Antes de meterme en la polémica harina del proyecto de ley para regular Internet, tengo que dar un par de noticias:
Primera: entre todos, acabamos de superar los dos mil comentarios en el blog, que no sé si es mucho o es poco, la verdad, pero es una cifra redonda. Tendríamos que pensar en alguna forma de celebrarlo… Además, vamos a un cumplir un año. Se nos juntan las efemérides. Si a don Emilio y a mi, dos analfabetos en materia de Internet, nos hubieran dicho hace un año que, en enero de 2010, íbamos a seguir en antena, no nos lo hubiéramos creído. Gracias a todos, de verdad.
Segunda noticia: Don Emilio sigue estando al loro de todo lo que ocurre por aquí, pero se acercan fechas cruciales y está más dedicado que nunca a su familia. Es lógico. Lo digo porque seguro que sois muchos los que le echais de menos. A mí también me pasa, pero lo primero, la salud, es lo primero. ¿Verdad? Lo cual no quiere decir, en ningún caso, que nos haya abandonado.
Y sobre lo de la regulación de Internet, diré, sin acritud y sin ánimo de molestar a nadie (hay fundamentalistas de Internet que sólo ven ataques por todos los lados), que me parece bien que se castigue a quien violente las leyes. Nadie apela a la libertad de expresión cuando la justicia actúa contra las redes que mueven pornografía infantil en Internet. Pues eso. El que no usa Internet para delinquir no tiene nada que temer. Quizá sea un ingenuo, pero es como lo veo.
Más grave me parece que nos tengamos que desnudarnos en los aeropuertos para prevenir hipotéticos ataques terroristas. Eso si que me parece serio para la libertad y no que se cierre una web que se enriquece con el trabajo de otros. ¿O no?
Bueno, y vamos a por los tres mil comentarios.







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