CIGARRAS vs. HORMIGAS

Está Nota está rebotando de buzón de correo a buzón de correo, a través de Internet. Una fábula muy sencilla y clarividente sobre la parálisis financiera en que estamos sumidos y que demuestra que las cigarras gastosas somos mejores para la economía que las hormiguitas ahorradoras. ¿O no?

 

 

En una pequeña ciudad todos tienen deudas y viven a base de créditos. Por fortuna, llega un ruso forrado y entra en un pequeño hotel con encanto. Pide una habitación.

Pone un billete de 100€ en la mesa del recepcionista y se va a ver las habitaciones.

El gerente del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.

Este coge el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.

A su turno éste se da prisa a pagar lo que le debe al proveedor de pienso para animales.

El del pienso coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que no paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito.

La prostituta coge el billete y sale para el pequeño hotel donde había traído a sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado.

En este momento baja el ruso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones, dice que no le convence ninguna, coge el billete y se va de la ciudad.


Nadie ha ganado un duro, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza!

MORALEJA: SI EL DINERO CIRCULA SE ACABA LA CRISIS

GARDEN OF LOVE

Para los Cuaversos de hoy, hablamos de un libro muy singular, en que este poema, desasosegante, juega un papel esencial.

 

So I turn´d to the Garden of Love

That so many sweet flowres bore

And I saw it was filled with graves (*)

 

 

William Blake

 

 

Rara. Muy rara, pero extrañamente fascinante esta novela, «Garden of love», de Marcus Malte.

 

Vale.

 

Ya he empezado la reseña. Pero ahora… no sé qué más decir. Me voy a dar una vuelta, a la nevera, a echar un buchito de agua, a ver qué se me ocurre.

 

Ya.

 

A ver. «Garden of love» cuenta una compleja historia, con multitud de puntos de vista, en que cada página es como la capa de una cebolla, que hay que ir quitando para llegar al meollo de una historia de sexo, locura y violencia de lo más turbador.

 

Bien.

 

Vamos avanzando.

 

El comienzo, espectacular. Durísimo. Con una chica recibiendo a un grupo de marineros para tener un encuentro sexual de alto voltaje. Sexo duro. Bondage. Y,  a partir de ahí, cambios espacio temporales, personajes que aparecen y desaparecen, encuentros y desencuentros… todo ello a través de una construcción literaria primorosa, en que cada página, cada línea, encaja como un guante en la estructura general.

 

Cada personaje que aparece, cada frase que pronuncia, cada pistola que saca… todo ello tiene un sentido que, al principio, no se adivina. Así, mientras lees «Garden of love», te encuentras aparentemente perdido. Como dentro de una película de David Lynch.

 

Y por eso es tan difícil hacer esta reseña y ando removiéndome, inquieto, en el sofá. Porque si digo algo de más, puedo reventar la trama. Si hablo de los personajes, sólo puedo equivocarme. Y equivocarles. Y mira que los personajes son atractivos…

 

«Garden of love» es una novela en que cada página se lee como un relato independiente, primorosamente rematado. Y, después, cada «relato» acaba teniendo su importancia dentro del conjunto, dando lugar a una novela atípica en que lo oscuro, lo sórdido y lo enfermizo muestran una inusitada y sorprendente capacidad de atracción.

 

Permítanme que termine aquí esta reseña y que vuelva a la fresquera a beber otro trago de agua fría. Que este «Jardín del Amor» da mucha, mucha sed.  

 

(*) Entonces me volví hacia el Jardín del Amor

Que llevaba tantas flores exquisitas

Y vi que estaba lleno de tumbas.

TOOT TONE: ¡ESTO ES INNOVACIÓN!

Hablábamos el otro día de Innovación. ¿Se acuerdan? Bonito debate se produjo, si leen los comentarios de ESTE Post. Y quedó una cuestión sobre la mesa: ¿Qué es innovación? Una de las mentes más preclaras de mi entorno, el gran MIR, me hace llegar este vídeo, que gozosamente comparto con ustedes. A ver si es o no es innovador el Toot Tone. Por cierto, ¿han votado en la encuesta sobre este tema, en la margen derecha? Y otra cuestión más antes de que le den al Play: ¿qué les parecen estas reflexiones sobre nuestro entrañable ZP, «La Gacela de la moncloa», y su afición por correr? 

LOS PRESIDENTES TAMBIÉN SUDAN

Mucho se está comentando la portada del Magazine de La Vanguardia del pasado fin de semana, en la que Zapatero, conocido como «La gacela de la Moncloa», aparece nuevamente corriendo.

 

¿Qué les parece la foto?

 

Yo, que soy un empedernido trotón, tengo que alabar el gusto del Presidente por retratarse en actitud atlética. Sobre todo, porque esta foto sí es real.

 

¿Se acuerdan de aquella otra, en que aparecía como flotando sobre una playa?

 

Yo creo que estas imágenes son el mejor ejemplo de la Crisis en que estamos sumidos. Hace unos años, ZP parecía levitar. Su paso era tan grácil y tan ligero que no dejaba huella en la arena. Hasta la sombra que proyectaba era etérea. Y los pulgares levantados, como replicando el célebre «España va bien» de Aznar.

 

Eran los años de la famosa burbuja, del crecimiento sin fin en que la economía volaba alto y nos creíamos eternos e indestructibles. Un virginal pantalón blanco servía para redundar en ese aspecto angelical de un gobierno querubín, inocente y virginal al que sólo parecían faltarle unas alitas blancas de algodón.

 

Sin embargo… fíjense en esta otra imagen.

 

Negro riguroso, el pie firmemente asentado en el suelo, hombros hundidos, paso corto y los puños apretados, como si estuviera esperando a un contrincante para pelear contra él.

 

Y en vez de una playa… una vivienda. Del paraíso natural pasamos a la pesadilla urbana, que parece pesarle al Presidente. Cara de esfuerzo, gesto crispado… ¡hasta podría parecer que el Presidente se ha hecho hombre y está a punto de romper a sudar!

 

Fíjense en que, cuando todo era bonito, la zancada presidencial se proyectaba hacia delante. Ahora que la realidad es desagradable, dura y complicada, la imagen nos muestra una angustiosa zancada trasera.

 

Supongo que todo esto puede ser casual.

 

O no.

 

Porque las imágenes siguen valiendo por mil palabras y éstas nos dicen mucho, muchísimo, sobre la realidad de las cosas.

 

Jesús Lens.           

ALFONSO GUERRA, GENIO Y FIGURA

Llegó, habló y (con)venció. Y emocionó. Y terminó entusiasmando a los cientos de personas que abarrotaron el extraordinario teatro Isidoro Máiquez del nuevo Centro Cultural CajaGRANADA.

 

Un lleno absoluto en la lección inaugural de unas jornadas dedicadas a reivindicar la memoria y la figura de Fernando de los Ríos, a cuyo exquisito monumento se dirigió un nutrido grupo de personas, al terminar la charla del ex-Vicepresidente del Gobierno, para hacer una ofrenda floral.

 

Antonio Claret, Presidente de CajaGRANADA, presentó a Guerra a través de una semblanza en la que trazaba los paralelismos que le pueden unir a la figura de Fernando de los Ríos, desde su compromiso por el desarrollo integral de España a su reivindicación de un socialismo humanista y comprometido con la democracia y la libertad.

 

Guerra, por su parte, hizo una encendida defensa de las ambiciones, proyectos, aspiraciones y logros efectivos conseguidos por la II República en materia cultural y educativa, distinguiendo las tres fases de misma y criticando, sin ambages, los destrozos que el bienio negro de derechas hizo con una política educacional de muy hondo calado y largo alcance.

 

En la primer parte de su intervención, Guerra estuvo más análitico, aportando datos y desgranando qué hizo el gobierno de la República en materia cultural, de una forma serena, fría y ponderada. Con anécdotas como la de la llegada de los jeeps a una remota localidad leonesa y la salida de los lugareños a echarles hierba para que comieran. O el nacimiento de Mérida como escenario de teatro clásico, gracias a una conversación entre Margarita Xirgú, Fernando de los Ríos y Miguel de Unamuno.

 

La segunda parte fue más emocionante. Basándose en la labor de las Misiones Pedagógicas, altruista, convencida y desinteresada, con ejemplos concretos de cómo nacieron y qué alcance tuvieron. Ejemplos como los de las bibliotecas o como el del marcapáginas original que presentó al respetable, con su leyenda reivindicando el cuidado de los libros.

 

 El final de su intervención, hablando de la Barraca de Federico, nos hizo disfrutar del Alfonso Guerra actor, representando cómo se sorprendían los espectadores ante según que actuaciones, a través de los «Ohhhhhh» que emitían. Estábamos en un teatro y la magia se hizo presente. Podíamos ver a García Lorca dirigir a sus actores, provocando el asombro de los aldeanos que, por primera vez en su vida, asistían a una representación teatral.

 

Una charla llena de respeto, cariño y, por momentos, emoción que terminó entre aplausos y con un espontáneo ¡Viva la República! que arrancó más aplausos aún entre el respetable, feliz y dichoso de haber compartido una hora con el Alfonso Guerra más íntimo y menos mitinero.

 

Jesús Lens.