultura popular.

 

Jesús Lens