THAT`S LOST, FOLKS!

A ver. Voy a empezar por el principio y lo más importante, sin desvelar nada, para que los anti spoilers que aún no hayáis visto el final de «Perdidos» podáis leer este párrafo sin miedo alguno y, después, cambiar de página: ¡ME HA GUSTADO EL FINAL DE PERDIDOS! Y eso que, al final, no cumplí con lo que decía AQUÍ.

Sí.

 

Me ha gustado. Me ha encantado, incluso. De hecho, cualquier otro final no me hubiera gustado tanto.

 

Dicho lo cual, vamos a empezar a hablar de cosas que pueden condicionar el visionado final de «Perdidos». Porque, y eso creo que me ha beneficiado, escuchar tanta crítica furibunda contra su desenlace, leer los titulares con palabras como «fraude», «decepción», «frialdad» o «desencanto» ha hecho que, personalmente, el verlo unos días más tarde que todos, haya sido positivo.

 

Porque, y aquí ya empiezan los spoilers, efectivamente era el final que todos esperábamos. Y, por eso, el que nadie esperaba. Es decir, nada más empezar la serie y comenzar los sucesos paranormales en la isla, del oso polar al humo negro, todos pensamos, en un momento u otro, que los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic no eran, en realidad, supervivientes sino muertos vivientes. O sea, muertos en el limbo que aún no han iniciado su último viaje y que, antes de descansar en paz, quieren jugar con sus amiguitos y disfrutar de alguna aventurilla que otra.

Pero luego llegaron la iniciativa Dharma, los Otros, Jacob, los saltos en el tiempo, Hume, Faraday… y comenzaron las teorías relativistas, científicas y tecnológicas. A partir de un momento, yo dejé de hacer cábalas. No intentaba adivinar hacia donde iría la serie. De hecho, se dice que los guionistas seguían los foros de opinión y cuando veían consensos en torno a alguna cuestión, pegaban un bandazo brutal, abriendo nuevos caminos para la acción, introduciendo o matando personajes a placer.

 

Llegar al final de «Perdidos» y volver al principio era, por tanto, la mejor de las opciones. La más válida. La más sencilla, pero también la más profunda. Y no voy a negar que me emocionó el encuentro de todos los protagonistas en la Iglesia. Bueno, de casi todos. Una comunión espiritual, después de ver la Luz, semejante a la que sentimos todos los seguidores de la serie, que ahora nos miramos y nos hacemos guiños cómplices. Porque «Perdidos» es, posiblemente, la última serie que se convertirá en un fenómeno global, dada la fracturación de audiencias que se ha producido en el universo catódico contemporáneo.

«Flashforward» lo intentó, parecía que iba a conseguirlo… y naufragó en el intento.

 

Los foros de Internet arden con todo tipo de explicaciones místicas y metafísicas sobre el final de Perdidos. Parece que la más ajustada a la realidad sería la de una conexión directa con la cosmogonía egipcia. Pero, personalmente, no me preocupa excesivamente si son Ra y Nefertiti los referentes utilizados por los guionistas o si el avión que unía Sidney con Los Ángeles es una especie de Barca de Caronte posmoderna.

 

Yo disfruté emocionándome con el final de «Perdidos». Con ese encuentro de todos los protagonistas. Confieso que me resultó inevitable echar la vista atrás y reflexionar sobre las cosas que me han pasado a lo largo de estos seis años, desde que me sorprendió descubrir a mi madre enganchada a una serie de televisión, en verano, en Carchuna: encuentros, desencuentros, pérdidas y hallazgos. Me invadió una serena melancolía y aquí estoy, ahora, compartiéndola con todos vosotros.

¿Cuándo volverá a ocurrir algo así con una serie de televisión?

 

Jesús Lens, Forever Lost.

SEMANA NEGRA NOS INVITA A ESCRIBIR

XXIII Concurso Internacional de Relatos, Semana Negra 2010

 

La SEMANA NEGRA y el ATENEO OBRERO DE GIJÓN
convocan el
XXIII Concurso Internacional de Relatos Policíacos
que se regirá por las siguientes

 

BASES:

1. Los textos estarán redactados en español.

2. Todos los trabajos se deberán presentar mecanografiados a doble espacio, con un máximo de 68 caracteres por línea y 32 líneas por página, en papel tamaño A4 y con una extensión máxima de seis páginas. Se admitirán como máximo dos relatos por autor.

3. Los trabajos, que no podrán llevar firma ni señal alguna que delate su procedencia, deberán enviarse por triplicado (en caso de envío por correo ordinario) y haciendo constar en el encabezamiento el título elegido al Apartado de Correos 271 (33280 Gijón, ESPAÑA), en un sobre cerrado en cuyo exterior se indique «Para el XXIII Concurso Internacional de Relatos Policíacos». El envío deberá ir acompañado de otro sobre cerrado en cuyo exterior figure exclusivamente el título del relato y en cuyo interior figurarán los datos del participante: nombre, apellidos, dirección, teléfono y dirección de correo electrónico.

También podrán enviarse los trabajos a través de correo electrónico. En este caso, deberá enviarse mediante una única copia del trabajo en un mensaje a la dirección de correo: relatos@semananegra.org, en cuyo «Asunto» figure exclusivamente el título del relato, adjuntando un archivo con el relato en formato Word que llevará como nombre el mismo título del relato. El participante deberá enviar también, y por cada relato, otro mensaje a la dirección electrónica: plicas@semananegra.org, en cuyo «Asunto» figure el título del relato, adjuntando un archivo en formato Word que llevará como nombre el mismo título del relato y que incluirá los datos personales y de contacto del autor: nombre, apellidos, dirección, teléfono y dirección de correo electrónico.

Los participantes que opten por enviar sus trabajos mediante correo electrónico deberán hacerlo desde cuentas de correo que no permitan conocer, en ningún caso, la identidad del remitente.

4. Los relatos deberán ser rigurosamente originales e inéditos.

5. El plazo de admisión finalizará el 15 de Junio de 2010, admitiéndose los trabajos que hayan sido certificados en correos hasta esa fecha o enviados a través de correo electrónico hasta la misma fecha límite.

6. Se establecen cinco únicos premios: un primer premio de 1.200 euros y tres accesits de 150 euros cada uno. De este importe se descontarán los impuestos correspondientes.

7. La SEMANA NEGRA se reserva el derecho de publicar los relatos premiados, sin que los autores perciban, por ello, derecho alguno, quedando sólo obligada a citar el nombre del autor.

8. El jurado estará compuesto por tres escritores y/o críticos participantes en la SEMANA NEGRA, así como una representación del ATENEO OBRERO DE GIJÓN.

9. El jurado podrá declarar desiertos los premios si, a su juicio, las obras presentadas no reúnen la calidad necesaria.

10. La organización se reserva el derecho de no admitir los trabajos que incumplan alguno de estos requisitos y no se compromete a la devolución de los originales.

11. La participación en este concurso supone la aceptación, sin excepciones, de las presentes bases.

TARTESSOS: JÓVENES RESTAURADORES

«Si no se mastica,
no es comida»

Álvaro «Ratatouille» Hoces.

 

«Librito de mango caramelizado con trucha asalmonada de Ríofrío, sus huevas crujientes, helado de ajoblanco y aceite de clorofila de acelgas.»

 

Así reza en el menú el primero de los siete platos que conformaron uno de los mejores y más suculentos almuerzos de los que hemos podido disfrutar en mucho tiempo. (Ver AQUÍ el resto de las Jornadas en que se incardina esta comida)

Un almuerzo de calidad que, por fortuna, no estaba reñido con la cantidad. Es decir, que tras comer cada uno de los platos, habías masticado. Evidentemente las raciones eran moderadas, pero al terminar la comida no teníamos esa sensación de tomadura de pelo que te asalta, a veces, cuando te da de comer alguno de esos afamados cocineros de autor.

 

Cada vez me gusta más el componente literario de la gastronomía. «Pechuguita de pavipollo rellena de cebolla roja, foie y dátiles con jalea de azúcar de caña y pequeña raola de batata a la crema de leche».

 

¿No es puro realismo mágico?

 

O las recetas que propone La Metáfora, tan cachondas como el «Cubo Rubick de pipirrana y pulpo» o el «Coulant de turrón con peta zetas y helado de chocolate». Para un carnívoro como yo que flipa con un buen trozo de carne de un kilogramo, este tipo de iniciativas me parecen tan sugestivas como necesarias. Mi paso por los restaurantes de Lima creo que ha sido definitivo para ello, como pronto tendremos ocasión de recordar.

Me encantan las puntillas de calamares, los boquerones fritos, el pulpo a la gallega y el solomillo a la pimienta. Pero ¿y la sorpresa? ¿Y la originalidad? ¿Y la diferencia? Cuando terminamos de comer en el Tartessos y nos solazábamos con unos vodkas, frente las impagables vistas de la Sierra y de la Vega, uno de los hermanos Pedraza, que había sido comensal él mismo en el memorable ágape, nos decía que había flipado con el «Librito de mango». Que era una creación acojonante, repleta de matices a través del contraste de sabores. El mismo Álvaro se lamentaba de haberse comido el Librito «inconscientemente», sin prestar atención a cómo estaba preparado. ¡Estaba demasiado bueno!

 

Verdades como catedrales.

 

Cuando la originalidad, la calidad, la cantidad y un precio ajustado se dan la mano en una comida, ésta se convierte en un acontecimiento memorable que convierte el hecho de comer en una excelsa manifestación de las bellas artes.

Y la primera cita de estas Jornadas de Jóvenes Restauradores, promovidas por el Tartessos, así lo han acreditado.

 

¡Gracias, Cuate, por habernos embarcado en esta travesía culinaria! La pregunta es, ahora, ¿para cuando una excursión a esa terracita?

 

Jesús Lens, gordo total.

UNA DESCRIPCIÓN O, QUIZÁ, ¿UN PIROPO?

Vamos con un nuevo Nanorrelato (AQUÍ más), en este caso de corte gastronómico, en homenaje al extraordinario almuerzo que nos ha preparado la Ruta del Velera en el restaurante Tartessos:

 

Me dijo que era como una croqueta: dura y crujiente por fuera, tierna y jugosa por dentro; dando vueltas por terrenos aceitosos…

Para este relato tenemos una Versión Extendida y Ampliada: Descripción Redux:

Cuando me dijo que era como una croqueta: dura y crujiente por fuera, tierna y jugosa por dentro; dando vueltas por terrenos aceitosos… y un poco empanada… no sabía si me había echado un piropo o me estaba insultando.

 

En realidad, el original era el segundo. Y se titulaba «¿Piropo?» Pero los amigos me indujeron a acortarlo. Estilizarlo. Rebajarlo.

 

No sé cuál os gustará más…

RÉQUIEM POR LA BAILARINA DE UNA CAJA DE MÚSICA

Hoy hablamos de una novela muy especial, recordando un desgraciado episodio y un lamentable malentendido ocurrido en esta Pantalla hace unas semanas. Y, de acuerdo con ESTA entrada de ayer, en la Margen Derecha abrimos una consulta en la que puedes participar…

La novela se llama «Réquiem por la bailarina de una caja de música», su autor es José Ramón Gómez Cabezas y para leerla has de pasar por AQUÍ. Dejamos unas notas…

«Además de saber quién mató a la hermosa bailarina de la caja de música, lo realmente importante es conocer el porqué. Bien sabe el autor, excelente crítico y conocedor del género negro, que la clave para que una buena novela policiaca funcione es detenerse en los porqués. El «quién lo hizo» es un divertimento. Un juego de lógica. Un pasatiempo. Lo que marca la frontera entre la pura anécdota y las historias llamadas a trascender es el porqué. Y en el caso que nos ocupa, el porqué tiene mucha enjundia.»

 

Jesús Lens.