Un ejemplo de sentido común: una niña que se recupera de un cáncer podrá ir al instituto más cercano a su casa, aunque la ‘ley’ no lo permitía

Buenas, soy Emilio Calatayud. La madre de una niña de Málaga, que llevaba 16 meses sin ir al instituto porque había estado tratándose de un cáncer, pidió que le concedieran una plaza en el centro educativo más cercano a su casa, pero la Junta dijo que no podía hacer eso porque no había vacantes y la ley no admite excepciones. La madre acudió a la justicia, que ha decidido, cautelarmente, que la niña vaya al centro que solicitó hasta tanto no se resuelva el fondo del caso y haya una sentencia. Para mí, esto es un ejemplo de ese sentido común que siempre reivindico. Las leyes y las normas se pueden y se deben interpretar. Si sólo hubiera que aplicarlas, no harían falta jueces, ni fiscales, ni nada… Podría hacerlo una máquina. Las leyes y las normas no están para saltárselas, sino par interpretarlas con sentido común. Siempre hay un resquicio para hacer justicia de verdad. Y más en un caso como este. Siempre tiene que haber una excepción que confirme la regla. Eso es lo que nos diferencia de las máquinas.  La justicia no puede ser ciega.

 

 

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