Desconozco la audiencia que estarán teniendo los Juegos Paralímpicos, pero imagino que no demasiada. Los deportistas paralímpicos no tienen detrás la cacharrería mediática que acompaña a los otros juegos y, claro, eso se nota. Esa ausencia de ‘propaganda’ resta publicidad pero ni un ápice de mérito a las hazañas de esos colosos que son los deportistas paralímpicos. Correr en bicicleta sin una pierna o nadar sin brazos son proezas superiores a las que logran los deportistas que están en plenitud de facultades. Sin embargo, son estos últimos los que se llevan la fama y los contratos millonarios. Como en tantas otras cosas, es el mundo al revés: no se premia a los que hacen el mayor esfuerzo, es decir, los paralímpicos, sino a los otros. Es como esa contradicción que supone que Messi o Ronaldo ganen millones de euros y un médico sobreviva con mil euros. Nuestra sociedad no tiene claras las prioridades y por eso nos pasa lo que nos pasa.







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