La muerte (casi) siempre es injusta y llega antes de tiempo. Pero en el caso de la gente joven, mucho más. En varias de las últimas novelas policíacas que he leído, la víctima es joven. Y por lo general, una chica.
Ha querido la casualidad —o quizá no— que varias de las autoras y autores que vienen a esta edición de Granada Noir, el festival multicultural dedicado al género policiaco y criminal patrocinado por Cervezas Alhambra; hayan tratado ese tema en alguna de las tramas de sus obras.
Para empezar, el joven Pedro Martí la ha liado parda en el mercado editorial español con un cacho novela, ‘La mala hija’. Digo ‘cacho’ en todos los sentidos de la expresión, que es tocha en páginas, 656; y es una gran novela, además. Y como lleva agotadas varias ediciones, hay que felicitarle efusivamente. En su libro se cuenta la desaparición de Belén Villalba, una joven de dieciséis años, en Almansa. ¿Qué le pasó y por qué? La investigación que emprende Alma Ortega, capitán de la UCO, la llevará a bucear en los círculos en los que se movía Belén, a conocer a sus amigas y amigos. Y a sus compis del insti. Y descubrirá cosas que…

Cambio de tercio. En el caso de ‘Amada Carlota’, la novela más reciente de la periodista y novelista Marta Robles, en la que vuelve uno de sus personajes de cabecera, el detective Roures; hay dos tramas paralelas. Una, la de robo de niños. Y la otra, conecta con esa ciberdelincuencia y la siniestra dark web de la que hablamos con el tecnólogo Paco Benítez el pasado domingo en el estreno de Granada Noir en un abarrotado Garden Plaza. Esas fotos de desnudos que se comparten con la mejor voluntad y que, si caen en las manos de unos desaprensivos, a saber dónde pueden terminar y con qué consecuencias.

Y Juan Carlos Galindo, que en su segunda novela, ‘Muerte privada’, nos sitúa en Segovia, en marzo de 2022. Una nueva y sorprendente pista reabre el caso de Leticia Santos, una chica desaparecida hace veinte años en los alrededores del mítico Alcázar. ¡Veinte años! El caso está a punto de prescribir y la madre de Leticia no se resigna a aceptarlo. Y ahí entra en juego el protagonista de la saga de Galindo, el periodista Jean Ezequiel. En este caso, se alía con una detective privada, Teresa Trajano, y ambos se empeñan en dar con el homicida. Y en medio de esta investigación se produce el atroz asesinato de otra joven, Isabella Meyer. ¿Habrá un asesino en serie en Segovia?

En el cómic de Enrique Bonet y Joaquín López Cruces, ‘El otro mundo’, también hay una trama negro-criminal con una chica muy, muy joven como protagonista. Y mira que su tebeo trata sobre las Misiones Pedagógicas, algo tan bonito y esperanzador, pero…

Terminamos con ‘Los crímenes del Retiro’, de Pedro Herrasti. Estamos en el Madrid de 1900 y una joven aparece asesinada en uno de esos barrios poco recomendables de la venida a menos capital de España. En sus manos aparecen una flor y un poema de Rubén Darío. Entre la gente que curiosea para saber qué ha pasado se encuentra un joven y decepcionado médico, Pío Baroja, que anda por la zona documentándose para una novela de corte social.

La violencia contra la mujer es una de las grandes lacras de nuestra sociedad y, por mucho que haya quienes se empeñan en negarla, la buena novela negra, la más comprometida y atenta a lo que pasa a nuestro alrededor, sigue poniendo el foco en ella.
Jesús Lens







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