Me lo habría quitado de golpe. Y porrazo. El síndrome postvacacional. De haber tenido algo parecido aquel ya lejano y amenazador lunes 1 de septiemble. Con L. De tembleque. Lo vi en Instagram y no me lo podía creer. ¡La saga completa de Sailor y Lula publicada en España por Dirty Works! ¿Pueden los sueños hacerse realidad? ¡Pueden, pueden!

Hacía tiempo que el anuncio de un lanzamiento editorial no me excitaba tanto. El último fue el de otra novela negra, claro, cuando Salamandra me hizo saltar de alegría con el anticipo de lo último y más reciente de Dennis Lehane, uno de mis autores de cabecera. Y cuando Reino de Cordelia publicó, enterita, la serie de Héctor Belascoarán Shayne de Paco Ignacio Taibo II en dos volúmenes.
Me encanta cuando mi pasado lector se da la mano con el presente. ¡Y con el futuro! Aún recuerdo el impacto de ‘Corazón salvaje’ cuando ganó la Palma de Oro en Cannes. ¡La vin qué follón se lio, aquel 1990, con el triunfo de Sailor y Lula! Y qué fuerte, ver en el cine una de las películas más desconcertantes e incomprendidas de David Lynch, a caballo entre el clasicismo y lo onírico que estaba por llegar en su filmografía. Era puro cine negro trufado de road movie. O viceversa. Y estaban ‘El mago de Oz’ y lo naif del ‘Love Me Tender’ y la chaqueta de piel de serpiente. Y lo malsano de aquel pueblo infecto. Y los personajes de Bobby Peru, Johnnie Farragut, Marcelo Santos, Marietta Pace Fortune… y las hermanas Durango, Juana y Perdita.

Volví a ver ‘Corazón salvaje’ la pasada Semana Santa. Estaba leyendo ‘Espacio para soñar’, el singular libro de memorias de David Lynch y aprovechando para revisar todas sus películas. Me sigue enamorando su divina imperfección. Y como estaba en plena reorganización de mi biblioteca, me lancé a buscar lo que tenía de Barry Gifford, el autor de la novela original. Y era poco. Muy poco. Volví a leer mi edición de ‘Perdita Durango’ y a ver la película de Álex de la Iglesia. Y algunos poemas. Y como me quedé con mono, cayeron las ‘Crónicas de motel’ de Sam Shepard y grabé ‘Paris, Texas’ y otro par de documentales que respiraban el mismo aire. Y ahí me quedé, que entonces se impuso la realidad y dejé colgada esa burbuja literario-cinematográfica; esa realidad paralela hecha de asfalto y desiertos, de moteles y bares de carretera.

De ahí que, cuando Dirty Works anunció que iba a sacar la saga completa de Sailor y Lula de Barry Gifford, no me lo pudiera creer. ¡Toma, toma y toma! A título por mes, ya están publicando uno de los monumentos del noir estadounidense del pasado siglo. En septiembre salió la fundacional ‘Corazón salvaje’ con la que todo comenzó y este mes tendremos la nueva edición de ‘Perdita Durango’. Terreno conocido, pero con nueva traducción de Javier Lucini y un fascinante diseño pulp de las portadas, de Nacho Reig. Libros únicos, diferentes y especiales. Libros que ya son objeto de colección gracias a las ilustraciones de Jesús Moreno, ‘El Ciento’.
En noviembre llegará ‘Las vacaciones de Sailor’ y, tras la Navidad, cinco títulos más: ‘Sultanes de África’, ‘El beso de consuelo’, ‘Un mal día para el hombre leopardo’, ‘La imaginación del corazón’ y ‘La senda del jaguar’, allá por junio.

Santería, magia negra, las líneas discontinuas de la carretera, música alta y cerveza fría. Violencia, locura y ansias de libertad. Sueños arrastrados por el asfalto y viajes sin fin por unos Estados Unidos que ya solo existen en libros así. ¡Gracias, Dirty Works!
Jesús Lens







