Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Acabo de llegar de una firma de discos de Sweet California, tres chicas muy simpáticas que se dedican a la canción. Es que mi hija -doce años- es fan. Sólo hemos tenido que esperar dos horas, una demora que, según mi niña, es bastante razonable. “La otra vez, cuando fui con mami, fueron casi cuatro horas”, recordó y yo me quedé más tranquilo.
Entre las 500 personas que formaban la cola solamente había tres o cuatro papás, además de un servidor. Al principio, los hombres teníamos cara en plan (esto de ‘en plan’ lo usan ahora todos los chavales): “que nadie se equivoque, yo soy un tipo duro y me gustan AC DC”. Tras los primeros treinta minutos de guardia, el gesto de los padres ya decía otra cosa: “¿Cómo he acabado aquí?”.
Una hora después, aquello empezaba a molar y la expresión de los papis sugería más ánimo. “¡Somos unos padres modernos, casi ‘hispters!”.
Y, al final, llega tu hija y te dice: “Gracias, papi” y tú te convences definitivamente: “Ha merecido la pena”. Y vamos p’a casa que mañana hay examen de ‘Cono’. Una tarde perfecta.