Buenas, soy Emilio Calatayud. Hace unos días, supimos que la administración, en este caso, la Junta de Andalucía, había dado el grado de Secundaria a un alumno de una localidad de Sevilla con cinco asignaturas suspendidas. Los profesores, y me parece normal, pusieron el grito en el cielo. La Consejería le aprobó, en contra del criterio de los profesores, Lengua Castellana e Inglés. Le quedaron Biología, Ciencias Sociales y Física y, aún así, le dieron el título porque los padres reclamaron. Yo creo que es una barbaridad. No se puede decir por un lado que hay que reforzar la autoridad de los profesores y, por otro, hacer estos disparates.
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