Buenas, soy Emilio Calatayud. Me lo cuenta una madre de una ‘erasmus’. La niña le llama cada dos por tres para contarle penas. Incluso de madrugada. Y las llamadas son largas, de una hora y más. Cuando la madre logra meter baza en el monólogo de su hija para consolarla y darle consejos, la niña dice «No te he pedido opinión». ‘Pa’ eso que vaya a misa a confesarse, digo yo, que las madres tienen más cosas que hacer.
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