El suplicio de opinar sobre todo

Como periodista, ya he escrito en alguna ocasión sobre la necesidad de construir el derecho a no opinar. Los nuevos medios de comunicación -las redes sociales, blogs- son una constante invitación para el debate y el intercambio de pareceres. Eso está muy bien, es muy democrático y tal…, pero, a veces, es que no sabes qué decir. La nueva sociedad nos exige que tengamos un parecer sobre prácticamente todo: Eurovegas, sí o no o según; segundo rescate, sí o no o según, etc. Es un poco locura. De cuando en cuando, hay que admitir que no tenemos elementos de juicio para opinar. Yo cada vez lo hago más. Es tan sencillo como decir: ‘Pues no lo sé…’ No pasa nada y te alivia un montón. No sé, ¿qué opináis? Ja, ja, ja, ja

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